¿Qué me pasa en el cuerpo si me como las uñas?
¿Qué me pasa en el cuerpo si me como las uñas? Imagen: La-Lista

¿Estás nervioso, tienes ansiedad o miedo y llevas tus manos a la boca? Quizá es una manía que no te has podido quitar, pero morderte o comerte las uñas es una forma de expresar alguna de las anteriores situaciones. Sin embargo, ¿sabes qué es lo que le pasa a tu cuerpo si te comes las uñas?

Si eres de los que tienes este hábito o si tu hija o hijo lo hace, aquí te decimos qué efectos puede tener y cómo evitarlo.

¿Por qué nos mordemos las uñas?

A la manía de morderse o comerse las uñas de los dedos de las manos se le conoce como ‘onicofagia’, del griego onyx (uña) y phagein (comer). 

“Para nosotros es costumbre morderse las uñas, pero te vas provocando daños en los dedos, en los dientes, en las uñas. A veces es una rutina mal adquirida, pero otras puede ser que estés pasando por un episodio de estrés o de depresión y morderte las uñas te da cierto sentimiento de placer y de tranquilidad”, dice Rocío Ibarra, maestra en psicología clínica y psicoterapia.

Ibarra explica que en algunos casos, especialmente en menores, se muerden las uñas por imitación al ver que algún familiar o los papás también lo hacen, por lo que se les vuelve un mal hábito.

“Si viene de la infancia (y ya eres adulto), puede ser que era una maña y te la quitaste, pero en momentos de estrés es muy fácil regresar”, comenta la psicóloga.

Sin embargo, también están los casos en que es un reflejo del mal manejo de las emociones.  

“Va más allá del problema estético, va con la incapacidad del manejo de tus emociones y se relaciona con la ansiedad, con un problema de conducta más impulsiva. Cuando te muerdes las uñas, te calma un poco la ansiedad y vas canalizando esa frustración, la rabia, el enojo. Pero también hay casos que demuestran una baja autoestima”, comenta Ibarra.  

En 2012, la Asociación Americana de Psiquiatría en Estados Unidos lo metió dentro de la lista de trastornos obsesivos compulsivos.  

¿Qué me pasa en el cuerpo si me como las uñas?

Comerse las uñas puede traer varios daños físicos en el cuerpo como:

  • Lesiones en las cutículas
  • Deformación de las uñas y de los dedos

Adquirir bacterias, por ejemplo, los dientes tienen bacterias y las uñas de las manos también al estar en contacto con cosas del exterior, por lo que podemos llevar infecciones a la piel que se daña al comerse las uñas o al estómago

Susana Canalizo Almeida, dermatóloga y presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología, explica que el morderse las uñas genera un traumatismo en los dedos, provocando que las uñas se hagan pequeñas y se pierda la forma normal del dedo. “Se puede incluso perder la uña”, señala la doctora. 

Blanca Reyes, dermatóloga privada que trabaja en el Centro Médico ABC, en la CDMX, y en el Centro Médico de Toluca, explica que cuando se pierde la parte superficial de la piel, puede provocar infecciones ya sea por hongos o bacterias, como el Virus del Papiloma Humano (VPH). 

“Como dermatólogos debes platicar con el paciente o con los papás (en caso de que sean menores), así como tener humectada la piel, así como tratarlo de manera conjunta con un psicólogo”, dice Reyes. 

Sin embargo, los daños al comerse las uñas no solo son en nuestro cuerpo, también hay daños sociales. Ibarra explica que se puede generar algún trauma social en las personas que tienen este hábito porque les da vergüenza. 

¿Cómo me puedo quitar el hábito?

Si eres un adulto, Ibarra recomienda ser consciente de lo que haces y echar mano de algunos remedios como tener un manicure profesional, limarte las uñas, pintarlas con esmaltes transparentes que tienen sabor ácido, ponerte curitas o cintas, así como técnicas del manejo de la ansiedad o de respiración. 

“Lo primero es darte cuenta de que tienes esa reacción ante el manejo del estrés o del mal hábito, cuando lo hagas retirar la mano y tratar de ocuparte en otra cosa. Y ver qué situaciones obsesivas te llevan a tener este estímulo que tratas de neutralizar”, comenta la psicóloga.

Si no lo logras es necesario que consultes a un especialista que te ayude a identificar los detonadores como ansiedad, miedo, inseguridad, enojo. 

Si es un menor el que se muerde las uñas, Ibarra recomienda ver qué le está provocando tensión, puede ser algo fuera del hogar, fijarnos si lo hace solo en temporada escolar o si lo deja de hacer en fines de semana o vacaciones y ver el ambiente familiar. 

“Como papá nos toca buscar esa manera de reducir esas situaciones estresantes de los niños. Puedes buscar apoyo profesional y colaborar con la maestra. Primero es no regañar al niño, ver que si el papá se muerde las uñas, hay que tratar de evitarlo para que el niño no lo vea para que lo deje de imitar y explicarle a los niños qué pasa y por qué no es bueno para ellos”, comenta. 

Buscar alternativas que lo distraigan desde el amor con otra actividad como deporte, ir al parque, platicar, ayudar a cocinar. Asimismo, recalca la importancia de darles espacio de comunicación y de que puedan expresar sus emociones.

“La capacidad de verbalizar mis emociones es la sanidad emocional”, dice Ibarra, “es importante ver si es un mal hábito, si es una mala canalización de las emociones o si es un problema emocional mucho más profundo. Y acudir con un especialista”.

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