México es chic
Futuros alternos

Es escritor, periodista, locutor, productor de radio y gestor cultural. Sus textos han aparecido en catálogos como Crafting our Digital Futures (Victoria & Albert Museum) y Do Flex Text (Buró Buró).

Ha escrito para Vogue, RollingStone, Revista 192, Esquire, Código, El Universal, entre otros, y colaborado en Imagen Radio, Ibero 909, Reactor, Milenio Televisión, Bullterrier FM y Aire Libre FM.

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México es chic
La actriz británica Tilda Swinton posa en la 74 edición del Festival de Cannes. Foto: CHRISTOPHE SIMON / AFP

Tilda Swinton inundó las redes y también muchas páginas impresas por su presencia en el Festival de Cannes, no solo por la manera en que la crítica ha recibido su participación en The French Dispatch de Wes Anderson o Memoria de Apitchatpong Weerasethakul, sino por otro tipo de colaboración: esa que la ha convertido en una especie de musa caminante para diseñadores como el franco-colombiano Haider Ackermann o el estadounidense Daniel Roseberry, de la casa Schiaparelli. Desde odas, hasta memes, pasando por camisas oversize color blanco y lentejuelas doradas en los brazos, Tilda se llevó la palmas en cuestión de moda en medio del festival de la Palma de Oro. 

La alfombra roja, que ha sido una de las principales ausentes en estos tiempos de pandemia, tuvo de nuevo una especie de regreso, que al menos para quienes nos sentimos atraídos por el universo llamado moda nos recordó que en ese divertimento hace volar. Pero también, que representa una industria millonaria que da vida –literalmente– a miles de circuitos productivos que generan beneficio en todo el mundo. Una industria que camina junto a otra, de la mano. Porque cuando hablamos de alfombras rojas hablamos también de moda, como cuando Tilda Swinton entra en la ecuación. 

Durante el mismo evento, la mexicana Tatiana Huezo se levantó con un reconocimiento especial: una ovación de 10 minutos seguida de una mención especial en la sección Una cierta mirada por su película Una noche de fuego. Unos días antes, otra mexicana y primera actriz, Arcelia Ramírez, recibió otra ovación, esta vez por su actuación en La civil, de la directora rumana Teodora Mihai. En este caso, casi nulas son las menciones sobre las elecciones de ambas personalidades para vestir en los eventos en los que participaron. Como si el efecto que vimos en el eje Schiaparelli – Swinton – Ackermann no pudiera replicarse en versión mexicana. 

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Cabe aclarar para evitar lugares comunes: no hace falta ni está relacionado para nada con el talento y el arte que las tres mencionadas son capaces de crear. 

Petición: permitámonos un breve espacio de reflexión en torno a esto desde un lugar, tal vez, sí, un tanto más frívolo. Por decirlo de alguna manera. 

¿Por qué con toda la fuerza que ha ido ganando la industria de la moda en México todavía no vemos ese tipo de duplas como algo constante? Aclaración, de nuevo, para evitar lugares comunes: sí, existen y las hemos aplaudido: con Natalia Lafourcade de Yakampot por Francisco Cancino (styling de Pamela Ocampo) para los Oscares, Ely Guerra en trío dinámico vía Julia y Renata Franco en innumerables ocasiones o la misma Yalitza Aparicio en Jonathan Cohen en los Grammys o con Gala is Love, Lucca Lucc o Bárbara Sánchez Kane en las páginas de la revista Elle México

Respuestas hay muchas posibles: una es la manera tan directa en que estamos ligados como mercado a marcas internacionales con muchos años de trabajo en el país (nos guste o no, hay quien todavía decide comprar un Calvin Klein que darse una vuelta por un showroom con marcas mexicanas). Otra, lo endeble que sigue siendo la industria en México y la economía del país, aspectos que sin duda terminan impactando directamente en la cultura de consumo que tenemos. Hasta aquí, ya hay una serie de puntos clave. Y podríamos seguir. 

No cuesta imaginar la posibilidad de que ese tipo de alianzas sean más comunes cada vez. Es evidente que el talento mexicano en el mundo es más apreciado en estos tiempos y ello conlleva a que existan las oportunidades. La misma Salma Hayek es un escaparate andante de las marcas del conglomerado Kering (del que su esposo es CEO) como Gucci, Balenciaga o Alexander McQueen. ¿Por qué no imaginarla en un CIHUAH? Figuras como Eiza Gónzalez –hoy uno de los rostros de Louis Vuitton– en un Cancino o un ⅛ Takamura: ¿es tan difícil imaginarlo? 

Mientras sean rojas o naranjas, las alfombras seguirán existiendo y desde esos breves espacios de frivolidad llena de etiquetas, construyendo espacios para la industria: ¿y si las pensamos un poquito más mexicanas?

Miguel Ángel Ángeles es escritor, periodista, locutor y productor en Aire Libre 105.3 FM y gestor cultural. Ha escrito para medios como Vogue, RollingStone, Esquire, Código,  El Universal entre otros, y colaborado en Imagen Radio, Ibero 909, Reactor y Bullterrier FM. Ama la moda por sobre muchas otras cosas. 

Mail: [email protected] / Twitter: @mangelangeles / IG: @miguelangelangeles

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