‘Hay una reacción concertada’: Ibram X Kendi sobre el ataque al antirracismo
Ibram X Kendi: "Para hacer este trabajo, ciertamente tuve que desarrollar una piel gruesa, pero también entiendo el contexto". Foto: Alicia Canter / The Guardian

El blanqueamiento de la historia está listo para realizarse en los estados rojos de Estados Unidos. Los oficiales republicanos están proponiendo varias leyes que prohíben a los maestros enfatizar el papel del racismo sistemático en dar forma a la nación.

Y cada ataque reaccionario necesita un chivo expiatorio. Los conservadores se enfocan en dos importantes personas de color y las acusan de adoctrinar a los niños estadounidenses: Nikole Hannah-Jones, una periodista que supervisó el Proyecto 1619, e Ibram X Kendi, autor del influyente libro How to Be an Antiracist.

Kendi cree que el movimiento es un esfuerzo concertado de la derecha para dar vuelta atrás al despertar racial en Estados Unidos que despertó hace un año el asesinato de George Floyd a Minneapolis.

“Creo que sí hay un ataque concertado de la gente que reconoce que hace un año un creciente número de estadounidenses estaban hablando en contra del racismo o creando una conciencia del problema de racismo”, dijo a The Guardian vía Zoom desde Boston.

“La conciencia creciente ha puesto bajo el reflector sobre ciertas políticas y ciertas ideas e incluso sobre ciertas personas que han contribuído al racismo sistémico y esa misma gente ahora piensa: ¿Cómo apagamos los reflectores? ¿Cómo hacemos que la gente nos identifique y a nuestro racismo como el problema en contraposición con el mismo racismo?”

Con los republicanos fuera del poder en Washington, pero todavía en control en muchos estados, la educación se convirtió en el último campo de batalla en las “guerras culturales” de Estados Unidos. La ley que quiere controlar la forma en que los maestros hablan sobre raza se está considerando en al menos 15 estados, según un estudio de Education Week.

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Una ley en Texas podría promover una versión patriótica de la historia y prohibe una teoría racial crítica, que examina cómo el racismo está arraigado en ley y las instituciones, y les restaría importancia a las referencia sobre la esclavitud y la discriminación antimexicana. Una ley en Ohio prohibiría enseñar que cualquier individuo es “inherentemente racista” o que la esclavitud “constituye el verdadero fundamento” de Estados Unidos.

La ofensiva cuenta con el apoyo de los medios de derecha como Fox News,  y los think tanks de Washington como The Heritage Foundation, quien lanzó su furia contra Kendi y la teoría crítica de las razas como proveedores de ideas peligrosas y divisorias.

El académico de 38 años reflexiona: “Es difícil para mí vivir con esto porque es regular y constante en términos de ser atacado constantemente porque con frecuencia es gente que malinterpreta totalmente mi trabajo y a mi. Y entonces es gente que no ha leído mi trabajo , o que no me ha escuchado hablar sobre lo que significa ser antirracista, y solo sigue lo que la gente dice”.

Hace una década, recuerda, un nacionalista blanco sacó la frase “antirracista es palabra código para antiblanco” y, junto con las organizaciones blancas supremacistas, la publicó en los espectaculares de las comunidades blancas en Estados Unidos. “Y ahora hay personas que dicen que no son nacionalistas blancos argumentando que los que identificamos y reconocemos la existencia del racismo estructural estamos diciendo que los blancos son personas inherentemente malévolas o malas o racistas pero no es eso lo que decimos. Estamos diciendo que lo inherentemente malo es el racismo”.

Un libreto parecido de demonización se ha usado en contra de la exsecretaria de estado Hillary Clinton, de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez y el experto en enfermedades infecciosas Anthony Fauci. ¿El abuso le debe llegar a veces a Kendi? “Para hacer este trabajo, tuve que desarrollar una piel muy gruesa y entender el contexto”, dice.

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“Soy un estudiante de la historia de las ideas racistas y este movimiento actual de tratar de llegar a la gente en Estados Unidos y en todo el mundo para negar la existencia del racismo, o cerrar los ojos a esa realidad, hay una larga historia detrás de todo eso”.

