Deportes y streaming: una revolución en proceso
Gran Angular

Periodista interesado en medios, contenidos, periodismo y cultura. Colaborador, reportero y editor con experiencia en medios impresos, electrónicos y digitales. Maestro en Periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE. Beca Gabo en Periodismo Cultural y Cine 2014 y 2020. También habla mucho de cine. 

Deportes y streaming: una revolución en proceso
Messi tiene nuevo equipo, luego de 17 temporadas con el Barcelona: el PSG. Foto: AFP

Tres sucesos recientes ejemplifican de manera evidente los diversos y profundos cambios en los paradigmas de consumo, acceso a información y distribución de contenido deportivo.

Primer caso: Juegos Olímpicos de Tokio

En este contexto, durante las últimas semanas, la frase que más leí entre redes sociales y grupos de WhatsApp fue: “nunca había visto tantos deportes/competencias”, “nunca había tenido tantas opciones”. O alguna variación de esas ideas.

Esto, por supuesto, en referencia a la estrategia de transmisión de las competencias olímpicas por parte de Marca Claro y Claro Sports, poseedores de los derechos para la región (América Latina). Principal, pero no exclusivamente, a través de su canal de YouTube.

No se trató de algo que no hubieran realizado antes, pero sí algo que encontró una nueva notoriedad tras un año de pandemia que aceleró en todos sentidos el acercamiento de un público cada vez mayor a internet, lo digital y las plataformas de streaming y VOD (como YouTube) como alternativas para entretenernos, trabajar o ir a la escuela. Tras más de un año de pandemia en que aún más gente, forzada o circunstancialmente, se conectó a internet, estas opciones destacan más en las conversaciones en general y sobre todo en las conversaciones digitales en redes sociales.

Esa desafortunada circunstancia sirvió de capacitación global para aprovechar mejor una oferta digital que incluyó cuatro señales constantes de 24 horas, además de más canales que –según el calendario de actividades del día– se activaban para ofrecer otras alternativas vía live streaming de eliminatorias y competencias enteras, al lado de resúmenes puntuales y algunos programas sobre las actividades del día. Pronto aparecieron los canales de Claro Sports en aplicaciones nativas de smartvs. La publicidad era distinta en YouTube o en estos canales, y en general significativamente poco saturante o invasiva. Conductores/narradores en compañía de algún miembro de un notable equipo de colaboradores/especialistas deportivos de toda la región en muy diversas disciplinas. Había hasta científicos al lado de atletas en los comentarios alternos a las narraciones. La comedia, la acostumbrada guarnición de los contenidos deportivos mexicanos/latinoamericanos, fue puntual y mesurada. Natural, orgánica y de la mano de otro fenómeno digital de los últimos años: la pareja del mundial (Jero Freixas y Jose de Cabo, también notables youtubers/instagrammers durante la pandemia), ahora convertida en la pareja de los olímpicos.

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En la fotografía amplia del juego y competencia mediática por las audiencias a través de los derechos exclusivos o totales de transmisión de contenidos deportivos –como los Juegos Olímpicos o ligas de futbol como la española, la inglesa o la Champions League–, los canales de televisión abierta hacían lo que podían. Limitados no solo por no contar con estos derechos como sí lo hicieron de manera exclusiva por décadas, sino también por condiciones como el número de señales y vías con las que cuentan que por las que priorizan la difusión de este material. Para el jueves 5 de agosto, a unos pocos días de la clausura, Claro Sports ya sumaba 4 mil horas de transmisión.

Por más que quisiera, por sus propias características, la televisión abierta jamás podría ofrecer algo así y abrir o cerrar señales extras para que el televidente en casa pueda elegir más alternativas durante unas horas o semanas. Esto también conversa con el paradigma de consumo de entretenimiento que ha mutado durante la pasada década, con la llegada de las plataformas de streaming y los estrenos de temporadas completas que dejan en el usuario la decisión definitiva de qué, cuándo y cómo quiero ver lo que quiere ver. Por su parte, la televisión abierta siguió repitiendo formatos añejos entre los programas de resúmen con los mismos conductores de siempre comentando casi todas las disciplinas. Comedia y notas de color de poco o nulo interés general y de una creatividad básica o mínima.

No se puede olvidar ni negar que en buena parte de América Latina existe una brecha digital por atender y que la televisión abierta preserva un alcance masivo de innegable consideración, pero la decisión de Claro de poner tal nivel de opciones en el usuario digital que se acercaba a su canal de YouTube y dejarlo decidir no fue pasada por alto. Y no duden esta fue más una fotografía del futuro que una anomalía temporal o circunstancial del presente.

