Una vida de telenovela

Lunes 7 de abril de 2025

Roberto Vargas
Roberto Vargas

Politólogo de formación y periodista por vocación. Ha trabajado como reportero y editor en Reforma, Soccermanía, Televisa Deportes, AS México y La Opinión (LA). Fanático de la novela negra, AC/DC y la bicicleta, asesina gerundios y continúa en la búsqueda de la milanesa perfecta. X: @RS_Vargas

Una vida de telenovela

Toda la vida mi mamá vio telenovelas y a mi papá no le gustaba que mis hermanos y yo nos sentáramos frente al televisor a verlas.

DE NOVELA LTM - 1

Sergio Vargas

Alguna vez quise escribir una novela. No una novela convencional como las que leo desde los 16 años o como un par que tengo en el escritorio de la computadora, un día quise ser escritor de telenovelas.

En 2009, Televisa y la Universidad Iberoamericana desarrollaron el “Programa de Guionismo de Telenovela” que constaba de cuatro diplomados, a cursar en dos años, parapreparar profesionalmente a personas que quisieran escribir series para la “pantalla chica”: Guionismo televisivo, Guionismo melodramático, Estructura de telenovela y Escritura de telenovela. Así presentaban el programa académico: “Los escritores con preparación empírica que tradicionalmente proveían ideas y argumentos para telenovelas, actualmente no logran satisfacer la creciente demanda, por ello resulta indispensable crear estructuraseducativas sólidas que formen escritores profesionales y especializados que generen contenidos con gran calidadinformativa y de entretenimiento”.

Las clases se impartían de lunes a viernes, por la tarde, en las instalaciones de la Ibero de Santa Fe (CDMX) y el único requisito para participar en el concurso de selección era ser mayor de 18 años y realizar un ejercicio que venía en la página web de la convocatoria, que consistía en contar una breve historia a partir de algunas ideas y personajes que se indicaban. Obvio, pasé el primer filtro.

Aún pensaba en cómo le pediría permiso a mi jefe en Televisa Deportes para ausentarme cuatro horas por las tardes para ir a escribir telenovelas cuando llegó el correo con la cita para la entrevista. No me fue bien.

Desconozco las telenovelas que estaban al aire aquel año, pero tenía por lo menos 19 años de no ver una teleserie en forma, quizá desde Teresa, con Salma Hayek como protagonista, transmitida entre agosto de 1989 y enero del 90. Cuando me preguntaron sobre telenovelas recientes me quedé mudo.

De nada sirvió que les dijera que estaba acostumbrado a ver series estadounidenses de todo tipo, que vi “El camino secreto”, “Quinceañera”, “Carrusel” y “Dulce desafío”, que vi completos “Los Años Maravillosos” o que fui fan de “La telaraña” (1989-93) y “La hora marcada” (1988-90), dos series producidas por Televisa. En la primera el guionista fue “El Duque del Terror”, Carlos Enrique Taboada (“El libro de piedra”, “Hasta el viento tiene miedo”, “Más negro que la noche”); en la segunda, hicieron sus “pininos” como directores Guillermo del Toro, Alfonso Cuarón y Emmanuel Lubezki. No hubo caso, quedé fuera de los 20 seleccionados.

No sé si el programa se imparta todavía, el último registro que encontré fue de 2017, año en que fui parte de la segunda generación del Diplomado de producción de televisión, impartido a personal de Televisa en sus instalaciones de San Ángel.

Sirvió para maldita la cosa el dichoso diplomado, en el que desde el principio me vieron raro por llegar desde el área de deportes de la empresa. Lo más rescatable para mí fueron las sesiones de guionismo. El trabajo final fue un cortometraje que grabamos entre los cuatro equipos del curso. En el grupo que me tocó participar mi principal aporte fue la creación de un villano basado en “Diosito”, un personaje de la serie argentina “El marginal”. El maestro de guion terminó muy a disgusto con el resultado final del cortometraje. Algunos años después, cuando libro en mano le pedí una oportunidad como escritor en su equipo me dijo: “Tú no sabes escribir ficción”.

De ‘Mundo de juguete’ a ‘This is us’

Toda la vida mi mamá vio telenovelas y a mi papá no le gustaba que mis hermanos y yo nos sentáramos frente al televisor a verlas. Nunca supe por qué.

La primera “comedia” (como les llamábamos en México) que recuerdo es “Mundo de juguete (1974)”, con una actriz que se quedó de la estatura que tenía en la telenovela. Su tema musical compuesto y cantado por Lupita D’Alessio es inolvidable y si mal no recuerdo, fue la última actuación de doña Sara García para la tv.

