Resucitar en Nápoles
Alioli

Es periodista y analista de datos. Ha colaborado en medios como Reforma, Chilango y Tec Review. Fue coautor del libro Ayotzinapa, la travesía de las tortugas, publicado por la editorial Proceso. También es hincha incondicional de los Leones Negros. Twitter: @ridderstrom

Resucitar en Nápoles
Foto: EFE

El Barcelona de Xavi ya tiene personalidad. Contra el Napoli, en la vuelta de la ronda de clasificación de la Europa League, los culés hicieron el partido más completo que se les recuerde esta temporada. El técnico egarense por fin ha expresado en el campo la idea de futbol asociativo que tanto lo caracterizó en su tiempo como jugador. Los fichajes invernales cayeron de pie y han demostrado todas sus virtudes y retribuido la confianza que el club depositó en ellos (Ferran Torres no pudo resarcir su partido anterior, pero abrió espacios y supo jugar en corto).

Al Napoli pareció pesarle su propio campo; como si para honrar la memoria de Maradona tuvieran que inmolarse frente a su hinchada y el Barcelona. Bastaron seis minutos y un tiro de esquina mal ejecutado por ellos para que la delantera culé demostrara su explosividad. Aubameyang conectó con Adama, que en una alarde físico controló, retuvo y asistió para que Jordi Alba, felizmente instalado en su segundo aire, batiera la portería de Meret con la pierna derecha, su perfil menos hábil. Aquella jugada fue un auténtico cambio de paradigma, porque el equipo, al que no se le daba bien el contragolpe en esta temporada, demostró velocidad (en esa jugada intervinieron tres de los jugadores más veloces de la plantilla) y sintonía, y añadió otro registro a su arsenal táctico.

Luego del golpe tempranero, el Napoli se descolocó defensivamente (lo que nunca esta temporada, donde ostentan el récord de menos goles concedidos en la Serie A) y dejó los suficientes espacios para que Frenkie de Jong condujera y rematara a placer una estético gol al ángulo izquierdo. El holandés se mostró cómodo, inteligente y suelto en el campo, lo que Xavi le había pedido desde su llegada al banquillo.

La nota baja fue la de Ter Stegen, que derribó a Víctor Osimhen en el área en una jugada que parecía inocua. Insigne convirtió el penal, pero el Napoli no logró entrar totalmente en el partido. El portero alemán sigue en ritmo ascendente pero por momentos pierde la concentración, algo que molesta sobremanera a Xavi, sabedor del peso específico del portero en el inicio de las jugadas. Antes del descanso, Piqué recogió un rebote en el área grande con la derecha y de inmediato lo empalmó con la izquierda para que el balón rozara el poste y diera el tercer tanto. Los veteranos, y aun los defensas, por fin tiraron del carro en los momentos importantes. El cuarto gol, de 9 puro, en el segundo tiempo, lo puso Aubameyang con categoría a pase de Adama.

Esa es la ventaja de tener a una leyenda como Xavi en el banquillo: la esperanza es contagiosa. El de Terrassa, que lo vivió casi todo en este deporte, sabe que los malos momentos se superan con trabajo y paciencia. El técnico ha logrado sincronizar al equipo y hacerlo girar en torno a una idea y un objetivo. Incluso casos que se creían perdidos, como Dest o Dembélé, se han sumado a la causa y lucen su mejor versión de la temporada.

A este Barcelona hay que mirarlo con atención, porque las resurrecciones en el deporte siempre son emocionantes.

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