La ministra de ‘yerro’
Erre que erre

Licenciado en Periodismo y Medios por el Tecnológico de Monterrey y Máster en Teoría de la Cultura y Psicoanálisis por la Universidad Complutense de Madrid, España, país en el que radica actualmente desde hace más de tres años. Editor de La Península Hoy.

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<br>La ministra de ‘yerro’
Yasmín Esquivel, ministra de la SCJN. Foto: Twitter / Yasmín Esquivel

En Derecho existe una frase que en latín reza: “qui potest plus, potest minus”, que en español coloquial significa que quien puede hacer lo más complejo o difícil, seguramente podrá hacer lo menos o lo más simple.

Tal parece ser el caso que esta semana ha tenido como protagonista a la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Yasmín Esquivel Mossa, quien todo indica, ha podido lo más para una jurista, como lo es alcanzar un cargo como ministra en el máximo tribunal del país, a través de “lo menos”, que en su caso, parece será el comienzo de un derrumbe en la meteórica carrera profesional de la esposa de José María Riobóo, uno de los empresarios más cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador desde que este era jefe de Gobierno de la Ciudad de México. 

Esquivel Mossa ha sido señalada, ahora que aspiraba al cargo de Presidenta de la SCJN, ante la reciente salida del ministro Arturo Zaldívar, de haber plagiado su tesis de grado cuando era estudiante de la licenciatura en Derecho en el plantel de la FES Aragón de la UNAM, algo que no puede ser considerado lo menos para alguien que ha sido parte de la sala más importante de impartición de justicia en un país en el que esta se encuentra extraviada y sumamente cuestionada.

El caso es grave también porque Esquivel se ha encargado de negar todo señalamiento pese a existir diversas pruebas que parecen confirmar el plagio del documento académico con el que obtuvo su título profesional, el mismo que le ha permitido ejercer como abogada y actualmente como ministra de la Corte desde marzo de 2019, en los inicios del sexenio obradorista, y cuyo nombramiento en ese momento generó polémica por el poco bagaje que presentaba para sentarse en la Suprema Corte, sin obviar el hecho de ser la esposa de un prominente empresario que ha recibido contratos millonarios del obradorismo.

Pese a las pruebas que se han presentado en contra de su tesis, en las que se observa que el documento en efecto carece de rigor académico y de autenticidad, dos elementos clave para ser considerado un trabajo con valor académico, la ministra se ha encargado de emprender una búsqueda desesperada de escritos por parte de sus tutores académicos que le puedan lavar la cara, sin embargo, el efecto ha sido totalmente opuesto ya que estos documentos solo han dejado ver una trama incluso un tanto inocente, de intentar justificar su trabajo de grado a través de dichos de sus profesores sin ningún valor para contradecir las acusasiones de plagio en su contra.

Si bien la profesora que llevó la tesis de Esquivel en la FES Aragón publicó una carta asegurando que no existe plagio, el doctor José Antonio Núñez Ochoa, coordinador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Anahuac, quien fue director de la tesis de doctorado de la ministra, aseguró haber escrito a favor de la ministra bajo coacción de Esquivel, pero ante la crisis que el tema había generado, se desmarca de asegurar si la tesis es de la total autoría de la afectada. 

Ante la apabullante evidencia en la que se ha comparado el texto de Esquivel con otras tesis y el daño a la UNAM que el tema ha comenzado a causar, la FES Aragón dio a conocer que “iniciará un análisis pormenorizado del contenido y las circunstancias del caso y actuará con estricto apego a la normatividad universitaria”.

Ya veremos si este análisis es realizado bajo estricto escrutinio académico o bien, si dará cabida a coacciones o favores para las aspiraciones de un personaje que parece busca ‘lo más’ sin importar ‘lo menos’. 

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