El indulto de Biden
Perístasis

Académico de la Facultad de Derecho de la UNAM, socio de la firma Zeind & Zeind y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

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El indulto de Biden El indulto de Biden
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (izq.), abraza a su hijo Hunter Biden después de dirigirse a la nación desde la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington, DC, el 24 de julio de 2024. Foto: EFE/EPA/Evan Vucci.

De acuerdo con la Real Academia Española, el indulto es en una de sus acepciones la “gracia que excepcionalmente concede el jefe del Estado, por la cual perdona total o parcialmente una pena o la conmuta por otra más benigna”. Desde la dimensión en la que se sostiene que el indulto es una causa de extinción de la responsabilidad penal (como también se le considera la amnistía), esta figura ha sido históricamente polémica desde que su origen que es el derecho de gracia que podían ejercer los monarcas en distintos momentos de la historia.

Y es que hablar del indulto es hacerlo de una figura a través de la cual en virtud de una decisión unipersonal se tiene la posibilidad de no castigar a una persona por haber llevado a cabo conductas que contravinieran de manera comprobada y resuelta en ese sentido lo establecido por la norma.

Lo anterior se trae a la discusión luego de que el pasado fin de semana el presidente de los Estados Unidos, Joseph Biden, decidió conceder el indulto a su hijo Hunter Biden luego de que este último tenía años de ser investigado por las autoridades debido a presuntamente haber cometido delitos que van desde la posesión ilegal de armas hasta fraude fiscal.

Desde luego, esta medida tomada por Joe Biden en la recta final de su mandato ha sido duramente criticada no solo por sus adversarios políticos sino también por varias personas dentro del partido demócrata. Más allá de la “cacería de brujas” de la que el presidente ha dicho que ha sido objeto su hijo y de las amplísimas facultades con que cuenta para hacerlo, la decisión ha sido severamente cuestionada por el beneficio que implica para una persona cercana al tomador de la decisión y el conflicto de intereses que esto supone.

En una época en la que el propio Joe Biden y una parte importante de la sociedad estadounidense han realizado duras críticas a Donald Trump y a sus aliados por “el riesgo al que ha sometido a la democracia” y por lo problemas legales que ha tenido, esta forma de beneficiar a su hijo en el ejercicio de su función pública.

Si bien legalmente el presidente de los Estados Unidos no encuentra impedimento alguno para conceder el indulto a personas con las que tiene relaciones personales y dicha concesión es perfectamente procedente, la decisión de hacerlo ha hecho que además de haber incumplido con el compromiso de no hacerlo bajo ninguna circunstancia, se pruebe una vez más que la apuesta que diversas constituciones y leyes hacen por la práctica de la autolimitación en las personas dedicadas a la política no es absoluta y más bien se encuentra sesgada por la esencia humana de cada una de ellas.

No solo se trata de una decisión que actúa en detrimento directo de la democracia, sino que se trata de una que confirma el sentimiento de buena parte de las sociedades en el mundo relacionado con la inexistencia de una verdadera justicia. La anteposición del interés personal por encima del interés general ha hecho comprobable que efectivamente existen personas que se colocan por encima de la ley y abusan de su poder para hacerlo de manera legal.

Finalmente, la desconfianza de la sociedad de la que tanto se queja la clase política y misma que supuestamente busca recuperar, encuentra en ejemplos como este indulto la razón perfecta para perpetuarse y profundizarse, pues decisiones como esta lamentablemente seguirán presentándose y desafiando a la democracia y a la justicia, conceptos tan manipulados como debilitados en los días actuales.

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