Las mujeres tampoco pueden tener vivienda propia

Periodista especializada en perspectiva de género, miembro de Frontline Freelance. Es titular de la Unidad de Investigaciones Especiales en Once Noticias Digital y hace consultoría en comunicación y gestión de crisis. Con ellas y por ellas.

Twitter: @anagupin

Las mujeres tampoco pueden tener vivienda propia
Las mujeres tampoco pueden tener vivienda propia. Foto: Envato Elements

Cuando hablo con mujeres de mi edad percibo una idea generalizada con respecto a que, como mujeres milenial, no es tan fácil pagar una vivienda propia pronto o quizá jamás. Y considerando que de las 23.9 millones de viviendas propias, 41.5% de las personas propietarias son mujeres y 56.9% son hombres, no es tan descabellado decir que la vivienda es un reto en México de forma generalizada, pero hay retos particulares que enfrentamos las mujeres.

Hace tiempo hice un reportaje para Canal Once en el que tuve que entrevistar a más de 15 jóvenes menores de 30 años sobre su acceso a la vivienda y el escenario no fue diferente al de mis conocidas; sin embargo, más de una mencionó el contexto laboral como la mayor determinante para no tener acceso a una vivienda propia. Y si, en efecto, el contexto laboral pone en desventaja a las mujeres, otra vez, en su cometido para adquirir un bien inmueble. 

Primero: la brecha salarial

En un año, un hombre gana 40 mil 816 pesos más que una mujer, según la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2022 que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). Y el problema no es sólo que ganen más, más bien, el problema es que ganan más haciendo las mismas funciones por las cuales las mujeres reciben un pago 17% menor que el de sus pares. Sumándole que la pobreza laboral afecta desproporcionadamente a las mujeres. Como señala el sitio México cómo vamos, en cada entidad del país hay más mujeres que hombres en situación de pobreza laboral.

Segundo: La salida del mercado laboral de mujeres

Al salir del mercado laboral para asumir labores de cuidado que no remuneradas. Considerando que son ellas quienes salen porque suelen percibir sueldos menores que sus parejas, también es necesario destacar que en estas labores no se considera sólo a infancias sino también a personas mayores (que para 2025 será equivalente a 17 millones de personas, sí, con todo y la inversión de la pirámide poblacional). Y ¿cuánto dinero representa la economía de los cuidados que es subsidiada por mujeres? Tan sólo en 2021, el valor económico de las labores domésticas y de cuidados reportó un monto de 6.8 billones de pesos a precios corriente, también de acuerdo con Inegi. 

Tercero: Las mujeres ocupan la mayor parte de los empleos en la informalidad

De hecho, la tasa de informalidad en ellas es de 54.8%, mientras que para los hombres un 48%. La primera afectación de este hecho es que no cuentan con acceso a ningún tipo de seguridad social, entendiendo que va más allá de servicios de salud obligatorios por ley, sino que tampoco tienen acceso a instrumentos gubernamentales/financieros que ofrecen instituciones encargadas de la vivienda, por ejemplo.

Es por eso que se tiene que hablar hasta el cansancio de políticas públicas que se enfoquen a crear más oportunidades para que mujeres puedan ser propietarias de su vivienda, considerando además que al menos 33 de cada 100 hogares mexicanos son encabezado por mujeres (Inegi).

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Para las mujeres en México, tener vivienda propia es sinónimo de obstáculos. Foto: Envato Elements

Tal es el caso del programa Mujer Infonavit de El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). Este consiste en la modificación de reglas que habían perjudicado a mujeres para que ahora sea posible:

  • Solicitar el plazo máximo de crédito a una edad mayor, ya que se aumenta el límite de edad para liquidar tu crédito hasta 75 años, cinco años más que si fueras hombre. Lo cual tiene sentido porque las mujeres en México tienen una mayor esperanza de vida que los hombres. Y también implicaría tener acceso a mayores montos de crédito, que serán pagados a una tasa diferenciada y fija de 10%.
  • Necesitarás menos puntos de precalificación. En lugar de cumplir con 1,080 puntos, sólo serán necesarios 1,060 para solicitar un crédito para la adquisición de una vivienda o de pago de pasivos. 

Y, por último, sumaría una medida que, si bien no es nueva, todavía no es tan socializada: el programa Unamos puntos posibilita a mujeres a unir sus financiamientos con su mejor amiga o hermana para que ninguna mujer se sienta forzada a mantener una relación con una pareja o de vivir con sus familiares en condiciones de violencia para contar con una vivienda.

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