Exgobernadores, legisladores y alcaldes ‘desfondan’ al PRI: apoyan a Sheinbaum y AMLO

Al menos 7 exgobernadores del PRI han renunciado o han sido expulsados de ese partido, algunos a cambio de una posición política, y otros en rechazo a la dirigencia actual del tricolor, encabezada por Alejandro Moreno, pero tampoco se quedaron con las manos vacías.

Recientemente, exmandatarios de Oaxaca, Estado de México y Tamaulipas han dejado las filas del PRI para darle su apoyo a Claudia Sheinbaum; de ellos, dos fueron premiados: uno será candidato al Senado por la vía plurinominal y otro por mayoría relativa (es decir necesita el voto de los ciudadanos).

A ellos se suman cuatro exgobernadores priistas que años atrás fueron expulsados del partido por sumarse al gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Para el politólogo de la UNAM, Emilio Vizarretea, el PRI está en un “proceso de decadencia muy fuerte” y la “fuga” de priistas hacia Morena puede significar que están buscando protección, en vista de que su partido ya perdió la fuerza y las posiciones que tenía.

El tricolor pasó de gobernar 19 estados en 2015, a sólo dos este 2024 (Coahuila y Durango): es decir, en menos de 10 años ha perdido 17 estados, además de la Presidencia, lo que hasta el momento lo deja en la mismas condiciones que Movimiento Ciudadano, que gobierna en Jalisco y Nuevo León.

En la época del PRI hegemónico, el gobernador era un “pequeño presidente” y por eso esta desbandada lo deja vulnerable, apuntó el analista y consultor político Fernando Dworak, quien observó que actualmente en el tricolor se vive una “pelea por quién se queda con la franquicia“.

Dentro del partido, las salidas de exgobernadores son vistas como una “traición”, a cambio de “poder o amnistía”. Pero además de perder exgobernadores, el PRI también ha perdido senadores y alcaldes.

Pérdida de gubernaturas

Hasta hace unos años, Hidalgo, Oaxaca y el Estado de México eran considerados bastiones del partido tricolor; pero hoy las tres son gobernadas por Morena.

Omar Fayad, exgobernador de Hidalgo, se inconformó en 2022 por no elegir a quien sería el candidato a la gubernatura y rompió relaciones con el partido. Además, retiró su apoyo a Carolina Viggiano, quien finalmente perdió la elección 2 a 1 frente a Morena. A finales del año pasado, Fayad fue nombrado embajador de México en Noruega por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En Oaxaca pasó algo parecido, y el exgobernador Alejandro Murat fue acusado por el priismo de entregar su estado a Morena. A finales de 2023, Murat renunció al PRI y calificó la alianza entre el tricolor y el PAN como un “salto al vacío“, pero en febrero pasado, se dio a conocer que Murat sería candidato de Morena al Senado, por la vía plurinominal, aunque por la posición 13.

Otro exgobernador acusado de “entregar” su estado fue Alfredo del Mazo, aunque él desde que dejó el Estado de México no ha reaparecido en la política.

Recientemente, la candidata presidencial Xóchitl Gálvez, aseguró que aunque Morena “se llevó” a los exgobernadores Eruviel Ávila y Alfredo Del Mazo, el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene “en el abandono” al Estado de México.

El caso de Eruviel Ávila es diferente, pues renunció al PRI junto con otros priistas, quienes acusaron diferencias irreconciliables con la dirigencia de Alejandro Moreno. Junto con Ávila, a mediados del año pasado renunciaron Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu y Nuvia Mayorga; estas dos últimas ya migraron a otros partidos (la primera a Movimiento Ciudadano y la segunda al PVEM, aliado de Morena).

Recientemente, el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, denunció al exgobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, por los presuntos delitos de peculado y desvío de recursos públicos por más de mil 365 millones de pesos y señaló que su excompañero de partido está operando abiertamente con “delincuentes electorales“, para que Morena gane en el Estado de México.

En respuesta, Ávila rechazó las acusaciones y dijo que “cada día miles y miles de priistas se están yendo del PRI por esta mala dirigencia”. Además, llamó a votar por el nuevo partido que lo cobija, el Verde, que es aliado de Morena.

Otro exgobernador que se sumó recientemente a apoyar a Sheinbaum, aunque a través del Partido Verde, fue Eugenio Hernández. El exmandatario de Tamaulipas estuvo preso de 2017 hasta 2023, por acusaciones de enriquecimiento ilícito y operaciones con recursos de procedencia ilegal y asociación delictuosa; sin embargo, fue recibido con los brazos abiertos en la política.

En las últimas semanas, Hernández ha aparecido por lo menos dos veces al lado de la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, de gira por Tamaulipas. Y recientemente llamó la atención pública, porque el expriista macheteó una cabeza de vaca, en alusión al exgobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, con quien mantiene una confrontación.

