Festivales de cine y turismo cultural
Gran Angular

Periodista interesado en medios, contenidos, periodismo y cultura. Colaborador, reportero y editor con experiencia en medios impresos, electrónicos y digitales. Maestro en Periodismo sobre Políticas Públicas por el CIDE. Beca Gabo en Periodismo Cultural y Cine 2014 y 2020. También habla mucho de cine. 

Festivales de cine y turismo cultural
Festival Internacional de Cine de Morelia

A inicios de diciembre tuve la oportunidad de volver a viajar para asistir a un festival de cine. Había sido en la segunda mitad de 2019 la última vez que había realizado viajes para cubrirlos en Toronto, Morelia, Los Cabos y Tulum.

Los festivales de cine son fascinantes circos de varias pistas. En paralelo a ofrecer (a veces al público, a veces a solo acreditados o una combinación de ambos escenarios) una selección de películas que atraigan a distintos públicos con diferentes tipos de argumentos o propuestas estilísticas fílmicas, en muchos de estos casos en forma de premieres. Es regular también que en los festivales haya lo que se conoce como “actividades de industria”. Espacios donde futuras películas se encuentran en desarrollo. Encuentros con posibles productores y compañías que buscan adquirir títulos para llevarlos a ciertos países o ciertas plataformas. Talleres de desarrollo de guion o sesiones de pitch que pueden devenir en apoyos. Premios de distinta índole para apoyar el desarrollo de futuras películas. Todo esto sucede en la mayoría de los festivales, internacionales y nacionales, antes mencionados.

Panamá no es ni fue la excepción. Allá pude escuchar de una docena de interesantes proyectos en desarrollo de parte de cineastas independientes y, en la mayoría de los casos, debutantes, de Centro y Sudamérica. Asistí a una charla sobre El cine como agente de cambio, por parte del mexicano Emilio Lezama, quien ha estado encargado de la comunicación de a proyectos como Roma de Alfonso Cuarón, cuya campaña tuvo un gran éxito no solo en impulsar al público a ver la película, sino también en crear un impacto social para las trabajadoras del hogar en la región.

Ya fuera desayunando o en los pasillos del hotel sede, el Hotel Central, ubicado en el hermoso Casco Viejo de la ciudad de Panamá, era rutina encontrarse a directores que asistieron para presentar sus filmes. Ahí estaban Shaka King, el director estadunidense de ascendencia panameña de Judas and the Black Messiah; Michel Franco, el realizador mexicano que llevó su más reciente película, Sundown, como función especial de clausura; o Abner Benaim, director panameño que presentó Plaza Catedral, filme que inauguró el festival y que es protagonizado por la actriz Ilse Salas (quien recibió por este trabajo el premio a Mejor Actriz en la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Guadalajara).

Pero quienes asistimos a festivales de cine regularmente y/o a lo largo de los años, sabemos que estos viajes también se convierten en destinos para realizar turismo cultural y de otro tipo. Visitar lugares interesantes o atractivos en cada una de estas ciudades se convierte en una forma suplementaria a la experiencia de ir y ver películas todo el tiempo, así se trate de pequeñas escapadas a lugares como una calle de restaurantes de comida coreana o al estadio de béisbol de los azulejos en Toronto, las ruinas mayas en Tulum.

En otras ciudades puede tratarse de visitas a museos, a ver obras de teatro, a caminar o visitar sitios turísticos. En Panamá, además de las caminatas en el Casco Viejo, siempre valdrá la pena destacar la experiencia de visitar el canal de Panamá y ver en funcionamiento, en el centro de visitantes Miraflores, el sistema de esclusas que permite a estos grandes navíos comenzar su recorrido a lo largo del canal de Panamá. Es un espectáculo impresionante y una muestra única de la capacidad de construcción e ingeniería del ser humano, a la vez que una demostración de principios físicos sumamente sencillos para lograr algo asombroso, subir y bajar estos gigantescos barcos para poder ir sorteando pendientes en el terreno y la geografía del lugar.

En Panamá es posible apreciar de manera directa la convivencia entre lo más moderno y lo antiguo y tradicional. Y pasar en cuestión de minutos de escuchar los comentarios de extranjeros que nos acercamos hacia la ciudad de la impresionante similitud que Ciudad de Panamá tiene en su perfil arquitectónico a la distancia con otras ciudades como Miami, con  altísimos edificios de departamentos y rascacielos dibujándole un perfil muy particular de la ciudad, a estar en el Casco Viejo, es decir en la parte antigua de la ciudad, donde lo que llama la atención son esas construcciones tradicionales de grandes casas de regiones tropicales, con patios centrales que aún se pueden apreciar y que hoy se han transformado en hoteles o restaurantes, además de viviendas. Ahí se encuentran la Catedral, oficinas de gobierno, restaurantes, bares y una infinidad de tiendas habitando estas bellas edificaciones. Una caminata de 20 minutos los lleva al muy recomendable mercado de mariscos de la ciudad. A la orilla del pacífico. Pescado más fresco, imposible.

Viajar a eventos o actividades culturales es siempre una posibilidad de conocer o descubrir algo más, o de disfrutar algo distinto. Los festivales de cine y el turismo cultural (y de otros perfiles) siempre han ido de la mano, y es un placer ver que poco a poco estas ciudades y estos eventos, regresan a ofrecernos reflexiones, historias y experiencias.

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