Debanhi: una voz dentro de la cisterna
#LaCasadelosEspejos

Periodista. Editor de Política en La-Lista.

Debanhi: una voz dentro de la cisterna
Manifestante coloca una flor sobre una de las fachadas de la FGR en CDMX. Foto: Alexa Herrera/La-Lista.

¿Y ahora a quién mataron?, se preguntan en los pueblos de mi país casi a diario.

En esta ocasión, fue a mí.

Dicen que caí en una cisterna.

Aparecieron restos. Confirmaron que era mi ropa.

El gobernador y su esposa seguían ensimismados en su Instagram y en levantar pesas.

Los fotógrafos comenzaron a tomar las imágenes que al día siguiente estarían exhibidas en cada esquina donde hubiera un puesto de periódicos.

Los helicópteros sobrevolaban la zona. Tal vez si la hubieran sobrevolado antes me habrían salvado.

El vendedor de la pluma ya escribe su nueva novela con los últimos datos dictados desde la fiscalía.

En Twitter no paran los mensajes sobre mí. Que si soy un cuerpo o si hay más.

Qué jodido país.

Guillermo Arriaga se solidariza en un tuit:

“Carajo, ni una sola más, ni una, llevamos décadas perdiendo mujeres en muertes absurdas, ¿qué vamos a hacer entre todos para pararlo?, ¿de qué estamos enfermos? #Debanhi”.

Tiene un par de días que no tuitea nada el gobernador. Como que no hay mucho qué presumir.

Ambulancias, policías, peritos, movimiento alrededor de la cisterna donde apareció mi cuerpo.

¿Y los culpables? Las autoridades dirán que no habrá impunidad, que se llegará hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga. Conferencia de prensa.

Me buscaban solo a mí pero podrían encontrar más cuerpos aquí o en otras cisternas. Y podrían decir que fueron más “accidentes”.

Como “accidentalmente” todas terminamos en un país con 99.99% de impunidad. No conozco al 1% que vive al amparo de la ley.

Regresemos a la cisterna. Si estuviera viva, tal vez diría mis últimas palabras: la culpa no era mía. Quisiera que todos me creyeran. Por lo menos sé que mi papá y mi familia me creerán.

Me dispongo ahora a descansar “en paz”, en una cisterna llamada México, donde no solo matan a las mujeres sino también matan la verdad.

*A la memoria de Debanhi y todas quienes no debían morir.

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