Katy Perry, Trump y el estado de la crítica cultural

Sábado 22 de febrero de 2025

Carlos Celis
Carlos Celis

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Katy Perry, Trump y el estado de la crítica cultural

Queda claro que el entretenimiento no es un tema tan inocente, que la industria del espectáculo está totalmente politizada y que la cultura también es política.

Katy Perry Foto Capitol Records foto cortesía Carlos CElis para su columna

Debo confesar que, la semana pasada, cuando me dispuse a escribir una crítica sobre el aspecto puramente comercial de un evento como el Mubi Fest, dudé un momento si me convenía o no entrar a un terreno tan pantanoso en tiempos de cancelación y de montoneros de internet. Pero nada me preparó para encontrarme con malteadas, columpios, tómbolas y cabinas fotográficas en la Cineteca, o para la confirmación de que -en efecto- se trató de un evento donde lo que menos les importa a los asistentes es el cine.

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Ese mismo fin de semana, otros dos sucesos captaron la atención de las masas en lo que se refiere a la cultura popular y el panorama político. Por un lado, la cantante Katy Perry montó su regreso a la música con el lanzamiento de una nueva canción y video, Woman’s World, que inmediatamente fue destrozado por las pandillas de internet que la acusaron de toda cantidad de crímenes a la corrección política, desde sumisión a la mirada masculina e incongruencia con su mensaje feminista, hasta la falta de sororidad con víctimas de abuso.

Por otro lado, el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue víctima de un atentado. Fotografías del momento, con el rostro manchado de sangre y el puño en alto, le dieron la vuelta al mundo. Se supo que el autor de la imagen es el fotoperiodista Evan Vucci, ganador del Premio Pulitzer y jefe de fotografía de la agencia Associated Press en Washington. En redes le pronosticaron premios y se dijo que esta imagen podría influir en las próximas elecciones. También se recordó el trabajo de los fotoperiodistas, e incluso hubo quienes banalizaron la gravedad del asunto comparándolo con la película Civil War.

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Y todo esto conecta:

Una vez más, queda claro que el entretenimiento no es un tema tan inocente, que la industria del espectáculo está totalmente politizada y que la cultura también es política. Hoy, cada movimiento y cada lanzamiento están perfectamente calculados, nada puede ser casual en la industria del entretenimiento. Pensar que cada decisión que tomamos como consumidores se puede hacer a la ligera, que todavía hay espacio para ser ingenuos y que no hay nada de malo en entregar nuestras lealtades a cualquier marca o corporación, es un pensamiento equivocado. Consumir es tomar bando. Elegir nuestros productos culturales también es un acto político.

En el caso de Katy Perry, lo que entró en juego fue la política de género. Una simple canción de pop dejó de ser una simple canción para convertirse en una postura ideológica y en un posible acto de propaganda, pero no por las razones más obvias. El supuesto mensaje de empoderamiento femenino de la música se vio eclipsado por un video lleno de símbolos que parecen ir en contra del pensamiento progresivo de los tiempos, y en vez de dar una lección en feminismo se lee como una crítica a la cultura “woke”.

De ser correcta esta interpretación, Katy Perry se estaría colocando del lado de la extrema derecha -porque hoy ya no se puede hablar de una derecha moderada- reconociendo que ahí es donde se encuentra su público y su única oportunidad para sobrevivir en la industria de la música, cuando una artista como Taylor Swift ha dejado muy poco espacio para las demás, y donde la actitud optimista y el desparpajo de Katy ya no son bienvenidos.

En el caso de Taylor, ella ha sido más cuidadosa en fijar una postura política de cara a las elecciones, ya que es muy claro que la gran mayoría de su público en Estados Unidos también son familias de pensamiento conservador. Tal situación liga a ambas artistas, irremediablemente, al futuro de Donald Trump. Recordemos que, no hace mucho, Trump dijo que no había manera de que Taylor pudiera respaldar a Joe Biden porque sería “desleal con el hombre que la ayudó a ganar tanto dinero”, refiriéndose a que él mismo fue quien aprobó las leyes que la beneficiaron como músico.

Pero lo que hoy nos atañe es, ¿en manos de quién está la crítica cultural actualmente? En el caso de Trump y la fotografía de Evan Vucci, hubo medios de comunicación que quisieron minimizar el impacto de tal imagen, e incluso hubo periodistas que intentaron negar la noticia y calificaron los hechos como un autoatentado, todo esto porque a ciertas facciones políticas no les conviene que este retrato influya en la opinión pública.

En cuanto a Katy Perry, abundan reacciones negativas en redes sociales, muchas de estas expresadas por gente de medios. Leí un par de críticas en sitios especializados en música, como Pitchfork (ya lo he dicho, cada vez tiene menos credibilidad), donde el texto publicado no se logra diferenciar de la opinión generalizada en redes, con argumentos facilones e incluso falsos, como asegurar que Woman’s World es copia de una canción de Lady Gaga (que la de Gaga es mejor, sí). Recurrir al mismo género musical no vuelve copias a todas las canciones. Esto es lo que sucede cuando se deja la crítica en manos de los fans.

Y así volvemos a México, donde descubro con sorpresa que las nuevas generaciones de autonombrados “críticos de cine” han perdido de vista que su labor periodística es cuestionar la propia materia con la que trabajan. Durante el Mubi Fest me di tiempo de leer algunas coberturas de este evento, realizadas por medios en línea que hoy gozan de popularidad entre los cinéfilos más jóvenes, pero que no ejercieron crítica alguna y sólo sirvieron como vehículo para promover (y defender) los intereses de tal empresa.

Incluso, vi en redes sociales cómo algunos colaboradores de estos medios se enfrascaron en discusiones de una inmadurez tremenda, con argumentos de nivel terraplanista. Esto es sólo un ejemplo de lo que hoy sucede con gran cantidad de medios independientes, pues no se rigen por un sistema de jerarquía ni un código de ética. Lo malo (o lo peor) es que al final ellos mismos terminan sorprendidos del monstruo que ayudaron a crear.

¿Puede un fanático ser un crítico? ¿Puede un cinéfilo considerarse periodista? En lo personal, trato de no juzgar demasiado a las nuevas generaciones de comunicadores porque, si a mí no me hubieran dado la oportunidad de empezar a escribir de cine a los 19 años de edad, probablemente no hubiera hecho una carrera en medios de comunicación. Es natural que durante los años formativos se cometan muchos errores, pero siempre hay que tratar de mejorar, y esto no necesariamente implica seguir los pasos de los que estuvieron antes. El público se los agradecerá.

Gente de cine

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BREVES

Llega a cines Problemista, la película del salvadoreño Julio Torres que estrenó en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara y que cuenta con una de las mejores actuaciones cómicas de Tilda Swinton de toda su carrera. Algo que, me atrevo a asegurar, ni Pedro Almodóvar podrá superar.

Inicia el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF), del 19 al 21 de julio en León, 22 al 24 en San Miguel de Allende y 26 al 29 en Irapuato. Consulta la programación completa en su sitio (giff.mx)

Lady in the Lake, la nueva serie protagonizada por Natalie Portman, estará disponible en la plataforma de Apple TV Plus a partir del 19 de julio y liberará capítulos cada semana.

*Para más información sobre las películas y series comentadas cada semana, visita mi perfil en Letterboxd.