Las esquelas casi siempre son positivas. Hablar mal de un muerto es de mala educación. Por fortuna, no me eduqué correctamente.
Murió José Alberto Celestinos Isaacs a la edad de 93 años. Ingeniero químico de larga carrera en el área de petrolíferos, fue también uno de los principales operadores de la corrupción en el sector durante el reinado de Rocío Nahle, quien abiertamente lo ha defendido como su mentor.
Celestinos fue el encargado de supervisar y gestionar contratos para la refinería de Dos Bocas, que triplicó su precio a raíz de una corrupción masiva (y con ello superó por mucho los sobrecostos que hicieron a Andrés Manuel López Obrador cancelar el aeropuerto en Texcoco). Algunas de las empresas que incluyó en su entramado de corrupción tuvieron que salir del proyecto tras cobrar e incumplir sus labores.
Además de eso, Celestinos estuvo al frente de una red que desde la Comisión Reguladora de Energía (CRE) pedía millones de pesos a cambio de permisos para estaciones de venta de combustibles, lo que documentaron varios medios incluso con grabaciones.
Su familia se hace cargo de las importaciones de gas en Pemex a través de Roberto Álvarez.
Además de moches y mordidas, Celestinos cobró hasta el final de su vida su pensión de Pemex por cientos de miles de pesos y su salario como asesor en la Secretaría de Energía.
Cuando la corrupción comenzó a hacerse pública, la respuesta de Rocío Nahle fue despedir, mediante sus incondicionales, al secretario ejecutivo de la CRE, Miguel Ángel Rincón, tras pensar sin mucho tino que era él la fuente de los periodistas, cuando la corrupción es tanta que se desborda por las rendijas de las puertas.
López Obrador no dijo algo sobre la corrupción demostrada y prefirió administrar el desprestigio hasta la muerte del ingeniero. El gobierno operó para que la CRE sepultara las denuncias contra Celestinos, quien murió impune. Desde luego, no se indagará la fortuna hecha al amparo de la secretaria de Energía, Rocío Nahle. Una sobrina y sus nietas (dos de ellas que trabajan en el sector energético) heredarán la fortuna malhabida.
Ante la evidencia, la respuesta de Nahle fue postear una foto de José Celestinos con Lázaro Cárdenas. Es decir, era corrupto, desde joven, pero un corrupto nacionalista de los nuestros, pareció querer decir. En pocos casos como el de Celestinos se juntan tan profundamente las lacras de la política que Obrador juró combatir: el nepotismo, el influyentismo, la corrupción de altos vuelos.
Aquí se observa al Gral.Lázaro Cárdenas y al expresidente Gustavo Díaz Ordaz, cuando se rehabilito una pequeña refinería que se incendió en Poza Rica. Quien explica los trabajos es Ing. Alberto Celestinos Isacs.
— Rocío Nahle (@rocionahle) September 12, 2021
La calumnia no solo tizna sino también agrede una vida profesional. pic.twitter.com/PXDCrnVS0y
Los despachos encargados de gestionar la corrupción siguen funcionando. En los próximos días, se publicará alguna verdad al respecto.