Yo elijo
Espacio mindfulness

Es escritora –cuatro libros publicados y dos en camino–, periodista, cantautora –más de 160 canciones–, experta en respiración, yoga y meditación. Dirige el Yomu Institute, es mamá de tres hijos y pionera en el arte de materializar ideas innovadoras. Es la creadora y fundadora del sistema Enciende tu corazón para inspirar la alegría en el despertar de la conciencia. Instagram: @cynthiazakofficial

Yo elijo
Foto: Pixabay

Aduéñate.

Adueñate, hazte cargo, asume, acepta, conviértete en el dueño de tus decisiones, de lo que eliges, quieres, anhelas, deseas y también de lo que detestas, rechazas, de la máxima oscuridad y la total luz.

Buscando la etimología de dueño (que tiene dominio sobre algo), la palabra viene del latin dominus, señor de la casa que deriva de domus (casa) en donde están las palabras don, domesticar, dama y domino.

Adueñarnos de nuestras emociones y aristas, tener dominio sobre lo que nos pasa y sentimos, habitar nuestra casa con todos los detalles decorativos en su justo lugar, con los rincones limpios, los techos sin telarañas y la cocina ordenada es un pedido urgente que debemos hacernos a nosotros mismos.

Estar en dominio sin ejercer fuerza, sentirnos dueños y a la vez fluir en desapego es una de las vibraciones más armoniosas que podemos crear.

Manifestar un nuevo campo electromagnético que atrae a nuestros pares buscadores de la misma verdad. 

Te adueñas y eliges todo lo que te sucede y al mismo tiempo puedes soltarlo, no te aferras porque ya sabes que es tuyo, eres capaz de comprenderlo y entregarlo para que nuevas cosas puedan surgir en constante evolución aterrizando la experiencia del desapego en su máxima expresión.

Soy dueño, elijo y al mismo tiempo suelto y me desapego, mientras usas este mantra vas descubriendo tu ilimitado potencial

Ahora pregúntate

Empieza a hacer tu lista mágica de las cosas de las que quieres adueñarte, de los universos que quieres elegir, de la cosmogonía que deseas invocar en tu mundo interior.

Comienza con los interrogantes, esos grandes aliados de los terremotos y el caos que luego traen la belleza, los signos de preguntas son las llaves que movilizan lo que se tiene que ir y renuevan la tierra fértil.

¿Qué es lo que elijo?

¿Cómo, cuándo, dónde y cuál es mi propósito con esto?

¿Cuántas cosas me son impuestas y no tengo voz ni voto?

¿De qué me adueño dentro mío?

¿Cuántas influencias educativas, culturales y ancestrales me invaden y me sacan de la cristalina oportunidad de elegir?

Los invito a hacerse estas preguntas, mirarlas con total amor y compasión y comenzar a practicar esta meditación que les comparto.

Yo elijo

-Comienza cerrando los ojos por breves instantes y decide elegir algo que quieras impulsar y profundizar en tu vida.

-Se lo más concreto posible en el enunciado y en la visualización de lo que elijes (por ejemplo, elegir confiar en que todo lo que sucede es por algo y fluir con eso, o elegir salir de la queja automática de todo, transitar con calma ciertas situaciones, elegir la paz, ser feliz, etc).

-Puedes jugar con las infinitas posibilidades de eso, ir desde cosas interiores de las que te quieres adueñar, como aumentar la confianza en ti mismo, hasta situaciones cotidianas que deseas modificar, como puesta de límites.

-Una vez que tienes la elección, respira profundo llevando el aire hasta el estómago produciendo una inhalación y exhalación más larga.

-Cuando inhalas, ingresa lo que eliges a todo tu sistema. Y cuando exhalas, suelta lo que traba o impide que eso suceda.

-Repite varias veces visualizándote dueño total y absoluto de lo que eliges.

-Registra lo que sucede cuando la intención de la meditación comienza a verse en acción.

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