Tener un hijo, sembrar un árbol, presentar un libro…
La terca memoria

Politólogo de formación y periodista por vocación. Ha trabajado como reportero y editor en Reforma, Soccermanía, Televisa Deportes, AS México y La Opinión (LA). Fanático de la novela negra, AC/DC y la bicicleta, asesina gerundios y continúa en la búsqueda de la milanesa perfecta. X: @RS_Vargas

Tener un hijo, sembrar un árbol, presentar un libro…
Feria Internacional del libro en Coyoacán. Imagen: @Alcaldia_Coy

Cuando era niño me hubiera gustado sacarme muchas fotos con futbolistas profesionales o deportistas famosos, pero no existían los teléfonos celulares ni las cámaras digitales y mis hermanos y yo nos conformamos con tener el autógrafo que Hugo Sánchez le dio a mi papá en la servilleta de tela de algún restaurante. Tampoco es que hubiéramos tenido la oportunidad de conocer a muchas celebridades, pero recuerdo que en el Aurrerá de Plateros un día nos encontramos a Olaf Heredia, portero de Pumas, y en la Unidad Independencia a menudo veíamos a los jugadores del Atlante, que entrenaban ahí una vez por semanas. ¡Ah, como me hubiera gustado tener una cámara para fotografiarme con el gran “Cabinho”, el “Ratón” Ayala o Grzegorz Lato!

Ya en los años finales de mi adolescencia, cuando me corrieron de la prepa y comencé a leer de manera furibunda, me volví un asiduo asistente a presentaciones de libros, para conocer a escritores y otros personajes del mundo cultural, con algunos de los cuales sí me he tomado fotos. No tuve una cámara a mano, pero una de las presentaciones que recuerdo con más gusto es la de “Llamadas nocturnas”, un libro de relatos de Rafael Pérez Gay, donde conocí a José Agustín; a Luis Zapata, que me tiró la onda cuando me acerqué a que me firmara un libro, y dije “salud”, media docena de veces, con Alejandro Aura.

En las presentaciones de Paco Ignacio Taibo II nunca había alcohol, pero tomábamos cocacola a lo descarado. Cuando presentó “La bicicleta de Leonardo”, Flor Berenguer le firmó un autógrafo a mi papá en un ejemplar de “No habrá final feliz” y el propio Taibo me presentó a un escritor llamado Agustín DeGyves, del que nunca volví a saber después de leer “Ahí viene Martín Corona”, su primera novela. También fui un asiduo de las presentaciones de Jordi Soler y tengo firmados varios de sus libros, además de cruzar algunos comentarios sobre Rock 101, supe de su fetichismo por los pies por la dedicatoria que me escribió en “La mujer que tenía los pies feos”. Inolvidable también fue la presentación de “La reina del sur”, a cargo de Germán Dehesa, en el Salón México o las dos horas formado para que John Katzenbach me firmara un ejemplar de “El profesor”.

No puedo dejar pasar que cuando estudiaba en el ITAM, me hacía sentir importante asistir a las presentaciones de libros de mis profesores, como Alonso Lujambio, Pepe Fernández Santillán o Javier Garciadiego. A ellos nunca les pedí una foto.

El lado humano

El jueves 23, Guillermo Arriaga presentó, en el Polyforum Siqueiros, “Extrañas”, su más reciente novela, ante más de 500 personas que esperaron pacientemente hasta las 11:00 de la noche para que el autor les firmara sus libros.

Claudia Urbina, lectora entusiasta, promotora cultural y coordinadora del círculo de lectura “Clau Entre Libros”, comenta que en las presentaciones de libros los escritores se quitan ese halo de intelectualidad que los cubre para mostrar su lado humano, algo que los acerca aún más a sus seguidores.

“Me emociona muchísimo que la presentación de un libro esté llena, ver a toda una ‘tribu’ de lectores formados para que un escritor les firme sus libros o se tome una foto con ellos. El escritor se convierte en un ‘rockstar’ y sus lectores en auténticos ‘groupies’, pero ahí, en ese momento, muestran su lado humano para platicar un par de minutos con ellos”.

Entre las decenas de presentaciones de libros a las que ha asistido, Clau destaca dos, la de “Pasar inadvertido”, el poemario de Benito Taibo, en la que el escritor le leyó un poema a su esposa y le pidió a los asistentes que le cantaran “Las mañanitas”, y la de “El infinito en un junco”, de Irene Vallejo, por la pasión con que la autora describió cómo escribió ese libro.

Mi primera vez

De los cuatro libros que coordiné como editor, ninguno tuvo presentación, por eso estoy muy nervioso por dar a conocer, en un foro tan importante como la Feria Internacional del Libro de Coyoacán, “Dos en el área. La biografía de José Luis Lamadrid”, el libro que escribí en coautoría con mi amigo Hugo Carreón.

Los espero el próximo jueves 30 de marzo, a las 16:00 horas en el Foro Elena Garro, de la FILCO, en el centro de Coyoacán.

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