Todos son feministas el 8M

Periodista especializada en perspectiva de género, miembro de Frontline Freelance. Es titular de la Unidad de Investigaciones Especiales en Once Noticias Digital y hace consultoría en comunicación y gestión de crisis. Con ellas y por ellas.

Twitter: @anagupin

Todos son feministas el 8M
En 2021, la marca de tenis Panam lanzó una fallida campaña feminista en torno del 8M.

LLevo ya varios años cubriendo la fuente de género como periodista y ninguna otra fuente ha sido tan gratificante para mí durante mi trayectoria profesional como esta. Primero, porque es un interés personal y después, porque ha sido una plataforma para conocer a increíbles mujeres con historias y objetivos que deben ser conocidos por más personas.

Sin embargo, ya es casi 8 de marzo, el Día Internacional de la Mujer, y personalmente es el día que más me enerva como periodista. Me explico, dejé de molestarme por las felicitaciones (a veces sinceras y otras condescendientes) que gente hace a las mujeres en ese día, para molestarme un poco cuando leo correos con propuestas de publicaciones que hacen marcas sólo para subirse al tren de este día. 

Y no me malinterpreten, celebro mucho que el 8M ya forme parte de la planeación de comunicación de muchas empresas en México y en el mundo, cuando estudiaba la licenciatura no era ése el escenario predominante, pues los temas relacionados con las mujeres y el género no eran una agenda prioritaria para nadie. Lo que me sucede cada año es que desearía que esas acciones afirmativas, esos perfiles de mujeres competentes o esas propuestas de política pública vivieran fuera de ese día en que todo, hasta el paisaje de las ciudades en México, se viste de morado.

Ahora, desde el terreno de relaciones públicas me he encontrado con una labor titánica de mis compañerxs por explicar a clientes planes de acción consistentes, constantes y valiosos con un foco en la responsabilidad social, y no cuánto dinero va a significar para las ventas derivadas de una campaña (de purplewashing) de marzo, con productos o servicios diferenciados sólo en esta época del año. 

Noto que el primer paso es que una marca, o más bien sus vocerxs, se atrevan a hablar sobre el feminismo sin temerle a la palabra, que por sí misma engloba diversidad de corrientes ideológicas. “Queremos hablar de mujeres, pero que no nos asocien como feministas”, escuché en alguna junta. Y más allá de que una marca no debería aspirar a coptar ninguna causa social, estoy convencida de que necesitan precisamente convicción en caso de que quieran tomar cartas en los asuntos relacionados con la desigualdad y violencia de género.

Hace un año tuve la oportunidad de entrevistar a la talentosísima Marimer Baltazar, socia fundadora de Meraki México, una consultora especializada en manejo de crisis, y me dijo que muchas campañas del 8M no pasan la prueba del purplewashing porque en sus centros de trabajo existe una brecha salarial por género, no tienen un comité de ética y las mujeres no ocupan posiciones gerenciales o de alto mando. Y por supuesto que la tendencia es que las personas se inclinan más por consumir marcas percibidas como socialmente responsables, el segundo reto es ir más lejos de esa percepción, de su reputación. 

Aun así, en esta ocasión asistí a una junta en la que una persona que dirigía la gerencia de una marca (mujer, por cierto) dijo que esperaba no una campaña de 8M sino un plan de acciones (no sólo comunicación) para construir una plataforma que sirva a mujeres y adolescentes (aunque no sean sus clientas), para tener información útil acerca de los diferentes tipos de violencia y desigualdad que las mujeres viven sólo para ser mujeres. También para que esos espacios sean ocupados por expertas que den recomendaciones a otras mujeres para negociar un mejor salario en su trabajo, a estar tranquilas consigo mismas, a cuidar de su salud mental, a cuidar de su cuerpo combatiendo al mismo tiempo la dismorfia corporal. 

Eso me parece valioso, porque aunque el capital no tenga cabida en las causas sociales, forma parte de nuestra vida y prefiero que las marcas se sientan más obligadas a tomar acciones alrededor de las mujeres, pero prefiero mil veces que una marca lo haga no en los 8 de marzo, porque eso son nuestros. 

Por último, denle una revisada a esta magnífica cuenta que señala algunas de las condiciones incongruencias en las que operan normalmente las marcas que deciden subirse al 8M. https://twitter.com/PayGapApp

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