Es escritora –cuatro libros publicados y dos en camino–, periodista, cantautora –más de 160 canciones–, experta en respiración, yoga y meditación. Dirige el Yomu Institute, es mamá de tres hijos y pionera en el arte de materializar ideas innovadoras. Es la creadora y fundadora del sistema Enciende tu corazón para inspirar la alegría en el despertar de la conciencia. Instagram: @cynthiazakofficial
Prométete
¿Qué promesas te haces a ti mismo? Esas que no están relacionadas con las expectativas del otro, con el ego herido, con los pactos silenciosos o con una ilusión de imagen social.
¿Qué promesas te haces a ti mismo? Esas que no están relacionadas con las expectativas del otro, con el ego herido, con los pactos silenciosos o con una ilusión de imagen social.
Una promesa es un acto de confirmación interior de que vamos a cumplir lo que nos proponemos, la materialización de proyecciones y deseos en donde nuestra palabra vale más que un contrato lleno de firmas y verificaciones.
Es prima hermana del juramento, deja clara la intención de un acto concreto que necesita un sello, una estampa para que se haga realidad.
Una de las tradiciones que nos trajimos del oriente al mundo occidental es la promesa de dedos meñiques (pinky promise), cuando las dos partes que se comprometen a que algo suceda unen estos dedos como un gancho, cierran los ojos y pactan silenciosamente cumplir con lo que prometieron.
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Este sello simbólico viene de Japón y se considera el nivel de más alto compromiso cuando dos personas pactan algo, pero es interesante indagar sobre sus códigos más profundos y entender que originalmente esto se relacionaba con la palabra en japonés ‘Yubikiri‘.
La traducción más cercana en español de este término es “cortar un dedo”. Por lo tanto, si la promesa hecha no se cumplía, el responsable del fallo tenía que cortarse uno de sus dedos meñiques.
Antiguamente el sacrificio de una parte del cuerpo era la mayor muestra de nobleza, lealtad y firmeza del guerrero. Y esta tradición japonesa del corte del dedo ligada al fallo de un juramento, aunque hoy nos pueda parecer extrema, tiene una profundidad mucho mayor de lo que creemos.
Promesas a ti mismo
Ahora quiero preguntarte sobre las promesas que te haces a ti mismo, esas que no tienen nada que ver con los demás. Las promesas que no están relacionadas con las expectativas del otro, con el ego herido, con los pactos silenciosos con los familiares o con una ilusión de imagen social que tiene que ser sostenida al pie de la letra.
Esas promesas que te haces a ti mismo.
Los juramentos amorosos en silencio.
La intención en acción sin límites para colaborar con tu expansión.
Te invito a que te hagas las siguientes preguntas y que escribas, anotes, registres tus respuestas porque desde este espacio vas a notar una total transformación de tus niveles de expectativa y confianza contigo mismo:
- ¿Cuántas promesas te haces?
- ¿Cuántas cumples?
- ¿Cómo te tratas cuando aparentemente fallas o cuando las logras?
- ¿En qué espacio interior guardas los juramentos de fidelidad, amor y respeto hasta tu último aliento contigo mismo?
La-Lista de pinky promise con tu ser
Te cuento paso a paso un recurso maravilloso para crear un nivel de promesas respetuoso y constante que te permite soltar lo que no sirve, despojarte de lo que sobra y hacer espacio para que otras cosas iluminadas entren a tu vida.
- Siéntate y respira. Cierra los ojos por unos instantes.
- Identifica lo que quieres prometerte. Elige una sola cosa para que comiences de manera sencilla a conectar con esta práctica de crecimiento interior.
- Une tus dedos meñiques mientras anuncias tu promesa, tu juramento interior.
- Estos dedos representan el elemento agua, se relacionan directamente con tus emociones y, al mismo tiempo, conectan con el planeta Mercurio que indica comunicación, acción, concreción de los proyectos.
- Mantén este símbolo por unos instantes. Te recomiendo si puedes respirar inhalando en cinco tiempos y exhalando en cinco tiempos por un minuto, mientras sellas tu promesa contigo mismo.
- Al abrir los ojos, registra la vibración interior y el poder que has accionado desde la inteligencia de tu corazón para la autopromesa iniciativa del cambio en tu vida.