En la eterna espera

Ya terminó la revocación de mandato, así como por fin, casi, terminamos de hablar del Aeropuerto de Santa Lucía, realizado (a medias) e inaugurado. Ambos temas dejan de ocupar espacio en la agenda pública, señaló Ana María Olabuenaga hace unos días. ¿Qué vendrá después? Eso es lo que nos preguntamos ahora todos. Y sí, estos asuntos han dejado de ser protagonistas, acaso solo aparecen como objeto de análisis, aunque al paso de los días se van difuminando, porque la apuesta está en la reforma eléctrica que se discutirá mañana, domingo de resurrección, después del madruguete que dieron los morenistas a la oposición. Mañana sabremos si la postura inicial del “no” del PRI es verdadera convicción, jaja, o solo se quiso dar unos días para renegociar los términos de un posible acuerdo con Morena, como han señalado reporteros de la fuente.

Y después de la reforma eléctrica vendrá la electoral, también está la posibilidad de iniciativa para proteger el litio, en caso de que la eléctrica no avance, como adelantó el presidente. Además vendrán más giras por todo el país, más conferencias mañaneras, más eventos para el aplauso, más informes, más denostaciones a los organismos autónomos. Vendrá más narrativa que busque convencer que el país avanza como nunca antes. En eso se quedará la agenda presidencial, pero en la calle seguirá respirándose miedo al salir a la calle, las mujeres seguirán estando expuestas, seguiremos hablando de masacres –las que hasta hace unos meses nos decían que no existían–, también del desabasto de medicamentos, de la inflación que crece y cada mes es “la más alta en 20 años”.

El gobierno seguirá celebrando las remesas como triunfo propio, pero también seguirán obligando a los beneficiarios de los programas sociales a que respondan a cada llamado, así les cueste la vida. Seguiremos viendo cómo al Ejército se le otorgan cada vez más funciones, así sea en la operación de una estrategia de seguridad pública poco exitosa. Seguiremos a la espera de un funcionario que se haga responsable de las omisiones en el manejo de la pandemia, también del momento en que se asuman los errores y se den explicaciones, en que se acabe la evidente persecución de detractores, la cacería judicial contra la prensa o contra quienes expresan sus críticas en redes. Seguiremos esperando, seguramente, que se dé la cara y se responda adecuadamente a los señalamientos de corrupción del círculo cercano a Palacio Nacional. Seguiremos viendo cómo redactan leyes y las rompen. También cómo se ufanan de ello, como se burlan de la autoridad que validó su llegada al poder.

Seguiremos a la espera de esa transformación que hasta hoy solo ha sido narrativa y de una verdadera oposición… porque la ausencia de liderazgo en ese lado de la cancha es también responsable de que México permanezca en la eterna espera.