Mbappé, heliocéntrico
Alioli

Es periodista y analista de datos. Ha colaborado en medios como Reforma, Chilango y Tec Review. Fue coautor del libro Ayotzinapa, la travesía de las tortugas, publicado por la editorial Proceso. También es hincha incondicional de los Leones Negros. Twitter: @ridderstrom

Mbappé, heliocéntrico
El delantero francés del Paris Saint-Germain, Kylian Mbappé, celebra tras marcar un gol durante el partido de fútbol francés L1 entre el Stade Brestois y el Paris Saint-Germain en el estadio Francis-Le Ble de Brest el 20 de agosto de 2021. Foto: LOIC VENANCE / AFP.

La bomba estalló hace poco: Kylian Mbappé está frustrado con el Paris Saint-Germain por no cumplir los caprichos que pidió para renovar su contrato en mayo pasado y ahora quiere abandonar el club. Luego del empate a cero del PSG ante el Reims en liga, el jugador subió a su Instagram una historia en la que se mofaba de no tener una referencia en punta que ayudara a desatascar partidos como ese. Lo tituló #PivotGang (banda pivote). Esa fue una de sus principales exigencias, porque quería jugar más suelto, como en la Selección Francesa, pero el PSG no pudo cerrar a un 9 de abolengo e incluso se desprendió de Mauro Icardi, el único en la plantilla que podría haber desarrollado ese papel. Las otras exigencias fueron fichar a Rashford, Lewandoski y Dembelé y deshacerse de Neymar y Messi para que él fuera la principal estrella del equipo. Nada se cumplió.

Hay dos escenarios posibles en el futuro próximo: que los directivos recurran al mercado de invierno para cumplir el capricho de su máxima estrella o que comiencen un pulso con él para dejar en claro quién manda en el club. El dinero no es problema para los dueños del PSG, pero sí el poder y las jerarquías. Le dieron demasiado espacio a Mbappé para hacerse con el club y ahora lo están pagando caro en forma de burla en la élite.

Es destacable el hecho de que Mbappé sea el primer jugador desde que el Qatar Investment Authority compró al PSG en 2011, que realmente ha cimbrado la jaula de oro. Los intentos anteriores fueron infructuosos. Desde la lucha de egos entre Ibrahimovic y Cavani por ser el 9 del equipo, pasando por los reclamos de David Luiz, quien aseguró que jugar la Ligue 1 con el PSG era como jugar FIFA en modo aficionado, hasta los desplantes públicos con que Verratti pidió a los directivos que le dejaran marchar al Barcelona en 2016. Todos los casos resonaron y terminaron apaciguados con dinero, pero ninguno ha traído tantas repercusiones mediáticas como el de Mbappé.

Consciente de que la estrella tiene la mejor posición en las negociaciones y que en Francia no existen las cláusulas de rescisión, Antero Henrique, director deportivo del PSG, fijó el precio de salida del galo en 400 millones de euros. Prohibitivo para cualquiera. Se ha hablado de que ningún equipo está dispuesto a cometer la locura, excepto quizá el Liverpool, que ahora pasa por un momento horrendo.

Un par de leyendas francesas y campeones del Mundo como Petit y Henry han aconsejado, cada uno a su manera, al joven Mbappé. Sobre las promesas incumplidas, Petit le espetó: “Crece, así es la vida”. Y sobre la posición en la que juega en el PSG, Henry le dijo: “A mí tampoco me gustaba jugar de extremo en el Barcelona. Lo odiaba. Al final, solo hay una regla: si el entrenador te pide que hagas algo, lo haces por el bien del equipo”.

Pero, ¿quién si no el PSG podría soportar las pataletas de Mbappé? En la Premier, quizá, se adaptaría rápidamente al juego con espacios y seguiría de cerca su particular batalla con Haaland, ¿pero alguien cree que los directivos del Liverpool lo mimarían tanto o le cumplirían sus caprichos, como el emir de Qatar? Uno supone que con el hipotético precio de venta, se le exija más seriedad y resultados inmediatos.

Vaya a donde vaya, el club comprador sabrá que tienen en su plantilla a un jugador caprichoso y que se siente el centro del universo, aunque aún no sea el indiscutible número uno del futbol. 

Mbappé es una apuesta sumamente arriesgada.

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