En los pasillos del palacio ya se califica como un éxito el anuncio que realizó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) sobre que el Fideicomiso de Inversión en Energía México (Fiemex) –creado por el gobierno federal para la adquisición de las 13 centrales de energía eléctrica de Iberdrola– emitió un bono en los mercados internacionales de deuda por un monto total de mil 490 millones de dólares con vencimiento en 2041.
La demanda de más de 200 inversionistas de Europa, Asia y América, que superó en cuatro veces el monto emitido, demuestra que el sector energético mexicano está en la mira global. Con este bono, el gobierno asegura recursos para seguir avanzando en su plan energético y refinanciar el crédito a corto plazo que originalmente se había contratado con Barclays México, BBVA, Santander y SMBC como parte de la adquisición.
En los pasillos se celebra que este bono no es solo una cuestión de cifras impresionantes o de una tasa cupón final del 7.25%, sino de la consolidación de un proyecto que apunta a reforzar la independencia energética del país. Con la adquisición de las 13 centrales eléctricas de Iberdrola, el gobierno ha dado un paso para reposicionar a México como un actor clave en la generación y distribución de energía.
Este éxito financiero no es solo un logro técnico, sino también político. La coordinación entre las distintas instancias involucradas, lideradas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, demostró la capacidad del gobierno federal para ejecutar proyectos de esta magnitud.