Sin flores ni funeral, ni despedida, así es una muerte por COVID-19
Palabra Disidente
Sin flores ni funeral, ni despedida, así es una muerte por COVID-19
Foto: Luis Torres / EFE.

“El paciente falleció a las 3:50 de la mañana”, me dice un médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) por llamada telefónica. Me levanto de la cama y suspiro, después de unos segundos de silencio tomo fuerza para contestarle que estoy en shock. “Te entiendo”, me responde la voz entrecortada de aquel desconocido, quien enseguida me pide el acta de nacimiento o el INE de mi padre para que me entreguen su certificado de defunción. El Covid-19 se lo llevó. Al igual que a más de 140 mil personas en México.

Darle la noticia a mi madre fue difícil… No lo creía, pues dos días antes nos reportaron mejoras en su estado de salud. El 30 de diciembre dejé a mi padre en el área covid del Hospital General de Zona “Troncoso” del IMSS porque “la crisis del oxígeno” en la capital no nos permitió tener asegurado el suministro en casa. Los costos se elevaron, los defraudadores estaban al acecho y la escasez jugó en nuestra contra. Cuando mi padre ingresó, lo abracé y le dije te amo. Nunca imaginé que sería la última vez que lo vería con vida. No me despedí.

Ignacio Peralta Ortega murió solo y con la esperanza de vencer al virus del SARS-Cov 2. La única vez que me llamó desde el hospital fue en la madrugada del 31 de diciembre, para pedirme que le llevara tres cajas de azitromicina que dejó en casa, no hablamos más. En esta familia solo salimos a lo esencial y aún así el virus atacó sin piedad. La siguiente vez que vi a mi padre fue en la morgue, el 10 de enero. No podía estar dentro más de 10 minutos, pues el peligro de contagio avanzaba con cada segundo que estuviera ahí.

El país del duelo complicado

En México se han confirmado 1, 630, 258 casos totales y 140, 241 defunciones por Covid-19, indican datos del Informe Técnico Diario de la subsecretaría de prevención y promoción de la salud del 16 de enero de 2021. “La Ciudad de México registra la mayor parte de los casos acumulados del país y representa por sí sola 25% de todos los casos registrados en el país”. Pese a estos datos, decretar el semáforo rojo en la capital llevó semanas que pudieron derivar en el aumento de contagios.

El duelo es la reacción natural que se da ante una pérdida importante en la vida de un ser humano y, desde luego, la muerte de un ser querido es una de las pérdidas más fuertes que podemos experimentar y este proceso de duelo está encaminado a encontrar un nuevo equilibrio que dé sentido, propósito y que nos ayude a encontrar una nueva forma de estar en el mundo, a pesar de la ausencia de ese ser querido”, dice Gina Tarditi, psicóloga especialista en el tema del duelo y autora del libro El duelo en medio de la pandemia.

Sin embargo, la especialista advierte que existen varios factores de riesgo que pueden desencadenar un duelo complicado o prolongado. En la pandemia, “las circunstancias son terribles porque no se tiene el tiempo para anticiparse a lo que va a suceder, el aislamiento al que se ven sujetos los pacientes y que esto repercute muchísimo en cómo la familia vive el proceso sin tener el tiempo o la oportunidad de acompañar, de alimentar, de cuidar, de atestiguar lo que está sucediendo momento a momento otras pérdidas que pueden estar ocurriendo en la misma familia, de salud, por muerte u otras circunstancias”.

En México, la salud mental es una de las deudas históricas que tiene el estado con la población, ahora más que nunca se deben crear estrategias para apoyar a los deudos de las cientos de miles de personas que han muerto por Covid-19 y asegurarles atención psicológica o psiquiátrica de manera accesible y periódica. 

Vivir dos pérdidas 

“Mi abuelito era un hombre de 84 años, completamente sano, tal vez había vivido muchos años, pero parecía que le faltaban muchos más. No creíamos que se fuera de esta forma, pues él no salía. No habría forma de que se infectara, él no merecía irse así, sin su familia, sin flores, sin música… En soledad, en oscuridad, en una horrible bolsa negra”, cuenta Ariadna Mora en entrevista con La-Lista. 

En el Hospital General de Zona Dr. Rodolfo Antonio de Mucha Macías “Venados” del IMSS, Ariadna Mora y su familia no tuvieron noticias de su paciente durante su estadía. El 07 de diciembre recibieron la petición a las 07:00 am de llevar varios documentos. “Mi mamá ya sabía lo que había pasado, pues esta ya era nuestra segunda pérdida, sin embargo, yo estuve en negación hasta las 09:00 de la mañana. Después de tantas vueltas en el hospital , un doctor se dignó a atendernos y a darnos la triste noticia. Ahí se quebró mi alma”.

“Los rituales alrededor de la muerte de un ser querido tienen una función importante para la aceptación y la vivencia del duelo, desgraciadamente en las circunstancias que estamos viviendo están modificados o están ausentes. No es posible muchas veces ver siquiera al ser querido antes de ser cremado o lo pueden ver, pero no tocar. Los funerales están restringidos en tiempo espacio, número de personas y todo esto son factores que pueden agregarse al sufrimiento que están viviendo los dolientes ‘, dice Tarditi. 

El “quédate en casa” se le olvidó a mucha gente en las épocas decembrinas y de año nuevo. Incluso al subsecretario de salud, Hugo López Gatell, quien fue visto en las playas de Oaxaca vacacionando sin cubrebocas. El debate fue acalorado en redes sociales, pero el líder de la estrategia contra el coronavirus pasó por alto sus propias recomendaciones para bajar la curva de contagios. La poca empatía es un duro golpe a quienes seguiremos enfrentando el peligro de enfermar y seguir teniendo a la muerte respirándonos cerca.

Mientras él disfrutaba del sol, la arena y el mar, miles de familias vimos por última vez a nuestros seres queridos en bolsas negras de cadáveres. Sin despedidas, sin flores, sin funerales, sin novenarios, sin abrazos. Ni una sola palabra. Sólo con la misma frase: “Traigan el acta de nacimiento o el INE para el certificado de defunción y preparen sus servicios funerarios. Entren, reconozcan a su familiar y vayan a esperar a que lo cremen”.

Hay lista de espera para tener las cenizas de nuestros seres queridos.

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