Reconocer a las trabajadoras del hogar

Estudió Ciencia Política en el ITAM. Trabaja en el área de Sociedad Incluyente del IMCO, donde investiga principalmente temas de educación. Anteriormente trabajó en el Inai donde diseñó proyectos sobre transparencia presupuestaria en pandemia y gobierno abierto.

X: @Martha_CCM @imco_mx

Reconocer a las trabajadoras del hogar
'Como país tenemos una enorme deuda con las trabajadoras del hogar'.

Como país tenemos una enorme deuda con las trabajadoras del hogar. En México, los derechos laborales fueron reconocidos en 1931 con la expedición de la primera Ley Federal del Trabajo. Sin embargo, pasaron cerca de 90 años para que las labores del hogar se reconocieran como un empleo merecedor de derechos como cualquier otro.

Antes de 2019, las trabajadoras del hogar no podían afiliarse al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ya que, ante la ley, el trabajo del hogar no figuraba como una ocupación. Hoy se vive una historia diferente gracias al esfuerzo de mujeres organizadas que, tras vivir malas condiciones laborales y discriminación, decidieron reclamar sus derechos y dignificar su trabajo.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 2.3 millones de personas trabajadoras del hogar, de las cuales 88% son mujeres. El empleo precario que enfrentan obstaculiza su derecho a una vida digna. Por ejemplo, de cada 100 trabajadoras del hogar, 96 no tienen acceso a servicios de salud o ganan hasta dos salarios mínimos al mes y 72 no cuentan con prestaciones de ley como el aguinaldo o las vacaciones.

En la lucha por los derechos laborales de este sector se han ganado batallas importantes. Tal es el caso del reconocimiento legal del trabajo del hogar así como de la reciente obligatoriedad de la afiliación al IMSS desde noviembre de 2022. Gracias a estas conquistas las trabajadoras pueden exigir un trato digno en sus lugares de trabajo, salarios que retribuyan sus esfuerzos, acceso a servicios de salud, pago de prestaciones y contratos escritos que brinden certidumbre jurídica de su relación laboral.

Aunque en el papel los derechos ya han sido garantizados, en la práctica millones de trabajadoras siguen sin estos beneficios. A casi cuatro años del lanzamiento del programa piloto para obtener seguridad social, la cobertura ha alcanzado a poco más de 40 mil trabajadoras, lo que equivale a menos del 2% del total que hay en el país.

Para lograr la universalidad de estos derechos es inaplazable que las instituciones públicas muestren un verdadero compromiso. Es urgente facilitar y automatizar el proceso de afiliación de las trabajadoras del hogar al IMSS. Empezando por el IMSS, la institución continúa sin actualizar su plataforma de afiliación de trabajadoras del hogar en respuesta a la obligatoriedad vigente desde hace más de cuatro meses. Esta sigue mostrando la fase piloto que es de carácter voluntario lo que genera confusión entre las personas usuarias.

Actualmente, los empleadores deben generar sus fichas de pago y comprobantes de derechos mes con mes y acudir de manera presencial a alguna sucursal bancaria a realizar el pago en horario laboral. Hacer más eficientes y accesibles los procedimientos es responsabilidad del gobierno para reducir las barreras de entrada y promover que los empleadores respeten los derechos de sus trabajadoras. Entre estas políticas no puede dejarse de lado la difusión del programa y sus beneficios, así como fortalecer los mecanismos de denuncia para hacer aplicable la ley para quienes no cumplan con sus obligaciones. 

Al garantizar derechos laborales para este sector, se dignifica y reconoce el valor que tienen las tareas domésticas en nuestra sociedad. La dignificación de estas tareas contribuye a combatir la discriminación y los sesgos de género alrededor de las labores de cuidado, lo que finalmente se traducirá en mejor calidad de vida, igualdad de oportunidades y derechos para sectores tradicionalmente vulnerables.

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