Un día del padre sin mi padre

¿Cómo es él? 

Todos los días a las 7:00 horas me lleva a la escuela. Todas las mañanas toma café. Sus panes favoritos son las conchas y los cuernitos, y le gusta ponerle picante a su comida o salsa de molcajete. 

Le gusta mucho el agua de piña. A veces intenta cocinar, pero no le sale, no sabe ocupar la licuadora ni tampoco la lavadora. 

Su equipo favorito de futbol es el América y se enoja cuando pierde un partido. Sabe manejar y algunos fines de semana salimos a dar la vuelta con los perros. Escuchamos la radio, casi siempre las noticias o el jazz, y en otras ocasiones nuestra lista de Spotify. 

Le encantan las camisas azules, a veces dice que no tiene y en realidad es que tiene muchas, todas son azules lisas, con cuadros o de diferentes tonos de azul. 

A él le gusta mucho leer, siempre inventa muchas historias. Lo disfruta. También le gustan las plantas y los animales. Así como ir a su pueblo en Oaxaca a visitar a sus padres. 

Le gusta tener todo ordenado, pero él es un desastre. 

¿El mejor padre no?

Pues les diré algo: lo parece y lo sería, pero es mi abuelo. El hombre que me ha acompañado desde que nací. 

Aunque todos los años mis compañeros disfrutan el Día del Padre con su padre, yo nunca he disfrutado de eso, pero creo que yo tengo al mejor papá del mundo y con eso basta. Él ha hecho lo que mi papá no hizo: llevarme a la escuela, comprarme cosas, pero lo más importante es que me quiere. 

Pese a que todos los años siento tristeza, mi mamá me explica que no debo sentir eso porque yo no tengo culpa de nada. Ahora pienso que él pudo tener una hija maravillosa y se lo perdió. 

Tengo el apoyo de mi familia para sentirme bien este día y mi abuelo debe disfrutarlo igual que yo. Mi abuelo es como un curita en mi herida. 

Lo que yo pienso del Día del Padre es que es increíble cuando lo puedes compartir con las persona que amas. ¡Feliz Día del Padre a los papás y a los que los sustituyen!

Este texto fue escrito por Natalia, de 11 años de edad.