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Segundo caso: Messi se va de Barcelona y llega a París

La noticia de Lionel Messi y su súbita salida del Barcelona y posterior firma con el PSG francés acaparó ciclos informativos en medios y en redes sociales como pocas cosas. Cual planeada miniserie, cada capítulo de esa telenovela deportiva en desarrollo contaba con un peculiar punto emotivo alto (el boom de la noticia, las reacciones, la lacrimógena conferencia de prensa/despedida de Messi, su llegada a París y el registro de sus primeras horas). El colofón del fenómeno estuvo a la altura de lo sui géneris de esta noticia y su desarrollo y tuvo como coprotagonista al streamer y youtuber español Ibai Llanos.

Fue este popular creador de contenido quien tuvo la envidiable primicia de entrevistar a Messi tras la firma del famoso contrato, su presentación en París y literal en sus primeras horas como jugadores del club francés. No los diarios deportivos Marca o L’Equipe, o los periódicos Le Monde o El País. O periodistas o canales deportivos. El atractivo contenido se dio a conocer vía twitch en una transmisión que convocó a más de 300 mil personas.

Y esta entrevista de Messi fue hecha por alguien a quien el propio jugador argentino (en una broma-anécdota que vale la pena escuchar en el canal de YouTube de Ibai) había invitado a una cena días antes. Justo entre que se dio a conocer la noticia de su salida de Barcelona y su llegada a París. Hay ya una relación y dinámica distinta entre deportistas y y otro perfil de creadores de contenido a través de los cuáles pueden llegar al público. Con los que se sienten más a gusto, en confianza o con quienes prefieren charlar. Gamers (como muchos deportistas), youtubers, etc. Ya no a través de los medios deportivos o con los periodistas de deportes. No pocos periodistas se han mostrado fúricos por lo de Ibai y por los cambios en el paradigma de acceso a estas figuras y de a quienes se prioriza ahora para conceder entrevistas. Ibai hizo un muy buen trabajo, en la entrevista y en la forma en que ha respondido a la atención y polémica que el hecho ha suscitado.

Al hablar de interacciones entre atletas profesionales y periodistas, se abre la puerta para incorporar (entre la autocrítica y la necesidad de evolución de la labor periodística) el tema de dinámicas tóxicas o viciadas entre prensa y deportistas, como lo han puesto en la mesa la tenista japonesa Naomi Osaka o incluso la gimnasta Simone Bailes, cuando reflexionan sobre salud mental en sus profesiones y el rol de la prensa y los medios en esta. Precisamente una relación tóxica o dinámicas no positivas con una prensa que los invitaría a establecer sus canales de comunicación con otros perfiles de informadores. De nuevo, esto como un par de variables más en una compleja fórmula en redefinición actual.

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Tercer caso: HBOMax y la Champions League

Hace tan solo un par de meses llegó a América Latina HBOMax, la relanzada y mejorada plataforma de contenidos de entretenimiento (series y películas) de Warner Media (esto quiere decir HBO, Cartoon Network, Warner Bros. cine y televisión, DC Comics y más) para la región.

Aunque sin acaparar mucha atención, en su lanzamiento se informó que la nueva temporada de la Champions League de la UEFA, ostensiblemente el torneo de clubes más popular, prestigioso e importante del mundo futbolero, estaría en TNTSports en cable (para todo América Latina) y en HBOMax en streaming (para México y Brasil). Al mismo tiempo que lo de Messi e Ibai se convertía en tema viral, HBOMax inauguró sus transmisiones deportivas en vivo vía streaming y abría la puerta de la convivencia en un mismo espacio de series y películas y partidos de futbol o deportes en exclusiva en una plataforma de suscripción.

En la ruleta de movimientos que fue la noticia de Messi, a ESPN (y por lo tanto a Disney, su dueña) le tocó la buena suerte de contar con los derechos de transmisión de la Ligue1 de Francia e inmediatamente recuperar algo de atención de los no poco fanáticos del futbol que en nuestros países quieran ver los juegos de Messi en los próximos meses y años. Aunque perder los partidos de la Champions League no es poca cosa o algo fácil de dejar atrás como oferta premium para tu audiencia.

Lo que nos remite al punto medular de un par de las historias: las batallas o carreras por los derechos de transmisión de eventos o ligas o competencias. De quién puede sacar la cartera y llevarse o quedarse en exclusiva con un contenido de enorme interés para una audiencia masiva, ya sea que hablemos a nivel local-nacional, regional o global. Y después, de responder eficientemente cómo hacerlo llegar a nosotros en las nuevas y cambiantes circunstancias de hábitos, tendencias y preferencias de consumo. La vertical o categoría de deportes, tan importante en el consumo de contenidos e información, sigue mutando y adaptándose a nuevos tiempos, escenarios y exigencias.

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