Le pasa a Rosalía, nos pasa a todas

Activista, luchadora social y promotora de los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños, personas con discapacidad, comunidades indígenas y personas LGBTQ+. Presidenta de la Asociación Civil Rosa Mexicano. @catymonreal_

Le pasa a Rosalía, nos pasa a todas
Foto: Facebook.com/Rosalia

La violencia contra las mujeres tiene raíces tan profundas que muchos agresores no se identifican a sí mismos como violentadores. En la famosa carta que escribió Salma Hayek contra Harvey Weinstein, se mencionaba este curioso fenómeno. Harvey de verdad pensaba que no estaba agrediendo a estas mujeres. 

Este ha sido el caso de JC Reyes, un rapero español, quien subió a sus redes imágenes generadas por Inteligencia Artificial (IA) de Rosalía sin ropa. En el momento el cantante hizo pasar las imágenes como reales, e incluso quiso vender la idea de que las fotos se las había enviado Rosalía. 

En este caso, tenemos una avalancha de conductas delictivas. La primera, que independientemente de si hubieran sido verdaderas, las fotos íntimas no se pueden difundir sin consentimiento de la persona. 

Esto no solo viola los términos de servicio de Instagram, al menos en México, es una violación a la Ley Olimpia, y por lo tanto, un delito que se castiga hasta con cárcel.

Como muchos otros, JC Reyes busca normalizar la agresión contra Rosalía, asegurando que “es una broma”. ¿Cuántas veces hemos oído esta misma justificación? 

La violencia contra las mujeres no “da risa”. Es un asunto serio y debe tener consecuencias fuertes. Hasta el momento, no ha habido represalias contra JC Reyes. Su perfil en Instagram no está dado de baja, ni Rosalía ha hablado de proceder más allá de la denuncia pública.

La Motomami señaló que entiende este tipo de agresiones como una bravuconada, un querer colgarse de su fama, pues ella cuenta con 25 millones de seguidores en Instagram contra los 267 mil de él. Sin embargo, por desgracia, esta no será seguramente la única agresión sexual y digital que Rosalía experimente en su carrera. 

Taylor Swift, Rihanna y muchísimas más mujeres llevan en carne propia las heridas de un patriarcado que castiga a las mujeres que la rompen y triunfan en la vida pública. 

Por su parte JC Reyes se niega a aceptar su papel como agresor de mujeres. Digámoslo con todas las palabras: la excusa de la broma es patética. Sus disculpas no cumplen la mínima buena fe, al negarse como un violentador, ni proporcionar garantías de que no volverá a hacer esto.

Este caso nos enseña cómo las mujeres no estamos seguras ni en los espacios físicos ni digitales. De acuerdo con el informe sobre violencia digital, el 95% de quienes solicitan ayuda son mujeres. En lugar de volverse una herramienta para cerrar brechas y sesgos de género, las nuevas tecnologías se han vuelto una herramienta más de opresión.

La Inteligencia Artificial no debe ser cooptada como un método para amedrentar a las mujeres, o de explotarlas. El problema viene de fondo: de un sistema misógino que promociona la idea del cuerpo de las mujeres como un bien de consumo. Desde marcas de moda, productos de comida, comerciales y turísticos. “El sexo vende”, decían. Lamentablemente en pleno 2023, esta idea sigue vigente. La violencia digital es un problema que no puede ser ignorado, y necesitamos tomar medidas para crear un entorno en línea más seguro y saludable para todos.

Rosalía lo entendió muy bien: “el cuerpo de una mujer no es propiedad pública, no es una mercancía para tu estrategia de marketing”.  Existen ya herramientas para castigar a este tipo de agresores. Para proteger nuestra propia privacidad en la era digital, podemos aprender del caso de Rosalía. 

Es fundamental establecer límites claros en cuanto a la información que compartimos en línea y cómo se utiliza. Debemos revisar cuidadosamente las políticas de privacidad de las plataformas que utilizamos y comprender cómo se manejan nuestros datos personales. 

Además, debemos ser conscientes de los derechos que tenemos como usuarios y estar dispuestos a defender nuestra privacidad cuando sea necesario. Esto implica que ante estos casos alcemos la voz: JC Reyes es un agresor de mujeres.

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