Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.
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5 mentiras que anulan la credibilidad de la Reforma Judicial
Se validó una narrativa de engaños, la impartición de justicia no mejorará porque quedó sustentada en premisas falsas sin diagnóstico.
Se validó una narrativa de engaños, la impartición de justicia no mejorará porque quedó sustentada en premisas falsas sin diagnóstico.
Vendieron una reforma con el eslogan de acercar la justicia al pueblo promovida con los mismos artificios y lugares comunes del obradorato. Un catálogo que ofende la inteligencia para develar la magnitud del truco.
Tumbamos el aeropuerto de Texcoco porque había corrupción en ese proyecto, inauguramos una megafarmacia que acabará de inmediato con el desabasto de medicinas, hicimos una refinería nueva que nos hará autosuficientes en la producción de gasolinas, creamos las universidades del bienestar “Benito Juárez” para que ningún joven pierda la oportunidad de una carrera profesional, tenemos un sistema de salud mejor que el de Dinamarca, la “transformación” acabó con la corrupción, primero los pobres, la política de abrazos pacificará al país, en México no se persigue a periodistas, en la construcción del Tren Maya no se tirará un solo árbol, se acabó el influyentismo en el gobierno, no endeudamos al país, la Suprema Corte de Justicia es corrupta y sabotea la transformación impulsada por el Ejecutivo, la elección de jueces federales por voto popular mejorará la impartición de justicia.
Podría dedicar esta columna a decenas de menciones más que siempre estuvieron basadas en ocurrencias que no tienen ningún sustento real. Se trata de una quimera monumental que la mayoría validó sin dudar, una narrativa extremadamente perversa que decoró el colapso de la República con el moño del “cambio” y tampoco fue contrarrestada oportunamente con eficacia.
¿Cómo se trasladó la táctica de los bulos cuatroteros a la justificación de una reforma judicial que acaba con la división de poderes y humilló a la impartición de justicia federal?
Para responder sólo mencionaré 5 de las innumerables mentiras cotejables de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum sobre el Poder Judicial, se trata de un ejercicio posterior al golpe que lleva la intención de no olvidar a los responsables de este despropósito que se lamentará por décadas. Un anecdotario que deje un escueto resumen de los eventos que exterminaron la división de Poderes.
1.- “En la Corte hay mucha corrupción, el Poder Judicial está secuestrado por la delincuencia organizada” (dicho en la mañanera del 12 de julio de 2024) Es una grave denuncia que no fue sustentada en una diagnóstico serio que presentará casos concretos, además basada en una acusación general repetida cientos de veces en diversos foros. Suponiendo, sin conceder que así haya sido, ¿por qué las ministras Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz jamás denunciaron con algún caso verificable de tan magnífica mentira?
2.- “Los ministros ganan 700 mil pesos mensuales” (recriminación repetida en múltiples ocasiones por AMLO, una de ellas el pasado 11 de abril) ¡Mentira! sin citar fuentes o desgloses sustentados en documentos oficiales, porque el sueldo percibido en ese momento por un ministro de la Corte era de 206 mil pesos netos mensuales.
3.- “La reforma judicial agilizará la resolución de asuntos para que en ningún caso dilaten más de 1 año” (dicho por el ex presidente tras presentar la iniciativa de reforma judicial y replicado por la entonces precandidata de Morena) Absolutamente falso, las cargas de trabajo, el rezago existente que no puede ser solventado como por arte de magia por la falta de personal en juzgados y tribunales hacen imposible el cumplimiento de tan audaz ofrecimiento. Si a esto agregamos el desconocimiento que tendrán la mayoría de los jueces que vendrán con la elección y su “curva de aprendizaje” el colapso en los plazos ofrecidos será dramático. A menos que los asuntos se resuelvan por consigna de forma sumaria, violando formalidades implícitas en los procedimientos, plazos y recursos.
4.- “La reforma no violará derechos adquiridos de los trabajadores, ni destruirá la carrera judicial” (Dicho por Arturo Zaldívar y AMLO en la mañanera y repetido tras el triunfo electoral de Sheinbaum en diversas entrevistas) ¡Mentira! Si hay un aspecto particularmente sensible en este atropello llamado reforma, es justamente el exterminio de la carrera judicial, que indudablemente era un sistema bien calibrado durante décadas dentro de la institución. Cientos de jueces, magistrados y decenas de ministros eran producto de este esquema de la sana meritocracia para escalar posiciones que daba aprendizaje práctico invaluable. Que le pregunten a los casi 55 mil trabajadores del Poder Judicial en todos los circuitos judiciales del territorio nacional si sus derechos no han sido atropellados, incluso en sus cálculos de jubilación o retiro voluntario. No es fortuito que miles de funcionarios hayan protestado en las calles para denunciar las afectaciones a sus prestaciones.
