Todos necesitamos una Amanda
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Amanda Gorman, la joven poeta y activista estadounidense declamó en el evento de inauguración de mandato de Joe Biden. 20 de enero, 2021. Foto: Win McNamee / POOL/EFE.
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Impecable, segura y convincente. ¿Quién de nosotros hubiera sido capaz con poco más de 20 años de erizar la piel de millones de personas, de dedicar un poema al presidente de su país, del más poderoso del mundo en un momento donde tambalean sus cimientos?  

Estados Unidos está en una epidemia inédita, como el resto del planeta, venía de pasar una elección que marcó una grieta y partió el país en dos. Incluso vivió momentos de impensables de agresión y locura en el Capitolio, en mismo lugar donde ella se paró perfectamente enfundada en un traje amarillo y su corona roja. 

Poco antes declaró que, cuando le pidieron escribir un poema para la toma de protesta (una tradición que se mantiene en este acto cada cuatro años) ella no sabía por dónde empezar “ni cual era el punto para entrar en la oscuridad”. 

Contó en una entrevista que decidió hacer lo que siempre le da seguridad: investigar. Leyó muchísimas piezas leídas en actos inaugurales del pasado, leyó textos de Lincoln, de Churchill, releyó a Robert Frost que escribió para JF Kennedy y a Maya Angelou, quien fue la encargada del poema para la toma de protesta de Bill Clinton en 1993. 

Iba a la mitad de su poema cuando ocurrió la toma del Capitolio. Su poema tenía que dar un giro y tocar ese punto sensible, esa herida que se acababa de abrir. 

Esa misma noche, aprovechó sus sentimientos en carne viva y escribió ese poema profundo que escuchamos ayer:  “La colina que trepamos”. 

Esta mujer de sonrisa impecable ha tenido que trepar sus propias colinas. 

Primero por su condición de ser una niña afroamericana en un país donde ya vimos meses antes con George Floyd, que el racismo es un tema brutalmente vivo en la sociedad. 

Pero además Amanda tiene problemas de habla (aunque ninguno lo hayamos notado). Le cuesta muchísimo pronunciar la letra R y eso la obliga a dar vuelta a sus palabras y a sus conceptos para que no le juegue en contra. “I’d want to say ‘girls can change the world,’ but I cannot say so many letters in that statement, so I’d say things like ‘young women can shape the globe.” (“Me gustaría decir ‘las niñas pueden cambiar el mundo’, pero no puedo decir tantas letras R en una frase, así que diré algo como ‘las mujeres jóvenes pueden dar forma al mundo'”) Se pelea frente al espejo para decir correctamente ‘tierra’ (earth) o poesía (poetry). 

Pero eso no ha frenado ese río de sentimientos bien encauzados y deliciosamente engarzados en poemas que la convirtieron en la primera Joven Poetisa Laureada, que es un título que se entrega en la Biblioteca del Congreso en una competencia anual y que ella ganó en 2017. 

La entrevistaron muchas veces en las últimas semanas. Es un personaje imperdible y la poeta más joven en una toma de protesta de Estados Unidos:

_ ¿Cuál es tu primer recuerdo sobre política? 

_ “Fue cuando era muy pequeña y mi madre me leyó los Miranda Rights y se aseguraba de que los conociera. Mi mamá no estaba jugando. Cuando eres una niña afroamericana en Estados Unidos, tus padres deben tener lo que se llama “la charla” con nosotros. En nuestro caso no se trata de ‘pajaritos y abejitas’ ni de los cambios en nuestro cuerpo, sino de la posible destrucción de nuestros cuerpos. Mi madre quería asegurarse de que estuviera preparada para crecer en este país con mi color de mi piel y ese fue mi primer despertar al clima político”. 

Los Miranda Rights o Miranda Warning son ese aviso que la policía debe hacer a toda persona que haya sido arrestada y que hemos visto miles de veces en las películas: “usted tiene derecho a guardar silencio. Cualquier cosa que diga puede y será usada en su contra en un Tribunal. Tiene derecho a buscar un abogado y que este abogado esté presente en cualquier interrogatorio. Si no puede pagar un abogado, se le asignará uno pagado por el gobierno. ¿Le han quedado claro los derechos previamente mencionados?.  

En momentos de polarización, de grietas entre ‘unos y otros’, en tiempos de noticias falsas, de otros datos, de incertidumbre y de dolor, todos necesitamos un poeta que sepa poner en palabras y en rimas lo que necesitamos y que la propia Amanda ayer dijo: 

“Siempre hay luz, si somos lo suficientemente valientes para verla, si somos lo suficientemente valientes para encarnarla”. 

En este México de hoy, también necesitamos nuestra propia Amanda Gorman.

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