Feminismos en plural, solidaridad y antirracismo

Miércoles 12 de marzo de 2025

Linda Zavala
Linda Zavala
Mujer cisgénero nacida en 2001 en la Ciudad de México. Futura gestora intercultural que se nombra observadora de la vida y disfruta cuestionarla desde los estudios de género y feministas.

Feminismos en plural, solidaridad y antirracismo

¡Aborta al colonialismo! Cuestionar al feminismo blanco desde la solidaridad es necesario para encontrar desencuentros.

Feminismo en plural solidaridad y antirracismo.jpeg

Marcha del 8M en CDMX

/

Foto: Linda Zavala.

En 1851 Sojourner Truth pronunció su aclamado discurso “Ain’t I a woman?” (¿no soy una mujer?”), uno de los primeros discursos que abordó la realidad de ser no solamente una mujer sino una mujer negra, es decir, la realidad de estar atravesada al mismo tiempo por el sistema de opresión que se basa en la construcción social de género y el de la raza. Este discurso ejemplifica de una manera tenaz la diferencia vivencial de las mujeres negras y sus congéneres blancas.

En pleno 2025, cuestionar al feminismo blanco sigue sin ser un tema sencillo o lo suficientemente nombrado. En el marco del 8 de marzo es necesario encontrar desencuentros, cuestionar las prácticas patriarcales que tenemos arraigadas y sobre todo buscar formas de resistencia donde quepamos todas.

Sabemos que ya ha sido bastante cuestionada y rechazada la frase “llegamos todas” pronunciada por Claudia Sheinbaum en uno de sus discursos presidenciales, ya que no, no llegamos todas. No podemos llegar todas mientras falten las migrantes, las racializadas, las marginalizadas. Nos falta mucho camino por recorrer para que lleguemos todas y debemos comenzar nombrando a las que faltan.

Este 8 de marzo una de los contingentes que salió a marchar en la Ciudad de México pronunciándose transinclutente, pro-palestina, antimilitarista, decolonial, anticapacitista y antirracista, fue Solidaridad Antifacista. Su contingente surgió desde la urgencia de varias colectivas para hablar del facismo y el supremacismo blanco. Pensando a la realidad facista como una fuente que busca crear desuniones y despojos entre grupos, buscando una hegemonía blanca que mantenga una sola estructura social.

Te puede interesar: Rendirle cuentas al feminismo

Dicho contingente tuvo como base principal para accionar la solidaridad, misma que busca la unión de luchas, empatía y el posicionamiento contra todo tipo de hegemonía blanca. Algunas de las consignas más emblemáticas escuchada dentro del contingente fueron:

“¡Mujeres contra la guerra!, ¡Mujeres contra el capital!, ¡Mujeres contra el sionismo y el extractivismo territorial!”, “Las niñas de Gaza no son una amenaza”, “¡Alerta!,

¡Alerta!, ¡Alerta que camina!, ¡La lucha disidente por América Latina”

Tampoco podemos ignorar el hecho de que es necesario descentralizar las luchas en el país. Pese a que la Ciudad de México ha demostrado ser una ciudad insegura para ser mujer y/o formar parte de las disidencias, también es una capital que concentra los principales medios de comunicación y de colectivas que tienen una mayor visibilidad.

Por lo cual, resulta necesario señalar diversas realidades que atraviesan las mujeres no blancas en distintas partes del país. Un claro ejemplo de esto se hizo presente este mismo 8 de marzo en Monterrey, Nuevo León donde se realizaron dos marchas, una separatista y una incluyente. Dejándonos como uno de los principales cuestionamientos ¿Quién se beneficia cuando un movimiento está dividido? Debemos pensar en las posibles consecuencias de esto: dificultar la consolidación de demandas, mayor represión a la hora de marchar y en el futuro, quizá traducirse a menor participación en protestas.

Te puede interesar Un feminismo para todas

Resistir a las dinámicas patriarcales y hegemónicas no termina el 8 de marzo, la lucha contra las diversas opresiones que atraviesan las personas racializadas e históricamente excluidas es un tema que debe ser nombrado hasta que logremos abortarlo.

Desde RacismoMX reconocemos los esfuerzos de los contingentes que buscan generar espacios seguros y solidarios. No basta cuestionar el género como única opresión por la que atraviesan mujeres y disidencias de género. Es necesario un enfoque visibilice las múltiples dinámicas de violencia y sistemas de opresión que atraviesan las subjetividades, posicionándonos desde una política interseccional.