Series a la mexicana

Sábado 3 de mayo de 2025

Saraí Campech
Saraí Campech
Reportera cultural egresada de la ENEP Aragón. Colaboradora en Canal Once desde 2001, así como de Horizonte 107.9, revista Mujeres/Publimetro, México.com, Ibero 90.9 y Cinegarage, entre otros. Durante este tiempo se ha dedicado a contar esas historias que encuentra a su andar. X: @campechita

Series a la mexicana

La apuesta por las adaptaciones literarias se erige como un salvavidas no solo a plataformas como Netflix, sino para nosotros los espectadores y de pasadita a la industria editorial.

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La apuesta por las adaptaciones literarias se erige como un salvavidas.

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Foto: especial.

“Haz de tu sonrisa un paraguas y deja que llueva”, Denise Bryson “Twin Peaks”

La tendencia a llevar a pantalla historias que primero fueron parte de las páginas de un libro siempre ha sido seductor, han existido casos en los que el autor de la obra en cuestión ha sido renuente a la adaptación al cine, como fue el caso de Gabriel García Márquez con “Cien años de soledad”, en su caso pienso que sabía muy bien las dificultades técnicas ya que fue guionista y estuvo involucrado en el séptimo arte durante varios años, así que sabía de que se trata el asunto.

También existen los casos de escritores que escriben con las escenas en mente y hasta se involucran en la producción de la cinta en cuestión, ahora en el universo de las series la cosa no es nada sencilla, ya que no se trata de dividir el texto y acomodarlo, leerlo varias veces y analizar las posibilidades de que la historia no pierda el ritmo.

Ante este panorama y con un particular interés de abonar a la creación de una verdadera industria audiovisual, la plataforma Netflix presentó sus apuestas para comenzar a filmar, post producir en la segunda mitad del 2025 en México.

Es así que comenzará con cuatro series, “Santita” dirigida por Rodrigo García con Paulina Dávila y Gael García Bernal, “Amor de oficina”, comedia de Carolina Rivera, “No tengo miedo “a cargo de Ernesto Contreras inspirado en la novela homónima de Niccoló Ammaniti y “Los corruptores”, serie basada en la novela del mismo nombre de Jorge Zepeda Patterson.

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Estas cuatro producciones se sumarán a otras que ya están casi listas como “Mal de amores” dirigida por Catalina Aguilar Mastretta e inspirada en la novela de Ángeles Mastretta, “Las muertas” de Luis Estrada inspirada en la novela de Jorge Ibargüengoitia, “Nadie nos vio partir”, serie dirigida por Lucía y Nicolás Puenzo junto con Samuel Kishi.

Todas estas son producciones que serán beneficiadas con parte de la inversión de mil millones de dólares por parte de la plataforma, estimulo que a los creadores les representará una certidumbre sobre su trabajo al contar no solo con un presupuesto, sino también con un acompañamiento que va midiendo las dinámicas y posibilidades de cada personaje, capítulo y conjunto de la serie en proceso.

Otro de los factores que llaman la atención es el abanico de locaciones que se eligen ya que no se limitan a un foro con green screen para recrear escenarios, sino que son realizadas en campo lo que dota de una riqueza cada toma.

Estoy segura que habrá muchas personas que miren con la ceja levantada esta iniciativa, pero creo resulta interesante que se diversifican las temáticas, así como los rostros en pantalla, es cierto, es una apuesta segura ya que cada uno de los y las involucradas tienen una trayectoria y renombre, sería ideal que en una siguiente etapa los responsables de la dirección , fotografía, departamentos de arte o incluso autores sean jóvenes con ideas frescas y ganas de comenzar a crear su carpeta, es interesante el incremento de escuelas de cine en los últimos 10 años que existían 50 y ahora hay 140 en todo el territorio nacional.

Otra arista que no ha logrado ser vista en toda su amplitud y posibilidades es la aportación al PIB, el cual de acuerdo al Anuario Estadístico del Cine Mexicano en 2024 fue de 20, 700 millones.

La apuesta por las adaptaciones literarias se erige como un salvavidas no solo a plataformas como Netflix, sino para nosotros los espectadores y de pasadita a la industria editorial.

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