5.- “Con el voto popular no se afectará la autonomía del Poder Judicial” (dicho decenas de veces en Palacio Nacional y replicado por los legisladores morenistas durante la aprobación de la reforma en las Cámaras del Congreso) Esta es una de las falsedades que más indignan por el descaro flagrante con el que se se asegura que los “jueces del pueblo” no verán comprometida su independencia. Si el planteamiento central del nuevo protocolo de selección no se basará en los conocimientos como peritos en derecho de los aspirantes, sino en su popularidad para ganar simpatías en campaña política ¿No se les ocurre deducir con obviedades que quienes logren ser electos vendrán amarrados con sus patrocinadores, entre ellos delincuentes, políticos de partido, funcionarios federales, litigantes corruptos y empresarios dispuestos a pagar para amarrar resoluciones a modo? No trato de tapar el sol con un dedo para afirmar que este influyentismo no haya afectado la credibilidad de la impartición de justicia, pero de no una forma masiva e impune como será en el futuro.
Basta con recordar la explosiva denuncia que involucró a Arturo Zaldívar y algunos de sus ex colaboradores como el tristemente célebre Carlos Alpizar para amenazar a jueces y magistrados en busca de resoluciones pactadas con intereses oscuros.
O la reciente confesión de Lenia Batres externada en sus redes sociales y cito. “Ayer se rechazó una propuesta que hicimos para que el Consejo de la Judicatura Federal exhortara a jueces de distrito para sobreseer los juicios de amparo contra la reforma judicial. Las multas que se imponen para el cumplimiento de suspensiones son un completo abuso de autoridad. El CJF debería tomar alguna medida al respecto”. ¡Más ignorante y cínica, imposible! Ahí está la confesión de las tendencias que dominarán decisiones jurisdiccionales con estos impresentables en los controles del Poder Judicial de la Federación a partir de su nueva integración. La regla será “exhortar”, en sus códigos significa incidir e invadir una función profesional que implica objetividad y firmeza. Hasta los más ingenuos saben que las decisiones serán manoseadas, los nuevos jueces estarán sometidos a las presiones de las recomendaciones impunes y la guillotina disciplinaria para los desobedientes.
En los Estados Unidos la efervescencia republicana por el triunfo de Donald Trump no ha dejado de lado el análisis sobre los efectos de la reforma judicial mexicana, que acá se presume como un logro histórico y allá se ve como un factor incertidumbre que compromete miles de contratos, transacciones comerciales y litigios vivos de diversa naturaleza e importancia. La inminente revisión del T-Mec hace inexorable también la inquietud sobre los perfiles de los juzgadores que vendrán a decidir causas que impactarán a los vecinos del norte. Del otro lado de nuestra frontera norte no les hace mucha gracia la llegada de los jueces del bienestar. ¿Se imaginan que al estilo Trump y ante la eventual afectación de sus agendas futuras, con el salvajismo que le caracteriza decidan en los Estados Unidos que las resoluciones de juzgadores arrodillados a “las causas sociales del pueblo” no les serán aplicables porque vienen viciadas por la tendencia de un régimen parcial estilo Cuba o Venezuela? Miles de empresas y corporativos globales litigan en México ¿o no lo saben?
La credibilidad de la reforma judicial es directamente proporcional a la autoridad moral de sus precursores, es decir nula.
EDICTOS
Será el martes 10 diciembre el día del segundo y último informe anual de labores de la ministra Norma Piña, Presidenta de la Suprema Corte de Justicia y del Consejo de la Judicatura Federal. Por primera vez en la historia un período presidencial será truncado a 2 años 7 meses. Habremos de escuchar con gran interés el mensaje de la togada por el contexto inédito que envuelve a la institución. Les anticipo que habrá señalamientos dignos que dejarán testimonio del atropello sistemático que enfrentó durante 2024. Por cierto y en referencia de los eventos de nostalgia de estas fechas, es una tradición el encuentro de fin de año en el que conviven los integrantes del pleno de la Corte con los reporteros que cubren la fuente judicial, este año fue desayuno y sólo asistieron 6 ministros: Norma Piña, Javier Laynez, Jorge Mario Pardo, Margarita Ríos Farjat, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Juan Luis González Alcántara Carrancá.
Entre los ausentes, el bloque 4T de Esquivel, Ortiz y Batres, adicionado con Alberto Pérez Dayán que es perseguido a donde va por los espectros de su injustificable y sorpresiva traición. Ahora Gelacio se siente más identificado con el lado oscuro del pleno. En el convivio la mesa más entretenida estuvo encabezada por el ministro Laynez, cuyo estilo franco y directo siempre es bien valorado por los profesionales de la comunicación.