El Área de Seguridad Compartida entre las dos Coreas
Historias peregrinas

Periodista, escritor y editor. Autor de los libros Norte-Sur y El viaje romántico. Director editorial de purgante. Viajero pop.

X: @ricardo_losi

El Área de Seguridad Compartida entre las dos Coreas

Antes de embarcarse en la denominada Trilogía de la venganza —mundialmente celebrada por la colosal Oldboy—, el director, guionista y productor surcoreano Park Chan-wook filmó Joint Security Area (JSA): un potente drama con fachada de thriller sobre la amistad, con la tensión política y militar entre las dos Coreas como telón de fondo.

            Nominado el año pasado a la Palma de oro en Cannes por el film noir romántico Decision to leave, Chan-wook recordó recién en una entrevista que en su momento pudo haber ido a prisión tras atentar con el rodaje contra el Acta de Seguridad Nacional de su país. En la cinta estrenada en el 2000, el realizador cuenta la historia de cuatro soldados, dos de cada bando, que entablan en secreto una amistad en la frontera entre Corea del Norte y Corea del Sur: el Área de Seguridad Compartida, la única zona desmilitarizada de toda la península.

            La trama se desarrolla en Panmunjom, ubicada a poco más de 50 kilómetro de Seúl, la capital surocoreana, el lugar donde se realizan buena parte de las negociaciones entre las dos Coreas y donde se firmó el armisticio que provocó el final de la guerra de Corea, un conflicto bélico que enfrentó a Corea del Sur, con el apoyo de las fuerzas armadas de Estados Unidos, y Corea del Norte, respaldada por la coalición integrada por la República Popular China y la Unión Soviética, en los albores de la Guerra Fría. Conviene recordar que, precisamente, la división territorial de Corea se produjo a final de la Segunda Guerra Mundial, tras un acuerdo entre la Unión Soviética y Estados Unidos para implantar un estado socialista, al norte, y otro capitalista, en la frontera sur.

            Seguramente no exista una metáfora más redonda del antagonismo ideológico entre las dos Coreas que el denominado Puente sin retorno, un espacio clave en el desarrollo de la historia, puesto que supone la línea de demarcación militar entre Corea del Norte y Corea del Sur y el lugar donde se llevó a cabo el intercambio de prisioneros posterior al armisticio de una guerra que cobró la vida de más de 3 millones de personas en ambos lados de la frontera. Aunque quizá el momento más emotivo de la película haya tenido lugar durante uno de los encuentros furtivos entre los soldados, cuando se lamentan, embebidos en nostalgia, el suicidio del cantante folk Kim Kwang Seok, con los versos de A Letter from a Private de fondo. La imagen, además de rezumar una belleza apabullante, resulta poderosa como la utopía de la reconciliación entre las dos Coreas.

            De hecho, durante una cumbre realizada en 2007, el entonces presidente progresista de Corea del Sur, Roh Moo-hyun, le regaló la cinta en formato DVD al ex dictador norcoreano Kim Jong-il, padre del actual líder supremo de la República Democrática de Corea, Kim Jong-un. A 15 años de distancia de aquel simbólico episodio, las dos Coreas siguen sin tender lazos diplomáticos, a excepción de un partido de futbol realizado a puerta cerrada, ante la presencia de un centenar de funcionarios del gobierno norcoreano, en Pionyang, rumbo a la Copa del Mundo de Qatar 2022. Jong-il murió perpetuado en el poder de un ataque al corazón, en 2011, y Moo-hyun se quitó la vida dos años antes tras arrojarse de un precipicio cerca de su casa, en medio de una investigación por corrupción.

            En su día hizo bien en señalar el crítico de cine argentino Leonardo D’espósito que Joint Secutry Area (JSA) se adhería a la idea de que el cine —inteligente— puede ser un vehículo para entender una realidad compleja.

Síguenos en

Google News
Flipboard