A 14 meses del final del sexenio 30 preguntas

En la recta final del tiempo de Andrés Manuel López Obrador como Presidente de México, vale la pena hacer un recuento de las oportunidades perdidas. Es necesario revisar los resultados objetivos en aspectos esenciales de la administración que comenzó en diciembre de 2018 y concluirá el uno de octubre del año entrante.

¿Tenemos un país menos violento? ¿El ejercicio de las libertades ganó terreno? ¿Se avanzó en el respeto a la división de poderes? ¿Nuestras instituciones son más fuertes? ¿Gozamos de un mejor sistema de salud? ¿Se combatió eficazmente la pobreza? ¿Disminuyó la corrupción? ¿Somos un país más competitivo y con mejores oportunidades para los jóvenes? ¿Hay menos impunidad? ¿Se mejoraron los apoyos a la investigación científica? ¿México es un país más seguro para el ejercicio del periodismo? ¿Se reforzaron los apoyos  públicos al deporte? ¿Tenemos una economía más sólida? ¿La administración pública es más transparente? ¿Avanzamos en el respeto al Estado de derecho? ¿Se ha logrado combatir al crimen organizado con eficacia? ¿Se erradicó el tráfico de influencias en el gobierno federal? ¿Mejoramos las políticas de protección al medio ambiente? ¿Fueron eficientes y responsables las decisiones para enfrentar la pandemia? ¿En los últimos 5 años se apuntaló a nuestra democracia y a los órganos autónomos que la garantizan? ¿Fortalecimos la presencia de México en el mundo? ¿Se propició la unidad entre los mexicanos? ¿Se ha combatido con éxito la violencia contra las mujeres? ¿Se desmilitarizó la seguridad pública? ¿Se respaldó decididamente el desarrollo cultural? ¿Incentivamos el uso de energías limpias? ¿Mejoró la calidad y probidad de nuestros funcionarios públicos? ¿El círculo cercano del presidente de la República dejó de estar envuelto en escándalos de corrupción? ¿Se propiciaron condiciones para respetar la libertad de expresión de quienes difieren de la narrativa triunfalista sobre el desempeño del gobierno?

¿En general somos un mejor país que hace 5 años? 

Quienes mayoritariamente favorecieron con su voto al triunfador en 2018 estaban convencidos de que la mayoría de respuestas a estas interrogantes serían positivas. Lamentablemente las estadísticas serias, los estudios comparativos de las instituciones nacionales e internacionales más acreditadas nos permiten establecer que la contestación en todos los casos es un contundente no, al que se opondrá la sorna de los otros datos.

Las corruptelas y errores de Enrique Peña Nieto no se corrigieron, ni siquiera hubo voluntad política para llamarlo a cuentas porque al entregar el gobierno cumplió su parte del pacto y eso le mereció la recompensa de impunidad que disfruta en su exilio dorado.

Sin recato alguno para mentir, el primer tabasqueño del país se alimenta del autoelogio, la demagogia y la soberbia para lanzar amenazas contra críticos, periodistas, ministros, legisladores, intelectuales, aspirantes o ciudadanos que exhiben los rasgos más déspotas de su personalidad. Congruente con su estilo jamás reconocerá sus derrotas pasadas o futuras, a 14 meses de concluir recrudecerá el ánimo dictatorial para aplastar cualquier amenaza sobre su proyecto de maximato.

Les puedo anticipar que a pesar de que no cuenta con los votos necesarios en el Congreso para impulsar una reforma constitucional, enviará su iniciativa para acotar al Poder Judicial de la Federación y lo hará para establecer un mensaje claro de continuidad e intervencionismo sobre quien resulte ungido para sucederlo. Como ya se anticipó, quieren la elección de ministros a través de voto directo, eliminar las facultades del Tribunal Constitucional para evitar que la Suprema Corte anule leyes violatorias de la Constitución, corrija los excesos del Ejecutivo o del partido mayoritario representado en las cámaras federales. Ha trascendido que además intentará disolver arbitrariamente la actual integración del Alto Tribunal para imponer otro a modo que muestre la docilidad de incondicionales como Loretta Ortiz o Yasmín Esquivel, quienes aspiran a presidir el engendro que se diseña para aniquilar formalmente la autonomía e independencia judicial.

Por eso no dejaré de insistir en mencionar que el destino de la Corte se definirá también en la boleta electoral para determinar la integración del Congreso en 2024. Una mayoría absoluta para  Morena y sus aliados propiciará la extinción del Tribunal Constitucional que ha dado la batalla para defender nuestro vapuleado Estado democrático de derecho.      

El contexto de crecientes ataques a los jueces es desde hace varios meses una inquietud en diversos organismos internacionales, apenas el 25 de julio la Barra de Abogados de los Estados Unidos (American Bar Association) en respaldo a la Barra Mexicana Colegio de Abogados  instó al Presidente López Obrador a respetar al Poder Judicial Federal. La ABA fundada en 1878, uno de los colegios de abogados más importantes del mundo, identifica los permanentes comentarios del mandatario en sus conferencias de prensa matutinas como un ambiente hostil que atenta contra la separación de poderes, así lo consideró la jurista Deborah Enix-Ross presidenta del organismo que firmó la misiva enviada a Palacio Nacional. 

Otro tema que enciende focos rojos respecto a México, es la situación de violencia que AMLO y su gobierno han sido incapaces de frenar. Lo evidenció Anne Milgram, jefa de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) durante su comparecencia en el Capitolio el pasado 27 de julio. La funcionaria hizo públicos datos escalofriantes sobre el poder que han alcanzado los principales grupos criminales en nuestro país durante el presente sexenio. Según la declaración de Milgram, entre los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación suman más de 44 mil elementos activos con presencia en 21 entidades de nuestro país.

Nuestra realidad no mejorará en los próximos 14 meses, el desgaste del último año de gobierno y la creciente polarización electoral hacia el relevo presidencial propiciarán un comportamiento aún más autoritario desde el Ejecutivo, Morena y sus incondicionales.

El saldo de la administración López Obrador es desastroso, en los discursos de los aspirantes a sucederlo desde su partido tampoco habrá variaciones en la autocomplacencia que pretende borrar la realidad de un país que seguirá escuchando promesas falsas y repetitivas. Ni Marcelo Ebrard, Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López lograrán demostrar con seriedad y objetividad que alguna de las 30 preguntas deban contestarse con un sí.    

EDICTOS

Si hay una institución con gran autoridad científica para hacer coherentes recomendaciones a la población para prevenir contagios ante el comportamiento del Covid-19, esa es la Universidad Nacional Autónoma de México. Es sorprendente que a estas alturas y tras una pandemia tan mal manejada por las autoridades del sector Salud, algunos se escandalicen por la sugerencia sobre el uso de cubrebocas en espacios concurridos y cerrados. Por cierto, es necesario advertir que el gobierno federal no ha comprado vacunas. Si usted quiere o debe aplicarse los refuerzos simplemente no hay, queda la burla de un líquido procesado en Cuba llamado “Abdalá” que suponiendo sin conceder, proteja contra el virus tampoco está disponible. Una raya más al tigre en la responsabilidad penal que algún día tendrá que enfrentar Hugo López Gatell.