Años atrás, pero en este mismo sexenio, el PRI perdió otros tres exgobernadores que actualmente trabajan para el gobierno de López Obrador: Claudia Pavlovich (que pasó de exgobernadora de Sonora a cónsul en Barcelona); Quirino Ordaz (de exgobernador de Sinaloa a embajador de México en España); y Carlos Miguel Aysa González (de exgobernador sustituto de Campeche a embajador de México en República Dominicana). En los tres casos, los gobiernos actuales en esos estados ya son del partido guinda.

PRI también pierde alcalde y senadores

Otro que se fue despotricando contra la dirigencia del PRI es el exalcalde de Cuajimalpa, Adrián Rubalcava, quien actualmente está registrado como suplente de Manuel Velasco para la próxima integración del Senado.

“Me fui aún y con la propuesta (del PRI) de encabezar la candidatura al Senado“, dijo el político a La-Lista.

“Su falta de compromiso (de Alito Moreno) y su falta de palabra de hacer un proceso interno motivó mi desconfianza. La postulación a cargos de gente poco honorable es lo que me motivó a irme de inmediato”, indicó.

Incluso, mostró un mensaje de WhatsApp de Moreno, donde le prometía que si se quedaba, tendría “espacios de participación“.

Ruvalcaba, Murat, Ávila y el senador Jorge Carlos Ramírez Marín -quien también se fue del PRI- aparecieron juntos en diciembre pasado, para anunciar su adhesión a la precampaña de la aspirante presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo.

El presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, reaccionó a esta desbandada y dijo que “lo mejor del PRI se quedó en el partido y lo peor está en Morena, así como en el gobierno de López Obrador”.

En tanto, el dirigente de Morena, Mario Delgado, celebró el apoyo a Sheinbaum por parte de este grupo de expriistas: “No nos queda más que darles la bienvenida y que nos ayuden a sumar, felicitarlos porque se necesita valor para llevar a cabo un acto de congruencia”.

Miguel Álvarez, representante del PRI de radio y televisión, aseguró a La-Lista que la salida de exgobernadores o exalcaldes “significa una traición al partido que te dio todo, a las bases que trabajaron por ti, a la militancia que te respaldó y al país que te confió su futuro”.

Y sobre las motivaciones de estas salidas, refirió que “depende de cada caso”, pero aseguró que “algunos buscan poder y otros amnistía“.

Apuesta incierta

Emilio Vizarretea, politólogo de la UNAM, señaló que “(los expriistas) van a buscar donde se acomodan o reacomodan en función de seguir manteniendo presencia política. No importa si es Morena o Movimiento Ciudadano, o incluso si es el PAN”, pero advirtió que van a buscar a quien vaya al frente, “y tenga posibilidades de protegerlos, cubrirlos, o darles un ingreso en términos de continuar su participación política”.

El experto y Doctor en Teoría Política anotó que buscan protección “aquellos que sienten que algo deben, pero también destacn los que buscan mantener una posición y continuar en sus tareas políticas”.

Vizarretea apunta que “Morena cree que (los expriistas) le van a aportar votos donde ellos no tienen tan alta presencia y donde los del tricolor creen que tienen fuerza política suficiente como para vender su presencia y posición”. No obstante que ninguna apuesta es segura. “Entonces es una especie de toma y daca, que no sabemos exactamente el alcance, porque es muy difícil medir cuántos votantes puede acarrear un exgobernador”.

Mientras que para el analista Fernando Dworak “esto fundamentalmente es una pelea por la marca y conforme la marca va perdiendo terreno, conforme el PRI va perdiendo lugares, espacios y gubernaturas, la capacidad para repartir cargos se hace más limitada”.

“¿Quiénes se quedan? Las personas que van a controlar. Y se van aquellas personas que tienen cierta capacidad de movilización, todavía no sabemos cuánta, pero sí sabemos que tienen cierto poder de chantaje”, explicó.

El consultor político precisó que no sabe qué tanta fuerza tienen personajes como Eugenio Hernández o Eruviel Ávila, pero esto podría evaluarse después de la elección, si ganan en los territorios donde operan, es decir, Tamaulipas y Edomex.

“Si ellos se salieron es porque vieron que no tienen cabida en su partido y que tienen todavía la capacidad de movilizar. Y le vendieron a Morena esa capacidad. Vamos a ver si realmente es así, o si se trata de solo un cuento. El 3 de junio vamos a poder hacer un pequeño corte de caja para ver si estas personas realmente tenían fuerza o estaban blofeando”, comentó Dworak. 

El 9 de abril pasado, durante un encuentro con estudiantes del Instituto Politécnico Nacional, uno de los alumnos soltó durante un acto de Sheinbaum: “¡ya se va el PRI!”. A lo que ella reaccionó: “¡Ya se fue! Nada más les voy a decir, hay más exgobernadores del PRI en la cárcel y prófugos de la justicia que en funciones“. Sin embargo, la candidata omitió mencionar todos los casos de expriistas que ahora están en Morena, y que la apoyan a ella o trabajan para el gobierno de López Obrador.