Es columnista de The Guardian.
¿Qué necesitan las madres y los padres nuevos como yo? La verdad no disfrazada de los bebés
Debido a todo el gozo de la paternidad, todavía es estigma admitir que tener un bebé es todo menos rayos de sol, arcoiris y brisa. Me gustaría que la gente fuera más honesta
Debido a todo el gozo de la paternidad, todavía es estigma admitir que tener un bebé es todo menos rayos de sol, arcoiris y brisa. Me gustaría que la gente fuera más honesta
Mi esposa dio a luz a nuestra primera hija, una hermosa bebé, hace unas semanas. Ha habido mucho aroma de leche, pero el remolino de eventos de la maternidad me ha ayudado a darme cuenta de que mi propósito en la vida es: convertirme en Baby Truther, marca registrada. No estoy diciendo que haya una conspiración de silencio sobre la realidad de la maternidad, pero sí hay un estigma masivo para admitir que no todo son rayos de sol y arcoiris. Y como hay mucha presión para actuar como si tener un bebé fuera como una brisa no mitigada, mucha gente parece esconder la verdad sobre la realidad de la paternidad. Así es que en mi nuevo papel como Baby Truther de tiempo completo voy a admitir alegremente que cuidar a un recién nacido puede ser un infierno en muchas ocasiones. Y me gustaría que mucha gente fuera honesta al respecto.
Algo de lo que me he dado cuenta es que en el momento en que admites que tener un bebé no es 100% dicha y felicidad, sale la gente a decir algo como : “No te quejes. Tienes que estar agradecida porque tienes un hijo”. O dicen con sorna: “¿Qué esperabas?” Así es que antes de que la multitud de “la maternidad es mágica” se moleste, voy a presentar algunos descargos de responsabilidad obligatorios: mi esposa y yo gastamos una pequeña fortuna en tratamientos de fertilidad. Nuestro bebé era deseado con desesperación. No asumimos que la nueva adición es fácil. Además, yo sabía que cuidar un bebé no iba a ser cosa fácil. Aún así, no estoy segura de estar preparada para lo cansado, difícil y aburrido que puede ser cuidar un bebé en los primeros días. Sí, amo a esta pequeña tirana con locura. Pero eso no hace de forma automática que la falta de sueño y el cambio de pañales haga que un día sea muy satisfactorio.
También me doy cuenta de que en el momento en que te conviertes en padre o madre, otros padres empiezan a aceptar cosas de las que no hablaban antes. Los mismos que actuaban como si ser padre o madre fuera lo mejor que les había pasado, de repente te dicen que los recién nacidos no son tan lindos. “¿Por qué no me lo dijeron antes?”, me pregunto mientras me cuentan que durante un año no se sintieron ellos mismos, o que le preocupaba que se les fueran a caer los pezones por amamantar. Parece que la primera regla del Club de los Padres es que no les dices a los del Club Sin Hijos lo difícil que es estar en el Club de los Padres. En lugar de eso sonríen y dicen cosas como : “Deberías tener un hijo. ¡Es increíble!”.
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Tengo que aclarar que como soy la madre que no dio a luz, es más fácil lo relativo a la paternidad. No tuve que pagar el costo del embarazo, que es algo de lo que creo que no se habla lo suficiente y para lo que muchas mujeres no están preparadas. Todo el mundo sabe que el parto va a ser difícil, pero no hay mucha discusión sobre todo lo que cambia el cuerpo después del parto. Se espera que las mujeres solo regresen a ser lo que eran. La realidad de la lactancia materna es otra cosa y me impresiona que supiera yo tan poco antes del bebé en mi vida. Yo pensaba que la lactancia era algo natural y fácil y hermoso. ¡Ja! Tal vez para algunos, pero el hecho de que sea algo “natural” no quiere decir que sea fácil.
Estoy segura de que mi hija imprimirá este artículo para enseñarselo algún día a su terapeuta, así es que quiero dejar claro que amo a mi hija y que muchos aspectos de la paternidad son, de hecho, maravillosos. ¿El olor de la cabeza del bebé? Feral, pero incomprensiblemente delicioso: “¡alguien debería embotellarlo!”. Ver cómo tu bebé crece cada segundo, ¡fascinante! Ver que tu bebé irradia luz mientras suelta un proyectil de popó por todo el cuarto, ¡hilarante! No cambiaría mi vida por nada pero ¿quiere decir eso que tengo que fingir que disfruto cada momento como si mi vida anterior sin bebés no hubiera estado completa? La paternidad puede ser increíble y fea. Aceptarlo no te convierte en un bebé llorón.