Xóchitl, la candidata con ¿inteligencia? artificial

Analista y consultor político. Por más de 12 años, creador de estrategias de comunicación para el sector público y privado. Licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM y maestro en gobierno por el Instituto Ortega y Gasset. Observador del uso de las nuevas tecnologías y su impacto en la democracia.

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Xóchitl, la candidata con ¿inteligencia? artificial

Difícilmente el uso de la inteligencia artificial para la generación de videos que repliquen su figura con huipil emitiendo discursos redactados por su equipo podrán ayudar a que Xóchitl Gálvez remonte la aplastante tendencia que reporta consulta Mitofsky. A la pregunta expresa de por cuál candidato o alianza votaría, el 61.4% de las personas respondieron que por Claudia Sheinbaum y el 30.9% que por la senadora panista que encabeza a la oposición.

Sin duda, un pésimo cierre de año para quien representará al PRI, PAN y PRD en la boleta electoral del 2024 en búsqueda de suceder al presidente AMLO. La broma que se hace tanto en la vida real, en comedores políticos, como en el ecosistema digital en las distintas redes sociales, es cruel pero ilustra la decepción de varios sectores en lo referente a la construcción de una narrativa atractiva por parte de Gálvez. “La única inteligencia en el equipo de Xóchitl es la artificial”.

Pareciera que los estrategas son ajenos al contexto y poco sensibles durante el análisis. Argumentan la falta de conocimiento que tiene su jefa entre la población y que, a partir de esa premisa, priorizan los spots con la historia de la niña que vendió gelatinas. Se entiende que el objetivo sea empatizar con el votante: “Fui igual o más miserable que tú… pero salí adelante”. El echeleganismo como piedra angular de una propuesta electoral. Y aunque a veces funcional, no deja de ser anticuado y obsoleto. 

Sin embargo, en un intento por “reinventarse”, el equipo de Xóchitl redobla la apuesta por el uso de la inteligencia artificial en la generación de contenido para su campaña. Ya había sido posible ver animaciones retratando desde una perspectiva negativa el estatus del país. Otros más con pizcas de esperanza, pero ahora la nueva maniobra que consiste en tener “otra” Xóchitl, ahora una virtual, parece exhibir dos cosas: el diagnóstico erróneo sobre dónde están parados y la otra el limitado entendimiento sobre la inteligencia artificial.

En lo que respecta al primero, habría que empezar por preguntar: ¿para qué el votante querría dos, tres o 50 Xóchitls? cuando la premisa es que la primera y la original es quien no conecta con el electorado. Los datos de intención del voto y el seguimiento desde que fue elegida por el Frente Amplio por México sirven como evidencia. Peor aún, bajo esas circunstancias, las réplicas con inteligencia artificial de la candidata lo único que podrían traer consigo es un fenómeno adverso al exponenciar la aversión que ciertos sectores ya tienen sobre ella. 

Por otro lado, el uso forzado de las nuevas tecnologías por parte del ser humano en todas sus actividades, como en este caso la política, es un fenómeno que rápidamente se ha comprobado, tanto en otras sociedades como en múltiples campos disciplinarios, que no tiene implícito ni garantiza una mejora o avance. Es decir, el tecnosolucionismo, derivado del rush, la prisa o el entusiasmo por incorporar estas nuevas herramientas terminan, en ocasiones, por descomponer lo que funcionaba de manera óptima. 

Si bien la inteligencia artificial es una temática a la que deberían estar obligadas ambas candidatas a ofrecer una visión, por las implicaciones profundas que está teniendo en la dinámica económica, política, social y a nivel individual entre las personas; lo visto hasta ahora permite prever que no es un tema prioritario, a menos de que como sociedad empujemos una revisión amplia sobre el tema. Ello implica, por supuesto, no aislarse de los distintos esfuerzos que emprenden Estados Unidos, China y el bloque europeo como protagonistas del debate.

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