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Periodista especializado en crimen organizado y seguridad pública. Ganador del Premio Periodismo Judicial y el Premio Género y Justicia. Guionista del documental "Una Jauría Llamada Ernesto" y convencido de que la paz de las calles se consigue pacificando las prisiones.
X: @oscarbalmen
Él es el ‘trumpista’ que quiere bombardear México
La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca incluye el regreso de un militar que quiere dejar su marca en la historia autorizando ataques aéreos contra nuestro país con el pretexto de combatir a los cárteles.
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La vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca incluye el regreso de un militar que quiere dejar su marca en la historia autorizando ataques aéreos contra nuestro país con el pretexto de combatir a los cárteles.
Sentado frente a un grupo de académicos en un desayuno llamado “Política y Huevos”, un capitán del Ejército estadounidense está por hacer una bravuconada que, con suerte, cambiará el curso de las elecciones presidenciales en su país a 744 días del 5 de noviembre de 2024.
Es el 20 de septiembre de 2022 y ese militar condecorado, exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), está en el edificio del Instituto de Política de New Hampshire para sondear si tiene posibilidades reales de arrebatarle la nominación republicana a la Casa Blanca a su exjefe Donald Trump.
Está cumpliendo una tradición conservadora: ir a ese elegante desayuno, presentar sus credenciales ante expertos en políticas públicas y medir si un frío o cálido recibimiento anima a seguir o a desistir en el sueño por la Oficina Oval.
El militar de entonces 59 años presenta su visión del país hacia futuro. Su énfasis, claro, está en la seguridad. Habla de Al Qaeda, China, ISIS, Israel y Medio Oriente. Pero los comensales quieren escuchar otra historia. Dsespués de todo, están en New Hampshire, cuyas dos ciudades principales —Manchester y Nashua— han sufrido un aumento de 38 por ciento, en promedio, de muertes relacionadas con opoides mexicano.
“¿Qué harías para detener el flujo de fentanilo hacia nuestras comunidades? Esto parece casi un acto de guerra”, interviene alguien en la audiencia cuando se abre la sesión de preguntas y respuestas. “Yo no usaría la palabra ‘casi’”, ataja el ponente. “Esto es guerra”.
El también exsecretario de Estado de Estados Unidos se pone de pie. Acomoda su corbata. Aclara la garganta con un vaso de agua. Es el momento que estaba esperando ante una audiencia republicana en un estado típicamente demócrata, pero cuya paciencia se agota conforme los cárteles mexicanos les siguen golpeando.
“¿Han escuchado recientemente en las noticias que el señor Trump quería bombardear México?”, cuestiona y no da tiempo para responder. Es una pregunta retórica: se refiere a un explosivo fragmento del libro “Un juramento sagrado” del exsecretario de Defensa Mark Esper, quien asegura que Donald Trump, siendo su jefe y presidente, le preguntó si era posible bombardear por aire suelo mexicano para afectar instalaciones estratégicas de los cárteles… y mantenerlo en secreto al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
“De hecho, fui yo”, revela el invitado y, por un momento, la sala se queda en silencio. El experimentado político sigue su argumentación: a principios de siglo, Estados Unidos luchó contra Afganistán porque su país estaba siendo atacado desde una región sin gobierno. “Bueno, hoy esa región sin gobierno no está solo en Afganistán, sino a un paso de El Paso”.
“No hay reglas de gobierno (en México). No hay sheriff, los cárteles controlan todo Esto es profundamente peligroso (…) Entonces comenzamos a pensar en cómo podríamos utilizar toda la capacidad de Estados Unidos para protegernos de esas regiones sin gobierno”, afirma, según las crónicas en medios locales. El piso estalla en aplausos.
Dos años y 12 días después, el Partido Republicano se queda en la madrugada del miércoles 6 de noviembre a menos de 25 mil votos de ganar New Hampshire. Casi logra una voltereta histórica. Ahí pierde ante Kamala Harris por un pequeño margen, pero logra una arrolladora victoria nacional que les dará paso libre para regresar a la casona del 1600 de la Avenida Pennsylvania de Washington D.C.
Ese hombre que se adjudica la idea de bombardear a México ya suena para ser el militar de mayor rango con derecho de picaporte en la Casa Blanca como el máximo consejero en temas de guerra: les presento a Mike Pompeo, el muy probable próximo secretario de la Defensa en el segundo piso de la era Donald Trump.
GRITO. Un posible nombramiento mueve la curiosidad del Partido Repúblicano: la eventual contratación del exembajador de Estados Unidos en Alemania, Richard Grenell, como alto consejero en temas de seguridad nacional para Donald Trump. La razón: es abiertamente homosexual en una administración que roza la ultraderecha. Veremos.