Desde la campaña presidencial de Estados Unidos, el binomio Trump-Musk ha sido indivisible. El hombre más rico del mundo, Elon Musk, donó más de 277 millones de dólares para apoyar a Trump, difundió y consolidó la narrativa de Make America Great Again desde su plataforma X y su cercanía con el presidente -como consejero y amigo personal- fue cada vez más evidente; donde solo aparecía Trump y su familia, también estaba Musk.
Posteriormente, Elon Musk fue anunciado para dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y en la toma de protesta de Trump, Musk, terminó su discurso con un saludo que, ante la mirada del mundo, fue un recordatorio del nazismo más rancio. Sin embargo, hasta aquí todo resultaba “miel sobre hojuelas” para Musk, el dueño de Tesla, SpaceX y X suma adeptos y se consolida como el hombre -no votado- más poderoso del mundo.
No obstante, a partir de ese momento comenzaron las manifestaciones en contra de Musk y sus empresas, bajaron las ventas de Tesla -sumado a boicots en Canadá y Europa, además de actos vandálicos hacia estos autos eléctricos; este lunes X también presentó su propia caída, “Nos atacan todos los días, pero esto se hizo con muchos recursos. Está involucrado un grupo grande y coordinado y/o un país”, justificó Musk al restablecerse el servicio; además dos de sus pruebas de SpaceX han fracasado estrepitosamente, colapsando dos de sus cohetes.
Sumado a esto, y ante las decisiones de Trump, amagos, amenazas y decretos para subir las tasas arancelarias, a México, Canadá, China y el mundo, los mercados no resistieron más. Curiosamente la empresa que sufrió la caída más estrepitosa fue Tesla, disminuyendo 15.4 % de su valor al cerrar en 222.15 dólares cada una de sus acciones, debido a las dudas sobre el rendimiento de la compañía en el primer trimestre del año y del alejamiento de Musk para atender su encomienda gubernamental (desde la llegada de Musk al gobierno, Tesla ha perdido 41.4 % su valor real).
Así fue el lunes negro para Elon Musk, sin embargo el hombre más rico del mundo, cuenta con el apoyo incondicional de Trump (quien el martes se compró un Tesla), por lo que no bajará la guardia y seguirá intentando enviar cohetes al espacio, mantendrá el discurso de odio y a favor del movimiento MAGA en X y, además, continuará en su lucha internacional para obtener los subsidios gubernamentales para que Tesla sea el vehículo más vendido en el mundo.