Obviamente no recuerdo las historias, pero sí que “Rina (1977)”, con Ofelia Medina; “Viviana (1978)”, con Lucía Méndez, y “Los ricos también lloran (1979)”, con Verónica Castro, tuvieron gran éxito a finales de los 70, cuando uno de los galanes de moda era Enrique Álvarez Félix, el hijo de “La Doña”. “Viviana” me trae buenos recuerdos, mi primer besome lo dio una niña con ese nombre.

Mi mamá compraba todos los jueves el Tele Guía y a mí me gustaba leer las sinopsis de las telenovelas de moda para saber lo que iba a pasar esa semana. Lejos estoy de ser un experto en televisión, mucho menos en telenovelas, pero creo que los años 80 fueron la época dorada de los “culebrones” en México. Verónica Castro y Lucía Méndez fueron las reinas de la pantalla chica en esa década, pero imposible olvidar a Rebecca Jones, Angélica Aragón, Christian Bach, Helena Rojo, Erika Buenfil, Victoria Ruffo y Diana Bracho. Ya no digamos a la bellísima Ana Martín, que protagonizó “Muchacha de barrio”, “Gabriel y Gabriela”, “El pecado de Oyuki” y “La pasión de Isabela”, además de producir en 1989 “Morir para vivir”.

Sin duda, la telenovela mexicana más impactante de los 80 fue “Cuna de lobos”. La producción de Carlos Téllez, con guion de Carlos Olmos, fue transmitida entre el 13 de octubre de 1986 y el 5 de junio de 1987. Tuvo tal trascendencia que el día que finalizó Jacobo Zabludovsky, el titular de 24 Horas, inició el noticiero estelar de Televisa con una mención a la teleserie protagonizada por Diana Bracho, Gonzalo Vega, Rebecca Jones, Alejandro Camacho y María Rubio como la inolvidable villana “Catalina Creel”.

“Y esta noche ya pude usted, y yo también, dormir tranquilo. Terminó ‘Cuna de lobos’, hoy se supo la terrible verdad de una historia que pasó de la ficción a las primeras planas de los periódicos de este medio día”. Aquel viernes, el diario vespertino Cuestión tituló su nota de ocho columnas: “¡Matará otra vez a su propio hijo!”, mientras que la segunda edición de Ovaciones publicó un recuadro con la siguiente frase: “¿A quién le va, a la malvada tuerta o a la sufrida madre?”.

Antes de “Cuna de lobos”, hubo “culebrones” de época, como “Colorina”, “Vivir un poco” o “El derecho de nacer”. ¡Ah, cómo recordaba a Albertico Limonta cuando doña Lupe, una asistente del hogar que trabajó en casa me decía “joven Roberto”!

En la segunda mitad de los 80 y principios de los 90 comenzaron a aparecer telenovelas de corte juvenil como “Pobre juventud”, las ya citadas “Quinceañera” y “Dulce desafío”, “Alcanzar una estrella” o “Baila conmigo”. De ahí en adelante no conozco mucho. Supe de la existencia de “Mirada de mujer” por una anécdota personal que relaté hace unas semanas, pero no me enganché con ninguna mexicana, sí con la colombiana “Las muñecas de la mafia” y con la estadounidense “This is us”, porque digan lo que digan es un “culebrón” de aquellos.

A pesar de no recordar la trama de muchas novelas, sí vienen a mi memoria los temas musicales de algunas. Son inolvidables la “Colorina”, de Camilo Sesto; “Corazón de piedra”, de Lucía Méndez en la telenovela “Tú o nadie (1985)”; “Dulce amor”, cantada por Ana Martín en “Gabriel y Gabriela (1982)”. Recuerdo la entrada de “Muchacha de barrio (1980)”, con la misma Ana Martín, porque fue grabada en el cruce de Avenida Toluca y Periférico y yo pasaba por ahí tres veces a la semana cuando iba a nadar a la Unidad Independencia. La canción se llama “Sí, te vi pasar” y la canta Lolita de la Colina. Pegajosas también las canciones de “Quinceañera”, “Alcanzar una estrella” y “Amor en silencio”, que cierto colega pedía en las borracheras de fin de año. “Dime”, de Aranza, se convirtió en un clásico en la segunda mitad de los 90 por “Mirada de mujer” y en el 2011, después de una fiesta corporativa, no me pude despegar por semanas “Cuando me enamoro”, de Juan Luis Guerra y Enrique Iglesias, tema que dio título a la serie del mismo nombre. ¿Cuál fue tu telenovela favorita?

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