Análisis óseo de un fraile proporciona pistas sobre las muertes medievales
Los restos de un individuo enterrado en un convento agustino de Cambridge. El estudio encontró una sorprendente ausencia de lesiones relacionadas con armas. Fotografía: Nick Saffell / Universidad de Cambridge / PA

Un fraile fue arrollado por una carreta, otro fue víctima de un ataque a manos de bandidos. Parece la trama de una novela de misterio medieval pero según las investigaciones más recientes estas eran las desgracias que sufrían las personas de esos siglos lejanos.

Un análisis de los huesos de 314 individuos de 12 años en adelante que vivieron entre 1100 y 1530 y que se encontraron en diferentes sitios en Cambridge revelan que las fracturas de huesos eran comunes entre las personas sepultadas en el cementerio de la parroquia, en donde se enterraba a muchos trabajadores comunes y corrientes. El equipo también encontró evidencias de lesiones horribles entre los que yacían en el monasterio agustiniano, lo que deja claro que el clero no estaba protegido de los eventos violentos.

La vida medieval era difícil para todos”, dice la doctora Jenna Dittmar, directora del estudio de la Universidad de Cambridge.

Dittmar y sus colegas reportan en  American Journal of Physical Anthropology como analizaron huesos medievales que provenían de fechas anteriores a la disolución  de monasterios por parte de Enrique VIII. Dittmar dice que no todos los huesos de los tres sitios fueron extraídos y analizados pero los que se examinaron proporcionan información sobre diferentes esferas de la sociedad.

Lee: La disputa familiar más cara de la historia vuelve a la corte en Londres

“Nuestros resultados van a ser bastante representativos porque tenemos un cementerio de la parroquia, tenemos un hospital y tenemos un monasterio agustiniano”, dijo.

El equipo descubrió que las fracturas de huesos eran muy comunes entre los enterrados en el cementerio de la parroquia, con 44% de los esqueletos analizados mostrando signos de ese tipo de lesión en comparación con el 32% de los enterrados en el monasterio. Las fracturas múltiples también son comunes entre los enterrados en el cementerio de la parroquia.

La gente que estaba enterrada en el cementerio de la parroquia de All Saints llevaba vidas realmente duras”, dijo Dittmar, y explica que muchos eran personas comunes que realizaban trabajos manuales, en el campo o en la construcción. En contraste, los enterrados en el monasterio llevaban una vida clerical o eran benefactores ricos.

Ese tipo de lesiones eran más comunes entre los hombres, pero algunas mujeres también las presentaron. “Una pobre mujer se rompió la mandíbula en algún momento de su vida, y sanó pero tuvo otras lesiones como costillas rotas y un pie”, dijo Dittmar. No se sabe si las lesiones se dieron en el mismo evento. La mandíbula rota pudo haber sido por una caída pero existen otras posibilidades… en tiempos modernos muchas mujeres tienen la mandíbula rota a causa de la violencia doméstica.

Sólo el 27% de los individuos que se extrajeron del Hospital de St John the Evangelist tenían  evidencia de fractura de huesos, aunque un hombre parecía tener la rodilla fracturada por una caída.

“La gente asume que un hospital es un lugar a donde van los enfermos o los pobres o los locos, y uno esperaría que tuvieran más fracturas, pero no fue el caso”, dijo Dittmar.

Te puede interesar: Así recordó Europa el Día Internacional de la Memoria del Holocausto

Dittmar dijo que el hospital estaba dedicado al cuidado pastoral. “El concepto medieval de hospital difiere de lo que estamos acostumbrados en tiempos modernos”, dijo, y explicó que mucha gente que se encontraba en el hospital era pobre, anciana o con enfermedades crónicas como la tuberculosis.

Otra sorpresa, dijo Dittmar, era que no había evidencia de lesiones a causa de armas, que hubieran sanado o no, entre los muertos, a pesar de que las guerras eran comunes en tiempos medievales.

Eso no quiere decir que la violencia fuera algo desconocido. El equipo reporta que encontraron los restos de un fraile que sobrevivió a lo que Dittmar cree que pudo haber sido un ataque  a manos de bandidos ya que presenta señales de que lo golpearon en la cabeza con un objeto pesado.

“Se pudo haber pegado con algo”, dijo Dittmar. “Pero también tiene una fractura en el brazo, que es una lesión de defensa, lo que sugiere que usó el brazo para protegerse”.

Otro fraile no fue tan afortunado. Su esqueleto tiene el cuello y las piernas rotas, lo que sugiere la posibilidad de que lo arrollaran con una carreta.

No te pierdas: La primera fábrica del mundo renace como un museo del hacer

“Las lesiones que tiene son similares a las que la gente sufre cuando los atropella un coche, justo a la altura del muslo”, dice Dittmar. “Creemos no nos equivocamos al decir que murió como consecuencia del terrible accidente que sufrió”.

Síguenos en

Google News
Flipboard