AMLO vs Aristegui: ¿quién engaña a quién?
#LaCasadelosEspejos

Periodista. Editor de Política en La-Lista.

AMLO vs Aristegui: ¿quién engaña a quién?
Carmen Aristegui. Fotografía: Tania Victoria/ Secretaría de Cultura CDMX

Carmen Aristegui… engañó durante mucho tiempo, mucho tiempo… a la hora de las definiciones, se fue (o así pensaba siempre pero simulaba) está a favor del bloque conservador”. Andrés Manuel López Obrador
4 de febrero de 2022

Para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, el país vive una “hora de definiciones”. Ocurre justo ahora que él gobierna.

“Es tiempo de definiciones, no es tiempo de simulaciones, o somos conservadores o somos liberales, no hay para dónde hacerse, o se está por la transformación o se está en contra de la transformación del país”, dijo en junio 2020.

Estar por “la transformación”, se sobreentiende, es estar a favor de él. Por lo que estar contra la misma es oponerse a su gobierno, o sea a él.

Por lo dicho ayer, el presidente cree de alguna manera que Carmen Aristegui “se fue” con el bando opositor, al mismo saco donde ha metido a poderosos personajes como Claudio X. González, otros comunicadores como Carlos Loret, el PRI, el PAN, los “neoliberales”, los “conservadores” y todo lo que imagine girando en su contra, como un complot permanente al que nada lo deshace.

¿Cuál es el engaño y la simulación que “ve” el presidente en Aristegui? Lo desconozco, porque se trata de la misma periodista que incomodó en su momento al presidente Felipe Calderón con una sola pregunta; es la misma que desató la ira en el sexenio de Enrique Peña Nieto con un reportaje, lo que culminó con un golpe de censura, el cual por cierto condenó el mismo López Obrador, quien prometió que “nunca más” se daría un caso como ese o el de José Gutiérrez Vivó.

“Mi solidaridad con Carmen Aristegui. Es vergonzoso este nuevo ataque a la libertad de expresión.…”, tuiteó López Obrador allá por febrero 2011, cuando recién sucedía el primer intento por apagar la voz de Carmen Aristegui en MVS.

¿Dónde quedó la solidaridad de entonces? ¿O era acaso un tuit para acarrear simpatías en el momento? ¿Quién engaña a quién?

Carmen Aristegui ha sido congruente a la hora de no callar ante el poder y a la hora de mostrar hechos que, seguramente, alguien pretendía ocultar.

Yo no veo engaño en el hecho de que una periodista, que el sexenio anterior mostró al mundo La Casa Blanca de Peña Nieto, ahora decide no omitir y difundir también un reportaje que es el escándalo del momento: la casa en Houston donde vivió el hijo del presidente, hecho no por Claudio X o por Carlos Loret de Mola, como han querido hacer creer, sino por tres periodistas con credenciales propias: Raúl Olmos, Mario Gutiérrez Vega y Verónica Ayala.

Si el presidente escuchara a Aristegui cada mañana (no lo hace, al menos a esa hora, porque son sus conferencias mañaneras), se daría cuenta que la periodista sigue amplificando la voz de quienes no pueden hacerlo, pero también es un gran eco periodístico. Por su programa han desfilado periodistas de los estados, de la Ciudad de México y de otros países para denunciar o hablar de asuntos de interés público. Lo que ahí se dice puede afectar por igual al gobierno de Nayib Bukele, al de Daniel Ortega, al de Joe Biden o al de López Obrador.

Si usted va más allá y decide entrar al sitio de Aristegui Noticias, en el apartado de investigaciones especiales encontrará reportajes como La pacificación de AMLO es más letal que la guerra de Calderón, Traficantes de ADN, Sembrando Vida y la fábrica de chocolates, Gasto millonario tirado al caño en Puebla y Tlaxcala, Brotan más sobornos de Odebrecht, Gobierno de EPN incurrió en uso sistemático de Pegasus de forma ilegal y arbitraria, Yates, aviones y mansiones, las compras de los multimillonarios mexicanos mediante las offshore.

Con estos títulos es visible que el sitio web de Carmen Aristegui no atiende una agenda contra López Obrador, sino responde a una agenda periodística.

¿Debería Carmen Aristegui dejar de informar algo relacionado con López Obrador para no molestar? Parece que el presidente y sus seguidores (los más duros) así lo quisieran. Pero nadie en su sano juicio lo aceptaría.

Aristegui no pertenece a un bando que no sea el del ejercicio de su libertad plena. Aún recuerdo cuando en las pasadas campañas presidenciales mientras unos la tachaban de “anayista”, otros la catalogaban como “obradorista”, como si se pudiera ser las dos cosas a la vez. Lo peor de todo es dejar esto en lo simple: estás conmigo o contra mí.

En el periodismo se puede no estar ni a favor ni en contra. De hecho, el oficio exige abandonar nuestras propias pasiones, sin abandonar nuestras propias convicciones.

El caso Aristegui es notable, pues parece no quedar bien con un bando ni con otro. Incluso, en días pasados se llegó al absurdo de que mientras unos le reclamaban en redes “no decir nada” de la casa en Houston, otros le reclamaban por haber difundido el reportaje en su espacio de radio, televisión e internet. Como diría el periodista Juan Omar Fierro: ven lo que quieren.

¿Qué veo yo?

El trabajo de AMLO es gobernar (¿cómo va con eso, por cierto, presidente?). El trabajo de Carmen Aristegui es informar.

Si la información no gusta a quien gobierna, en este caso a López Obrador, eso no es negociable ni en este ni en ningún sexenio.

En tres años, López Obrador se irá y Aristegui seguirá con su micrófono, como ocurrió después de Calderón y a pesar de Peña Nieto. Pero los ataques lastiman y causan un daño en lo más valioso que tiene un periodista: su credibilidad.

Defender a Carmen Aristegui no es defender a una persona, sino un ejercicio periodístico libre. Y mire si no hay que hacerlo en un país donde en un solo mes pueden matar a cuatro periodistas y todo sigue como si nada.

Como diría el Andrés Manuel López Obrador de 2011, pero en serio, de verdad y con cariño: mi solidaridad con Carmen Aristegui.

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