La justicia debe llegar para las niñas y mujeres

Activista, luchadora social y promotora de los derechos humanos de las mujeres, niñas, niños, personas con discapacidad, comunidades indígenas y personas LGBTQ+. Presidenta de la Asociación Civil Rosa Mexicano. @catymonreal_

La justicia debe llegar para las niñas y mujeres
La justicia debe llegar para las niñas y las mujeres porque solo así podremos avanzar a una sociedad más justa e igualitaria. Foto: Envato Elements

Como activista por los derechos de las mujeres y personas con discapacidad y grupos vulnerables, pero sobre todo como madre, no puedo dejar de lado lo que aconteció hace unos días, me refiero al caso donde el juez Juan Manuel Alejandro Martínez Vitela, adscrito al Poder Judicial del Estado de México, dejó en libertad a Alejandro ‘N’ de 50 años, tío de una menor de tan solo 4 años, quien lo acusó de hacerle tocamientos sexuales mientras se encontraba al cuidado de su padre.

El argumento del juez para negarle el acceso a la justicia a la víctima fue que la niña no proporción los datos suficientes como el lugar, hora exacta y fecha de la agresión, pese a que en la investigación del Poder Judicial sí se cuenta con esta información. Esta decisión, además de revictimizar a la víctima, nos muestra lo mucho que falta por hacer en el Poder Judicial de la Federación y en sus representaciones a nivel estatal para legislar con perspectiva de género.

Históricamente, el sistema de justicia mexicano ha invisibilizado las violencias que viven día a día las niñas y mujeres de nuestro país, por lo que acceder a la justicia se vuelve una lucha más de las víctimas. La corrupción, los estereotipos y roles de género, así como la falta de capacitación con perspectiva de género de quienes forman de este sistema, persisten hoy, lo que además tiene como consecuencia que miles de mujeres no se acerquen a las autoridades para denunciar los diversos delitos que se cometen en su contra.

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Las cifras son alarmantes, según una publicación del Instituto Belisario Domínguez, encontró que en cada día se denunciaron en promedio 66 presuntos delitos de violación en las procuradurías y fiscalías de las entidades. Además, el INEGI señala que la impunidad prevalece. Por ejemplo, el 2021, se registraron 1.7 millones de delitos sexuales, solo fueron recluidas 10,807 personas a las cárceles del país acusadas de delitos contra la libertad y seguridad sexual, lo que implica que, por cada 157 delitos sexuales cometidos en ese año, sólo una persona pisó la cárcel. No podemos seguir así, debemos impulsar desde nuestras trincheras que la violencia en contra de nuestras mujeres e infancias se prevenga y que cuando se dé el acceso de la justicia no sea para un par de víctimas sino para cada una de ellas. Debemos visibilizar y nombrar todas las formas de violencia que sufren las mujeres en los espacios públicos, pero también los privados, porque solo así podremos emprender acciones eficaces y contundentes para erradicarla.

Las niñas y las mujeres de México no pueden tener dos realidades completamente opuestas en un tiempo en el que el protagonismo de las mujeres es innegable, por eso, tenemos que empujar aún más la transformación del sistema de justicia para que juzgar con perspectiva de género no sea una excepción, sino la regla, porque por eso hemos luchado desde hace ya varios años miles de mujeres, colectivas y activistas.

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En este caso, me da mucha esperanza ver que cada vez más voces se han sumado al llamado de justicia para esta pequeña, porque esas voces han llegado hasta las más altas esferas de la política, y que aquí hago un paréntesis sobre la convicción que tengo en torno a la política, pues esta solo sirve si le sirve al pueblo, quienes se han pronunciado para revisar por qué un juez vulneró los derechos de víctima.

La justicia debe llegar para las niñas y las mujeres porque solo así podremos avanzar a una sociedad más justa e igualitaria.

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