(Des)control del cáncer de mama en el Seguro Social

Investigador en IMCO, se enfoca en temas de anticorrupción, seguridad y gestión pública. Es egresado de la Licenciatura en Relaciones Internacionales del ITAM y tiene un diplomado en Análisis y Control de la Corrupción a nivel Subnacional por el Colegio de México. Es autor de la novela El Devorador de Mundos (2015) y de textos literarios en revistas.

X: @Carriles42 @imco_mx

(Des)control del cáncer de mama en el Seguro Social
Foto: Anmgiola Harry/Unsplash

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) pasó de atender a casi 59 mil mujeres con cáncer de mama en 2019 a 71 mil en 2022, es decir, 22% más en cuatro años. Lamentablemente, esto se acompañó por un incremento real de 3.4% en el costo de los tratamientos y, lo peor, un aumento de la tasa de mortalidad en este tipo de cáncer, que pasó de 8.9 a 11.1 defunciones por cada 100 mil mujeres adscritas a medicina familiar en el IMSS.

Esto nos dice que el Seguro Social atiende a más mujeres con cáncer de mama, pero las atiende con peores resultados y a un costo más elevado. El reto que significó el incremento de la cantidad de pacientes en tratamiento habría requerido respuestas ordenadas y atinadas, pero los resultados de la revisión de 2022 al desempeño del programa de Prevención y Control del Cáncer de la Mujer en el IMSS por parte de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) señalan que no fue el caso.

No te pierdas:Violencia económica
(Des)control del cáncer de mama en el Seguro Social - imss-seguro-social
Gráfico: La-Lista/Samantha Guerrero

¿Qué encontró la ASF? En pocas palabras, desorden. Los hallazgos indican que 20 de las 25 unidades médicas de alta especialidad y 178 de las 249 unidades médicas de segundo nivel del IMSS no realizaron análisis de morbilidad del cáncer de mama durante 2022. Además, la información de defunciones estaba desactualizada y con incoherencias entre el Registro Institucional de Cáncer (RIC) y el Subsistema Epidemiológico y Estadístico de Defunciones (SEED): mientras en el RIC se reportaron 430 defunciones, el SEED registró 2 mil 228 y únicamente cinco nombres coincidieron entre ambas fuentes de datos.

En este mismo sentido, la ASF encontró que los criterios para determinar las metas en la tasa de mortalidad brillaron por su ausencia, ya que los indicadores de resultados se definieron durante la auditoría. Finalmente, la información disponible en cuanto a morbilidad y mortalidad no se consideró al momento de tomar decisiones para mejorar la atención médica ni para sistematizar las medidas de prevención y control del cáncer de mama.

Estos hallazgos son graves por sí mismos, pero son inaceptables en una institución del tamaño y nivel de responsabilidad del IMSS. Tomar decisiones a ciegas sobre el destino de 71 mil pacientes de cáncer de mama sin haber consultado estadísticas de morbilidad y mortalidad en nombre de todas ellas y a costa de los recursos de la institución implica riesgos mayúsculos.

En un contexto de incrementos en la mortalidad y prevalencia del cáncer de mama, el IMSS debe resolver los retos que tiene pendientes para ser un pilar de control en medio de subsistemas de salud que son menos sólidos, como el ISSSTE. Incrementar, mejorar y utilizar la información disponible en torno a esta enfermedad será más importante mientras más pacientes se encuentren en tratamiento. Contar con insumos estadísticos para tomar decisiones, sin duda, hará la diferencia entre el control y el descontrol del cáncer que viven miles de mujeres.

Síguenos en

Google News
Flipboard