Justicia para Hugo, justicia para todos

El sábado 2 de abril, Hugo Carbajal fue agredido en una fiesta clandestina en el municipio de Jilotzingo, Estado de México. Esto derivó en la muerte del menor, así como en un bloqueo víal de más de 17 horas, tres días después de los hechos. Los amigos y familiares de la víctima cerraron el paso de Periférico Norte para exigir justicia.

Después de que el caso tomó relevancia nacional, incluso la atención del presidente Andrés Manuel López Obrador, cayó el supuesto responsable de la muerte del joven. Mauricio “N” fue vinculado a proceso por el homicidio de Hugo, luego de que el imputado se entregó de manera voluntaria a las autoridades.

Aunque en un inicio la madre de la víctima, Maureen Amaro, negó que la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, se acercó con ella, tras la aprehensión del supuesto responsable, agradeció a las autoridades de todos los niveles el avance del caso.

Ojalá todas las historias similares tuvieran una resolución con esa rapidez. Sin embargo, los números nacionales continúan con un gran pendiente –y muy preocupante–. La cifra negra de delitos en México es del 93.3%, según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) de septiembre de 2021 del Inegi.

Lo anterior quiere decir que en más del 90% de los delitos cometidos durante 2020, no hubo denuncia o se inició una carpeta de investigación: permanecieron en la impunidad. Esta cifra se ha quedado en márgenes similares desde 2012, lo cual muestra que no hay un avance en la resolución para las víctimas desde hace 10 años.

Esta misma encuesta arrojó que de los delitos que se comenzaron a investigar, en el 48% de los casos no pasó nada o no se continuó con la indagatoria, mientras que el 27% está en trámite. En el 6.7% de los delitos sí se abrió una carpeta de investigación, pero en el 3.8% de ese total hubo reparación de los daños.

Es imperante una estrategia que evite que las víctimas tengan que cerrar una avenida para que su caso sea atendido por las autoridades, también se requiere de justicia reparatoria para quienes sufren algún tipo de delito. La garantía a la no repetición y resolución de los daños parece un lujo difícil de alcanzar, pero que se debe seguir exigiendo.

Hugo Carbajal merece justicia, pero también las decenas de víctimas que siguen a la espera de que sea resuelto su caso, así como quienes decidieron no continuar con el proceso por desconfianza a un fallo. Justicia para todos.