Ponte las pilas
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Doctora en Comunicación y Pensamiento Estratégico. Dirige su empresa BrainGame Central. Consultoría en comunicación y mercadotecnia digital, especializada en tecnología y telecomunicaciones. Miembro del International Women’s Forum.

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La tecnología y la sustentabilidad pueden transformar tu vida y el mundo para un futuro más verde y saludable. Foto: Envato Elements

Abrimos la llave del agua, prendemos la luz, subimos al Metro o al Metrobús y damos por hecho que están a nuestra disposición mágicamente; vamos a la tortillería con la seguridad de que en nuestra mesa habrá tortillas recién hechas, sin pensar en la cantidad de tecnología para la generación de energía que hace posibles estos servicios.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en diciembre de 2022[1] los sistemas públicos de transporte urbano de pasajeros de la Zona Metropolitana del Valle de México trasladaron un promedio de 5.2 millones de usuarios diarios. Ahora bien, si trasladamos estos datos a nivel nacional, el INEGI estima que el transporte público trasladó a 1,112.8 millones de personas en 2022.

El transporte es uno de los principales contribuyentes a las emisiones de CO₂, no sólo en México sino en el mundo. Alrededor del 24% de todas las emisiones provienen de este sector y más del 75% de ellas provienen del transporte por carretera con automóviles, camiones y transporte urbano. Los autos de pasajeros representan el 60% de las emisiones del transporte por carretera a nivel mundial.

En nuestro país gran parte del crecimiento demográfico será urbano en pocos años; se estima que pasará de contar con 384 ciudades a 961 en 2030, en las que se concentrará 83.2% de la población nacional según ONU hábitat. Sin embargo, México enfrenta todavía enormes desafíos para mejorar la eficiencia energética debido a la falta de incentivos para invertir, falta de información y educación sobre este tema dentro de la población, y negación por parte del gobierno para adoptar el uso de energías renovables como la solar o la eólica para minimizar los efectos de los combustibles fósiles.

A pesar de lo anterior, detrás del sistema de transporte y de la producción del alimento básico de la dieta mexicana hay estándares muy altos para la eficiencia energética, que logran obtener los máximos resultados de operación, reducen los consumos de energía, sus costos asociados, y disminuyen las emisiones de gases de efecto invernadero.

¿Sabías el caso de Grupo Celorio que implementó motores eléctricos con soluciones de eficiencia energética en sus tortillerías? Este es un ejemplo de sustentabilidad aplicado de una industria que en 2022 a nivel nacional generó ventas por un valor de $20 mil mdp, y empleó a más de 200 mil personas.

La movilidad eléctrica, por su parte, es tecnología que hoy la tenemos a disposición pública en el Metrobús, como una alternativa sostenible al transporte convencional a base de combustibles fósiles, y que puede generar muchas oportunidades laborales y de crecimiento en México, al contribuir a la reducción de emisiones de gases efecto invernadero, y mejorar la calidad de vida de las personas.

Aunque México ha hecho progresos en la promoción de la movilidad eléctrica, todavía hay un largo camino por recorrer en términos de adopción masiva, inversión en infraestructura, y políticas que fomenten una transición rápida y sostenible.

La presión de los gobiernos y de las empresas mundiales se centran en un modelo de transición energética que permita dar abasto a los 8 billones de personas en el planeta, sin dejar de lado la descarbonización mediante la implementación de estrategias de sustentabilidad, que además mantengan la creación de empleos, el crecimiento inclusivo y la prosperidad para todos.

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Como consumidores podemos sumar mucho en el uso de tecnología para la descarbonización al:

  • elegir productos y servicios de empresas sostenibles,
  • reducir nuestro consumo de energía adoptando paneles solares, bombas de calor geotérmicas para calentar las casas y edificios, y así evitar el uso de combustibles fósiles, pero sobre todo
  • participando activamente en campañas para la descarbonización mediante el uso de electrodomésticos energéticamente eficientes, reciclaje de desechos, ahorro del agua y electricidad.

La sustentabilidad no sólo te hará ahorrar dinero en cuentas de electricidad y agua, además te hará tener hábitos de salud mucho mejores al consumir alimentos más frescos y con menos o sin pesticidas, andar en bicicleta o caminar en lugar de usar el auto para todo, y sumarte a la agenda 2030 de acción mundial en favor del planeta y de la prosperidad de todos sus habitantes.


[1] Inegi.org PDF

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