Francia concreta la renacionalización de su industria eléctrica
Un agente de EDF se encuentra en la planta de energía nuclear de Saint-Laurent-des-Eaux, en Saint-Laurent-Nouan, centro de Francia, el 30 de marzo de 2023. EDF salió del mercado de valores el 8 de junio de 2023, casi un año después de que el gobierno decidiera recuperar el control total del destino del gigante energético para reactivar la energía nuclear en Francia y reindustrializar el país mientras descarboniza su economía. Foto: Guillaume Souvant/ AFP

Francia renacionalizó al gigante eléctrico EDF, al adquirir los últimos títulos en manos de accionistas, casi un año después de anunciar esta decisión que busca relanzar la energía nuclear.

“Esta recuperación del control total de nuestra eléctrica nacional era una prioridad del gobierno”, aseguró el ministro de Economía, Bruno Le Maire. La operación costó 10 mil 450 millones de dólares.

El regulador financiero francés AMF anunció a finales de mayo que el 8 de junio obligaría a los accionistas que aún controlaban el 2% de los títulos de EDF a venderlos al Estado, que se haría con el 100% del capital.

Con la “retirada obligatoria” de EDF de la bolsa de París, tras la renacionalización de Francia, los últimos accionistas se vieron obligados a vender por 13 dólares la acción, unos 21.5 dólares por debajo del precio de salida en 2005.

La operación se produjo tras meses de batalla judicial. Los pequeños accionistas, entre ellos empleados y extrabajadores de EDF, consideraban el precio de compra muy bajo y pidieron, en vano, obtener al menos 16 dólares.

Hasta hace unos meses, el Estado francés poseía el 84% de la empresa. Recuperar el control total le permitirá acelerar la reactivación del sector nuclear, con la construcción anunciada de al menos seis nuevos reactores.

Sin embargo, hasta que estas nuevas unidades entren en funcionamiento, como muy pronto entre 2035 y 2037, Francia y EDF tendrán que redoblar sus esfuerzos para desarrollar las energías renovables y alcanzar a sus vecinos europeos.

Esta es una cuestión crucial para la soberanía energética de Francia, máxime cuando el consumo de electricidad se disparará de aquí a 2035 por un menor consumo de energías fósiles y una voluntad de reindustrializar el país.

“Cuando nos enfrentamos a un período con tantos retos energéticos (…), contar con un solo accionista permite, evidentemente, tener un alineamiento completo con una visión a largo plazo”, dijo el jefe de EDF, Luc Rémont.

El único problema es que el margen de maniobra financiera de la eléctrica parece inexistente. En 2022, el gigante energético acumuló una deuda neta de 69 mil 500 millones de dólares.

Con información de AFP

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