El club de los no dejados: CIDE y UDLAP
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

X: @jenroma27

El club de los no dejados: CIDE y UDLAP

Conversar con Jean Meyer, portento de historiador franco-mexicano, además de ser un deleite es enriquecedor por la lucidez de sus reflexiones y la gran autoridad moral que nadie puede cuestionar. Tuve la oportunidad de entrevistarlo por tercera ocasión en virtud de la crisis que atraviesa el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), institución de la cual es investigador emérito.

El doctor Meyer ha dicho, con la categoría que le distingue, que los ataques a este centro del conocimiento no son un hecho aislado, sino que marcan una tendencia del actual régimen para debilitar instituciones educativas que privilegian la pluralidad.

Y en esta perspectiva se refiere puntualmente a las groseras descalificaciones hacia la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el propio CIDE y la Universidad de las Américas Puebla, que siendo privada también es blanco de una infamia en la entidad que gobierna Miguel Barbosa, promotor y patrocinador de la toma violenta de sus instalaciones que tiene en vilo a casi 10 mil estudiantes.

Para el especialista en la Guerra Cristera y Premio Nacional de Ciencias y Artes 2011, esta tendencia irracional de atropellos ha propiciado ejemplares demostraciones de dignidad por parte de estudiantes, profesores y exalumnos que están dispuestos a defender con gallardía sus respectivas casas de formación en circunstancias desiguales.

Meyer los define como “el club de los no dejados”, movimientos orgánicos que exhiben a oscuros personajes de la clase gobernante, guiados por causas políticas o intereses personales capaces de cualquier atrocidad para apoderarse de lo que no les corresponde y atropellar el desarrollo profesional de miles de libres pensadores que cuestionan el sometimiento ideológico que se pretende ejercer en centros académicos donde se respeta la libertad y la búsqueda de la excelencia. 

La intolerancia pretende expandirse como antítesis del conocimiento, la intención de fondo es adoctrinar y someter a quienes son capaces de cuestionar con el arma letal de la palabra. 

Meyer anticipa que esos lacayos podrán ganar una batalla, pero jamás la guerra y cargarán con el estigma de la derrota intelectual que les marcará de por vida. Es el caso de María Elena Álvarez-Buylla, directora del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y su esbirro José Antonio Romero Tellaeche, quien ha sido impuesto para dirigir al CIDE, en el que se desarrolla una persecución que ha llegado al despido injustificado de profesores y, según el repudiado director, a “sofocar actos de rebeldía”. El descontento y las inquietudes han sido retroalimentadas por el propio presidente de la República, quien ha declarado que ese centro de investigación se “derechizó”, idéntica recriminación lanzada sin sustento hacia la UNAM contra la que también trae causa el régimen para preparar el abordaje que pondría en riesgo la estabilidad del país. 

Y qué decir del dramático caso de la Universidad de las Américas Puebla, secuestrada por medio de la fuerza pública facilitada por Miguel Barbosa, que pretende confundir a la opinión pública para apropiarse de patrimonio privado que no le corresponde y que, a pesar de que jurídicamente la Fundación Mary Street Jenkins (propietaria del campus de Cholula y benefactora de la UDLAP) ha logrado victorias esenciales en juzgados y tribunales federales, sigue inexplicablemente en poder de personajes espurios, encabezados por Armando Ríos Piter que aceptó ser bufón de Barbosa apoyado en las artimañas de litigantes chicaneros que lastiman una institución educativa que lleva casi seis meses tomada con la impunidad que se cobija desde el gobierno poblano. 

Los ataques a las instituciones de educación superior son parte de un perverso plan que intenta controlar centros de divulgación del conocimiento, destacados en la formación de miles de mexicanos que desde diversos ámbitos profesionales resultan adversos a un sistema autoritario que se hace fuerte en un presidencialismo alérgico a la libertad de expresión.

Andrés Manuel López Obrador no dialoga, impone. Tampoco se detiene para agraviar a todo aquel que cuestiona su populismo que identifica como adversarios a quienes difieren de su visión de las cosas. Basta recordar que el proyecto de universidades públicas del presidente fracasó rotundamente, como es evidente en la Ciudad de México, y con ese desparpajo soberbio lanza a sus incondicionales para socavar instituciones que están muy por encima de su pobreza intelectual.

Por eso debe destacarse la valentía mostrada por ese club del que habla Meyer, dispuesto a defender su derecho al conocimiento libre de doctrinas anacrónicas.

La tendencia que veremos en los próximos meses no deja lugar a dudas sobre el propósito de la intromisión. En el sector privado, el funesto precedente de la UDLAP pone en estado de alerta a otras universidades. En el caso de la UNAM, el diagnóstico de las intenciones es aún más inquietante, con el eventual manoseo en el proceso de sucesión de Enrique Graue para poner en la rectoría de Ciudad Universitaria a un conocido francotirador sumiso a los intereses presidenciales.

Por estos motivos y para evidenciar las verdaderas intenciones del régimen, en solidaridad con el grupo de estudiantes y académicos que se manifiestan pacíficamente en el campus de Santa Fe, #YoDefiendoAlCIDE ese valeroso “club de los no dejados”.

EDICTOS 

Es inminente la recuperación de la Universidad de las Américas Puebla, un logro contra las arbitrariedades de Miguel Barbosa y Alejandro Gertz Manero. Para tratar de explicar la burocracia judicial que dista mucho de ser expedita hago una recapitulación de los hechos:

  • Un juzgado federal en Puebla otorga la suspensión definitiva y ordena la devolución del campus de Cholula que fue secuestrado el 29 de junio.
  • La orden del Poder Judicial de la Federación se dirige al Juez 24 Civil de la Ciudad de México, mismo que propició de forma irregular la intervención en la UDLAP por parte de un grupo espurio encabezado por Armando Ríos Piter y un litigante sin escrúpulos de nombre Rodrigo Gurza, involucrado en casos similares de apropiación ilícita de patrimonio privado.
  • Finalmente y después de dilaciones deliberadas, el juzgador capitalino Roberto Yañez Quiroz emite el exhorto para que un juez local de Puebla, adscrito en Cholula de nombre Cuauhtémoc Blazquez Guevara, materialice la entrega del campus, mismo que intervino con sorprendente celeridad para facilitar la toma de las instalaciones de la universidad en junio.
  • Ya sin recursos para revertir las decisiones judiciales, es inobjetable la devolución del campus, salvo que Miguel Barbosa presione al juzgador que depende del Tribunal local para que nuevamente intente de forma desesperada una nueva ilegalidad que dilate lo que desde la perspectiva jurídica es inexorable.

Es el lamentable dilema con autoridades que desprecian la legalidad para solapar de forma escandalosa una serie de atropellos encabezados por el peor gobernante en la historia de Puebla y miren que hay joyas indignantes del pasado que podrían competirle este infame título a Barbosa Huerta. 

El próximo 4 de enero, La-Lista cumple su primer año y para mí es un gran honor ser fundador de este brillante equipo periodístico. Tomaré unos días de vacaciones para regresar el jueves 6 de enero, gracias por su preferencia y generosidad amables lectores. Mis mejores deseos de salud y bienestar para 2022.             

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