Uruapan, esplendor entre hilos y notas
La Fundación Javier Marín comenzó a hilvanar la historia de los Telares Uruapan de la mano de la curadora mexicana Ana Elena Mallet y el mando de Estefanía Ángeles.
La Fundación Javier Marín comenzó a hilvanar la historia de los Telares Uruapan de la mano de la curadora mexicana Ana Elena Mallet y el mando de Estefanía Ángeles.
La historia textil en Uruapan, Michoacán, data de varios siglos atrás. Hay registros desde la época precolombina, cuando los purépechas se dieron a conocer por tejer en telar de cintura lo mismo en lienzos de algodón que en pieles de algunos animales, después con el telar de pedal comenzaron a trabajar con lana y, para los siglos XVIII y XIX, la producción pasó a ser industrial, algo que afortunadamente iba a la par de los textiles artesanales.
Para mediados del siglo XX, hubo un lugar que empezó a marcar tendencia: Telares Uruapan, empresa de Walter Illsley y Bundy Granich, pareja de estadounidenses que se conocieron en una posada en la Ciudad de México en 1953 y, desde entonces, se volvieron uno.
En ese andar conocieron al entonces general Lázaro Cárdenas, plantearon su idea de producción con base en las cooperativas y trabajo colectivo. En aquel entonces ya conocían los textiles michoacanos y, dado que era la tierra de Cárdenas, les expidió una carta y empezaron a dar forma a su proyecto de vida.
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Poseedores de una audacia y creatividad compartida con artesanos de la zona, los Telares Uruapan se posicionaron en el gusto de propios y extraños. Con el paso del tiempo, la fama de los Telares Uruapan llegó Fred y Barbara Meiers, pareja que tenía una tienda de diseño en Los Ángeles, California, y eran un referente para personajes del jet set y quienes marcaban tendencia.
Fue así que las telas de los Ilsley llegaron a oídos de Herman Miller y Alexander Girard, diseñadores que lo mismo tenían colaboraciones con grandes hoteles, corporativos e incluso aerolíneas.Toda una historia la de los Telares Uruapan que salió a la luz hace poco más de un lustro, cuando la Fundación Javier Marín impulso el rescate de la Fábrica San Pedro en Uruapan, Michoacán.
En ese remozamiento salieron a la luz todos los archivos de los pujantes años de Telares Uruapan, tesoro que meticulosamente registra pedidos específicos del multifacético Alexander Girard, Anton Refrieger, James Thomas, entre otros diseñadores que tenían claro que eso que se producía en los Telares Uruapan era resultado de sus más entrañables anhelos hechos realidad.
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Mientras el arquitecto Mauricio Rocha trabaja en el remozamiento de la Fábrica San Pedro para habilitarle como un Centro Cultural, la Fundación Javier Marín ha comenzado a hilvanar la historia de los Telares Uruapan de la mano de la curadora mexicana Ana Elena Mallet y el mando de Estefanía Ángeles, mujeres multitask que con pasión y mucha paciencia han comenzado a documentar la historia de la empresa de los Ilsley.
Toda una aventura que, por el momento, se cuenta en la galería Terreno Baldío, espacio ubicado en Orizaba 177, esquina San Luis Potosí en la colonia Roma, Ciudad de México. En este lugar se recuperaron piezas de la época de MexiCotton, pero también de los diseños que cautivaron a Elizabeth Taylor y últimamente a Takamura.
Son propuestas cargadas de historia que, después de más de seis décadas de sus primeros diseños, buscan continuar el legado y crear un archivo que sirva de base para todxs aquellxs interesados en el arte textil y sus posibilidades.
Antes del punto final, les sugiero que se asomen al Museo Franz Mayer y descubran también su universo, a partir de la exposición organizada en colaboración con el Vitra Design Museum de Alemania. De ahí, a la Roma y, en abril del 2022, agenden su visita a la fábrica San Pedro en Uruapan, Michoacán.