Sigamos hablando de Simone Biles
El mundo del podcast

Es editora, locutora, escritora, productora y mamá. Ha escrito en diversos medios sobre música, feminismo y cultura digital. Actualmente produce y conduce distintos podcasts para Audible y HBO, entre otros. Twitter e Instagram: @rominapons.

Sigamos hablando de Simone Biles
Simone Biles abogó por el autocuidado de los atletas. Foto: EFE

De niña hice gimnasia olímpica –en mi época no se llamaba artística– a un nivel semiprofesional. Mi mayor logro fue un cuarto lugar en barras en un nacional en Guadalajara. Aunque lo dejé, es un deporte que me encanta, que conozco y el cual he seguido a lo largo de toda mi vida. Jamás diría que entiendo la presión bajo la cual están las gimnastas olímpicas, pero sí me tocó ver de cerca cosas que una niña no debería ver: papás sometiendo a sus hijas a una presión terrible, diciéndoles que la economía de toda la casa dependía de su desempeño. Familias que apuestan todo, TODO por el triunfo de sus hijas. 

También me tocó ver violencia. Violencia física de padres o coaches hacia niñas, pero sobre todo violencia psicológica, algo que yo en ese momento no entendía y me parecía normal. Recuerdo que me cambié a un gimnasio nuevo y la maestra –justo en barras– me pegó sucesivamente en las piernas para hacer fuerza y que no las doblara. A mí me pareció normal, pero a mi mamá que estaba viendo, no. Nunca volví a ese gimnasio. Y no entendí cuál había sido el problema hasta años después. Era tan normal que nos llevaran al límite que nunca me lo cuestioné. 

Por eso, cuando Simone Biles decidió abandonar la competencia por equipos, mi primera reacción fue que obviamente se había lastimado el tobillo. ¿Cómo una persona, después de tanto sacrificio, abandonaría la competencia? 

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Además no es cualquier gimnasta, es Simone Biles, la mejor gimnasta de la historia del deporte. Al parecer, esos viejos adoctrinamientos siguen más latentes en mí de lo que pensaba. 

Luego pensé lo que mucho se especuló, que lo hizo para guardar toda su fuerza y concentración en las finales individuales. Ya por último, me inventé una teoría de conspiración: Simone había abandonado porque no era su mejor día, y estaba cansada de cargar con todo el equipo. Era una manera de decirles: “vamos, ustedes pueden hacerlo sin mí”. Una forma de, por un lado empoderar a sus compañeras, y por otro lado poner límites sobre las expectativas que se tenían de ella. Todo esto me lo generé en la cabeza para no afrontar el hecho de que había priorizado su salud mental por encima de la competencia. ¿Por qué? Porque a mí me dijeron que así era. Que no importaba si estabas lesionada, cansada, menstruando o desganada, no hay nada más importante que competir. 

Es muy fácil hablar de temas de salud mental desde lo abstracto o lo cotidiano, pero son ejemplos así los que de verdad hacen que esas creencias, sepultadas por el wokeismo pero aún enterradas en lo más profundo de nosotros, salgan y sean confrontadas. Que la veas a los ojos, que dialogues con ellas, que las enfrentes y por fin entiendas por qué las debes dejar ir. 

Unos días después, Simone explicó en Instagram que le dieron los famosos twisties. Los twisties son como un bloqueo mental, cuando tu cerebro y tu cabeza no están 100% alineados y no respondes como de costumbre. En futbol, es como ver a Messi bloquearse y fallar un gol. O es también lo que le acaba de pasar a la mexicana Arantxa Chávez en clavados. Pero la enorme diferencia es que fallar un penal no pone en riesgo tu vida, pero en gimnasia, perder el control de tu cuerpo aunque sea por milésimas de segundo puede generar accidentes gravísimos. 

Dominic Moceanu, la gimnasta más joven en ganar medallas nacionales y olímpicas de la historia, tuiteó esto en apoyo a Simone Biles: 

Cuando eso pasó, Dominic tenía 15 años. QUINCE. Y después de ese golpe la hicieron competir en piso como si nada hubiera pasado. Formó parte del equipo de Belá Károlyi, un entrenador que para los 90 era lo máximo pero ahora, sus prácticas seguramente serían ilegales. Y aún así lo veíamos normal. 

Si para algunos deportistas lo importante es retirarse por salud mental, está bien. Si para otros lo importante es ganar a pesar de la presión, también está bien. Rompamos con la idea simplista de que todos debemos entrar en los mismos parámetros y empecemos a aceptar que varias realidades son válidas. Pero también, empecemos a darnos cuenta de que aquellas cosas que veíamos normales, no lo son y no tienen por qué volver a serlo nunca. 

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