La tarea pendiente: perjuicio, roles y estereotipos en las preferencias sexuales
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

La tarea pendiente: perjuicio, roles y estereotipos en las preferencias sexuales
Personas integrantes de la comunidad LGBT+ durante una marcha en la Ciudad de México. Foto: Alexa Herrera/La-Lista.

Cuando me preguntan si soy gay, no sé qué decir, solo me quedo pensando y les digo: me gustan los vatos”, me confesó Israel la semana pasada. Este chico, quien pidió ser citado así, me comentó todas las peripecias que atravesó con amigos y familiares al hacer pública su preferencia sexual. Uno de sus temas más incómodos para él son los roles y los estereotipos

Me comentó que prefiere no autonombrarse como persona gay porque no se siente cómodo con el estereotipo que tienen en la cabeza la mayoría de las personas heterosexuales. Aclaró que le gusta ser hombre y su cuerpo, pero cuando comparte sus gustos sexuales, algunas personas lo encasillan en un rol femenino. Por eso, a veces prefiere mantener la información de sí mismo en privado. 

La violencia también puede llegar de manera pasiva de nuestros amigos y familiares, incluso de quienes más queremos. “¿Eres bisexual? Entonces le entras a todo”, son algunos de los comentarios que encapsulan y encasillan a las personas, cuando a veces quien lo dice no tiene la más mínima información al respecto. 

En 2017, el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred) recabó en su Encuesta Nacional sobre Discriminación que el 3.7% de la población no se identitifcó como heterosexual, sin embargo, supone que la cifra pudo haber sido más grande. “Es probable que, dados los prejuicios sobre la diversidad sexual, varias personas no hayan compartido su orientación sexual abiertamente y el porcentaje sea mayor”.

En su tesis para la Pontificia Universidad Javeriana, Evitando estereotipos e incluyendo la minoría LGBT en la prensa colombiana, Juanita León Santaella comentó que los estereotipos vienen de una necesidad de la población por clasificar las cosas que le rodean. “El consenso no es otra cosa que una aceptación por parte del grupo social propio sobre una clasificación hecha a partir de fuentes variables, creada a partir de interpretaciones personales o de interpretaciones de terceros que las transfieren”. 

Por su parte, los autores del libro Psicología Social –Eliot Smith y Diane Mackiedel– refieren que  “los estereotipos aprendidos por medio de experiencia personal con los miembros del grupo pueden estar sesgados, debido a que las personas prestan atención a casos extremos, o perciben desacertadamente las características de los grupos”.

Gerardo Sánchez, defensor de los derechos LGBTQ, insistió en que los estereotipos e identidades se van reinventando, y que la comunidad LGBTQ no es la excepción. Hay algunos roles que se van consiguiendo y otros que se van deconstruyendo. Sin embargo, insistió en que cada persona puede identificarse con lo que más le convenga para hacer una identidad propia. 

“La diversidad sexual en realidad no solo es el LGBT que conocemos. La diversidad sexual es igual al número de habitantes del planeta, porque incluso siendo dos personas heterosexuales pueden tener gustos y afinidades sexuales diferentes”, añadió. 

Sánchez citó a Carlos Monsiváis respecto a que la diversidad sexual es universal y también coincidió en que encapsular a los grupos sociales los vuelve más vulnerables. Sin embargo, dijo que esta clasificación a veces es necesaria por la burocracia de los programas sociales y para que las políticas públicas bajen a ese sector. 

“La diversidad hoy por hoy se está reinventando, los estereotipos los reinventamos conforme pasa la historia. Más allá de lo que cada quien decida asumir, el rol con los usos, los gustos y preferencias que ofrece este mundo, tiene que estar protegido por el Estado. Da igual que tengas una preferencia sexual o que te quieras vestir como quieras, pero tienes que estar protegido por el Estado”. 

En noviembre de 2018, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas y la Fundación Arcoiris presentaron los resultados del Diagnóstico nacional sobre la discriminación hacia personas LGBTI en México. En esa encuesta nacional se arrojó que de las víctimas de agresiones físicas motivadas por la preferencia sexual, el 41% se definieron como homosexuales, el 24% como lesbianas y el 21% como bisexuales. En tanto, quienes sufren alguna agresión por su identidad de género, el 66% dijo ser mujer trans, el 41% hombre trans, el 41% intersex, el 33% hombre y el 19% mujer. 

En el caso específico de la Ciudad de México, el 81% de los ciudadanos considera que sí existe discriminación hacía las personas los homosexuales. Además, este sector ocupa el número cuatro entre los grupos más discriminados en la capital, según la Encuesta Sobre Discriminación de agosto de 2021 del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred). 

La tarea está pendiente, derribar roles y estereotipos que nos lleven a la discriminación o la violencia, por más sutil que parezca. El primer paso es dejar de juzgar y encasillar a una persona por las preferencias que tenga o la manera en que decida vivir su vida. Es momento de reaprender y fortalecer el respeto hacia los demás. 

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