El PRD un partido con tradición socialdemócrata

Frente al peligro de que México derive hacia una tiranía que acabe con nuestras libertades políticas y los derechos amplios para la sociedad, como está amenazando López Obrador, según lo escuchamos el pasado 18 de marzo en el Zócalo de la CDMX, es necesario dejar claro que ese no es un gobierno de izquierda. Y por ello se levanta como una imperiosa necesidad fortalecer la opción socialdemócrata.

Durante la primera mitad del siglo XX, la socialdemocracia fue el nombre del socialismo tanto del revolucionario como del socialismo reformista, que transitó al socialismo democrático, el cual busca la igualdad social e igualdad de derechos sociales en condiciones de libertad, mismo propósito que persigue el PRD.

La socialdemocracia europea tuvo su mejor momento después de la segunda guerra mundial porque sus planteamientos eran los más adecuados para gestionar el mundo que había surgido de las nuevas reglas del capitalismo.

Por ejemplo, el modelo sueco se caracterizó por el desarrollo de un amplio sector público de servicios –educación, sanidad, asistencia social y pensiones-, con una industria competitiva, con tecnología y salarios justos para trabajadores bien formados y calificados, nunca se planteó cambiar las formas de propiedad.

Aunque una vez existió una contradicción en la socialdemocracia entre ecología y trabajo, es un debate superado. Ahora los problemas medioambientales son parte fundamental de la agenda socialdemócrata y por ende del PRD.

La socialdemocracia vuelve a ponerse de actualidad y más en el contexto de este gobierno obradorista con claros contenidos autoritarios y populistas. Ante esto, la propuesta socialdemócrata es avanzar hacia una sociedad cohesionada y no polarizada como la que este gobierno se empeña todos los días en generar; de crecimiento compartido y no de mantenimiento de la pobreza a través de los programas sociales demagógicos que solo perpetúan las condiciones de carencia; de apuesta por un futuro sostenible y no uno contaminante con graves consecuencias para el medio ambiente y la salud de las y los mexicanos, como son las aberrantes inversiones de este gobierno en refinerías. 

Nuestro objetivo es profundizar y desarrollar el principio democrático en la política y en la economía. Con este gobierno nos estamos alejando de un ingreso medio cada vez mayor y del acceso a través del mercado a los servicios que en el modelo socialdemócrata de sociedad constituyen servicios públicos universales.

Ante la crisis sistémica del modelo neoliberal es de nuevo la hora de la socialdemocracia, no se trata de volver al modelo de la posguerra sino al modelo de las nuevas circunstancias, aumentando el poder adquisitivo con mejores salarios y garantizando una serie de servicios públicos que en su momento logró el Estado de bienestar.

La socialdemocracia tiene plena actualidad y está hoy ante una gran oportunidad frente a este gobierno tiránico y dictatorial, que por supuesto no tiene nada de izquierda y mucho menos democrático.

El PRD, como único partido de izquierda, es la síntesis de la diversidad de las izquierdas mexicanas. Desde nuestra fundación nos hemos asumido como un movimiento unificador de todas las fuerzas sociales y políticas, locales, regionales y nacionales, que se identifican con los principios socialdemócratas para desplegar la lucha política en favor de la transición democrática y la conformación de un régimen democrático con justicia social.

En el PRD, pugnamos por una sociedad con mercado y no por una sociedad de mercado. Un Estado social democrático y de derecho, de bienestar que afirma y garantiza el carácter universal, no discrecional, no circunstancial y no electorero de los derechos sociales.

Esto es lo que significa ser socialdemócrata en México.