El hombre de los sueños eternos
Archipiélago Reportera cultural egresada de la ENEP Aragón. Colaboradora en Canal Once desde 2001, así como de Horizonte 107.9, revista Mujeres/Publimetro, México.com, Ibero 90.9 y Cinegarage, entre otros. Durante este tiempo se ha dedicado a contar esas historias que encuentra a su andar. X: @campechita
El hombre de los sueños eternos El hombre de los sueños eternos
Foto: Juan Ignacio Roncoroni/EFE

“Estás a un pequeño paso de que tu vida cambie a mejor. Cuando lo des, te sorprenderá lo sencillo que era”

Mario Tascón

Un amigo me habló de Mario Tascón, me contó que conocía a su hermano y que ambos eran lumbreras de la vida. Lo busque en twitter y comencé a seguirlo, al poco tiempo me siguió también y, un día, me escribió un mensaje directo, voy a México y me gustaría conocerte…

Originario de Ponferrada, España, Mario era un hombre del renacimiento por esa alma curiosa que no se quedaba con la duda, tuvo una carrera de ensueño, estuvo al frente de medios como El Mundo, en grupo Prisa, La Fundeu, miembro activo de la Fundación Gabo, traslado el periódico a internet a España, fue fiel creyente de las bondades del Bullet Journal, tenía alma de sibarita. Creo la consultora Prodigioso Volcán, abrió una librería en Ponferrada y cada verano convocaba a ir a no a hacer nada en la comarca leonesa de Babia.

De aquel mensaje que no me lo podía creer conteste que sí, nos vimos en un lugar de la Hipódromo Condesa, tomamos café hablamos del periodismo, me interrogó y con ese trato de gente tan particular le conté mi vida, fue una mañana entrañable. Quedamos para otro día y me contó de sus planes de abrir oficina en México, propuse un lugar en la Tabacalera, lo rentaron y al poco comenzó la pandemia, su filosofía de vida era clara, cuando lo compartió me dijo, mira, tenemos lo más importante.

Conferencista y entusiasta de las nuevas tecnologías, Mario era capaz de ver lo positivo en todo, a los 30 años y con un internet en ciernes él ya apostaba por las bondades de la conectividad, se cuenta mucho la anécdota de cuando estuvo frente a estudiantes de comunicación hablando del periódico en internet, literal le tiraron de a loco y para cerrar les pidió que al paso de 20 años si eso de los medios en internet fracasaba, se acordarán de él y que, seguramente, se dedicaría a otra cosa.

En esas andanzas por los medios, compartiendo experiencias con colegas y compartiendo la mesa con amigos como Ferran Adriá, él era capaz de volver una gran historia la sesión de limpieza de una cocina después de una gran comilona, así nos sucedió en una tarde en una terraza frente al Templo Mayor, todo mientras comíamos totopos con guacamole, bebíamos cerveza y compartía su experiencia de estar en un lugar lleno de historias y que seguía tan vivo, ese mismo día fuimos a la cantina Salón España, nos tomamos un mezcal y no dejaba de maravillarle las dinámicas de vida de los seres humanos, caminamos por la calle de Guatemala, le conté de los hallazgos del INAH, al dar vuelta en la calle de Palma nos tocó ver como se llevaban a un camotero que en protesta aventaba plátanos y camotes al tiempo que soltaba el chiflido de su carrito, caminamos entre los vendedores ambulantes que corrían para que no se los llevaran y al fondo en la esquina de 5 de mayo, ataviada con una capa y un vestido vaporoso, María Katzarava esperaba a alguien y parecía que en cualquier momento interpretaría un aria operística, se la presente a Mario y él no podía creer lo surreal de la escena. 

Mario Tascón tenía una capacidad creativa y de gestión admirable, con amigos/colegas dio forma a Prodigioso Volcán, consultora ocupada en hacer de la comunicación un verdadero puente de entendimiento, su hazaña más reciente fue promover la incorporación del ODS 18: comunicación clara, ética y responsable, iniciativa en colaboración con la Asociación de Directivos de Comunicación, Prodigioso Volcán y la Fundación Gabo, pero al tiempo planeaba la siguiente edición de “estar en Babia”, expresión que hace alusión a estar distraído, ensimismado, pero que Mario y su equipo aprovechaban al máximo para rescatar a los asistentes del caos cotidiano de la sobre información y por fin tener un espacio para no hacer y a partir de ahí crear.

Mario Tascón estaba en Buenos Aires impartiendo conferencias sobre Inteligencia Artificial, vendría a México a finales de octubre y nos iríamos a bailar, me descubriría la Osteoteca y deslumbraría con montones de historias, yo estaría atenta, con los ojos como platos agradecida por su amistad, tomando notas y con el firme anhelo de ser un poquito como él, inquieta, curiosa y amorosa. Ya no será posible, murió haciendo lo que le gustaba y nos deja un legado de vivencias, amigos e inspiraciones. 

Hasta pronto, querido Mario Tascón.

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