Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.
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El madruguete de Pérez Dayán
¿A cambio de qué interés o promesa optó por el camino hacia el desprestigio vitalicio?
¿A cambio de qué interés o promesa optó por el camino hacia el desprestigio vitalicio?
Eran los días previos a la sesión en la que se analizaría el proyecto del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá que propuso la anulación parcial de la reforma judicial del obradorato, el escenario y las votaciones críticas del bloque de los llamados 8 coherentes en el pleno de la Suprema Corte permitía anticipar que si no había una sorpresa se lograría consolidar la última oportunidad para revertir, al menos la elección por voto popular de jueces de distrito y magistrados de circuito.
En la oficina de Alberto Pérez Dayán un equipo de secretarios de estudio y cuenta le preparó un documento muy completo para fijar la posición a favor del proyecto del ponente, hasta que llegó el martes 5 de noviembre que había generado enorme expectativa por la discusión de los planteamientos en juego. Al arranque de la sesión se esperaban con atención las posturas, se daba por hecho, como fue, que Loretta Ortiz, Yasmín Esquivel y Lenia Batres fueran la oposición para la anulación planteada, pero no les alcanzaba.
Al intervenir, Pérez Dayán no usó el escrito preparado por sus secretarios, se le vio leer notas manuscritas de un cuadernillo para fijar su enfoque que a nadie anticipó. Por la importancia del tema, la coyuntura histórica que se enfrentaba y su formación, fue inaudito escucharlo. Un auténtico madruguete que quiso ser difuminado bajo la apariencia de la consistencia de criterios anteriores de los que prefirió no separarse a pesar de la gravedad de la situación. Conforme avanzaba el orador en su narrativa fueron inocultables las miradas de incredulidad de Javier Laynez, Norma Piña, Luis María Aguilar, Margarita Ríos Farjat, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Jorge Mario Pardo Rebolledo, que tuvo la virtud de separarse con decoro de sus propios criterios para desvirtuar el doble fondo de Alberto Gelacio Pérez Dayán que fracturó el bloque de 8 que había dado la batalla para lograr la anulación de diversas reformas inconstitucionales.
La sesión cambió, era claro a partir de ese momento que la última oportunidad del Tribunal Constitucional se iba por la borda. Sobre la calle de Pino Suárez, frente a la puerta principal de la Corte decenas de juzgadores y trabajadores de la institución seguían con atención la transmisión en una pantalla gigante. La sorpresa de los espectadores se convirtió rápidamente en indignación al escuchar a un juez de carrera darles la espalda y rehusarse a privilegiar el bien superior ante un ataque inédito contra Poder Judicial de la Federación. Fue uno de los suyos el que hundió la daga con frialdad y sin titubeos.
La sesión fue también amarga para quienes la seguían en todos los circuitos judiciales del país, el golpe cambió las perspectivas entre los valerosos juzgadores que se manifestaron en las plazas públicas para defender su autonomía. La reacción inmediata fue acusar a Pérez Dayán de traidor, su foto en una pancarta que lo reconocía como juez coherente fue tachada con coraje por quienes estaban frente al edificio sede. A unos metros de ahí, dentro de Palacio Nacional se festejaba la estrategia que Claudia Sheinbaum había tímidamente anticipado en las horas previas como su plan alterno, ella tenía la certeza que en su llavero ya estaba un ministro que no se identificaba públicamente para darle el voto decisivo.
A partir de ese momento la sesión quedó envuelta en titubeos, dudas e incertidumbre. Fue el martes negro de la impartición justicia federal, la confirmación del ataque final con la renuncia inexplicable de uno de los suyos al derecho legítimo de defensa, un voto que tiró a la basura una carrera y esfumó las esperanzas de subsistencia de cientos más.
En 60 días una reforma regresiva acabó con el Poder Judicial independiente, al desestimarse la acción con 4 votos de los 11 integrantes del pleno, la minoría inclinó la balanza para confirmar el atropello. Las preguntas sin respuesta fueron inmediatas ¿Qué motivó a Pérez Dayán a decidir así? ¿Será recordado por sostener una intrascendente congruencia con sus criterios anteriores o por rechazar la oportunidad de darle un giro positivo a esta historia? ¿Tiene cuentas pendientes que fueron usadas para obligarlo a la pirueta? ¿A cambio de qué interés o promesa optó por el camino hacia el desprestigio vitalicio?
Si hay una causa grave que amerite investigarle por una presunta irregularidad o conducta inadecuada, que lo enfrente. Ningún contexto personal está por encima del gravísimo daño al que fue condenada sumariamente la impartición de justicia. Un buen juez debe tener sensibilidad sobre lo que está en juego y tener su propia casa en órden.
Es probable que se revise la trama de las presiones en que estaría presuntamente involucrado Alberto Pérez Canales. Sobre esta idea, es un secreto a voces en el medio del litigio el nudo de intereses que podría explotar en otro escándalo al mapear el despacho en el que trabaja el hijo del togado y las posibles vinculaciones con diversos asuntos resueltos en años recientes. Generalmente quienes se dejan presionar son aquellos que guardan muertos en el armario.
El daño está hecho, ahora la operación que propició la reforma judicial es profundamente cuestionada en Washington por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que el representante del Estado mexicano, es decir, el emisario de la 4T ha reconocido públicamente ante ese organismo que no se contó con ningún diagnóstico que justificara fehacientemente la aniquilación de la autonomía e independencia del Poder Judicial mexicano.
EDICTOS
Privilegios costosos para presenciar eventos deportivos de élite fuera del país con gastos pagados a costa de personajes con presuntos intereses en litigio son parte de las historias sobre el estilo de vida de un juzgador de carrera que habría puesto precio a sus votos. Otro efecto de la indignación es que ya no podrá acudir a los restaurantes y eventos de moda que marcaron sus gustos personales en una doble vida impropia de un funcionario con esas responsabilidades, si es que no los costeó desde su bolsillo. Se sabe que en la agenda a indagar hay vuelos privados, videos, fotografías, entradas a las peleas del “Canelo” Álvarez en Las Vegas y asientos en carreras de Fórmula 1 en destinos ubicados en otras regiones del mundo.