Agrega: “Cada generación, ya sea que hablen de esclavistas que tratan de convencer a la gente de Inglaterra o de Estados Unidos que el comercio de esclavos no estaba mal o que no era violento o que la gente no moría o que no se estaban enriqueciendo enormemente a su costa, o de gente que dice que el esclavismo es en realidad bueno para las personas de raza negra, o la gente que decía que los colonizadores estaban civilizando salvajes… Esta es la última modalidad”.

En abril, la administración de Joe Biden propuso una regla para promover programas de educación relacionados con el racismo sistémico y el legado del esclavismo en Estados Unidos. La regla que fue tomada de los textos de Kendl y que citaba el Proyecto 1619, que reexamina el legado de la esclavitud. Un grupo de 39 senadores republicanos respondió con una carta que aseguraba: “Los jóvenes de nuestro país no necesitan adoctrinación activista que se fije únicamente en fallas pasadas y que divida al país en campos separados”.

Para Kendi, no se trata de imponer pensamientos de izquierda en grupo. Hay que ser honestos sobre la historia de Estados Unidos, con verrugas y todo, y reconociendo que el racismo no es un revoltijo de prejuicios individuales sino un patrón que guarda los privilegios o la falta de ellos.

“Creo que es importante enseñar la verdad a los niños. Creo que es importante enseñar a los niños sobre su mundo. Creo que es importante enseñar a los niños que el problema son las malas políticas, ni personas inferiores.”, confiensa.

“Creo que es importante enseñar a los niños que la causa de desigualdad racial e inequidad en nuestra sociedad es el resultado del racismo estructural, no los comportamientos o las culturas de las personas de color en el nivel más bajo. Y si no le enseñamos a los niños que no tenemos más porque ellos son más, ¿qué van a concluir basados en lo desigual que son nuestras sociedades?”.

El mes pasado el consejo administrador de la Universidad de Carolina del Norte no le ofreció la permanencia a Hannah-Jones, corresponsal de The New York Times, en su nuevo puesto a pesar de la recomendación de su departamento de periodismo. Más de 200 personas importantes firmaron una carta acusando al consejo de “falta de valor” y advirtieron de un intento de prohibir una conversación franca sobre la historia americana en la clase.

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Están atacando a Hannah-Jones por su “excelencia y brillantez”, dice Kendi. “El Proyecto 1619 es uno de los más importante, si no es que el más importante sobre la memoria reciente para fomentar e inspirar y enseñar a los estadounidenses a enfrentar el esclavismo y la historia del país.

“Eso, para mi, es el problema fundamental porque en lugar de apoyar a Nikole Hannah-Jones y a los que contribuyen con el Proyecto 1619, y también participar de forma crítica y aprender de él y masticar de él y aportar una retroalimentación constructiva, la gente está tratando de disminuirlos y destruirlos y dañarlos”.

Al menos cuatro de los proyectos de ley estatales que impiden enseñar sobre el racismo ya se convirtieron en ley. Los críticos argumentan que es un plan de los republicanos para reunir electores por medio de las políticas de identidad en búsqueda de una agenda política sustanciosa, haciendo eco de la creación del expresidente Donald Trump en la comisión 1776 para combatir el “adoctrinamiento” en las escuelas. Kendi no estuvo en desacuerdo.

“Todos lo que le pueden decir a sus constituyentes es que la gente blanca está bajo ataque y que nosotros los vamos a defender, aunque la gente blanca no está bajo ataque. O si están bajo ataque, están bajo el ataque de sus propios funcionarios electos que aseguran que son pro blancos.

Tal vez funcione con algunas personas. Otros estadounidenses blancos se están dando cuenta de que si se sientan y piensan: ‘¿Qué hacen los funcionarios que elegí por mi vida además de hacerme tener miedo de otras personas y de otros estadounidenses que no tienen mi aspecto?’

“Y cuando empiezan a hacer esas preguntas, y creo que la gente lo hace, empiezan a darse cuenta de que no están haciendo nada por ellos más que tratar de asustarme. Y necesito gente que realmente me apoye y me ayude a llevar comida a la mesa para mi familia”.

Biden se ganó los elogios por un una agenda legislativa enfocada en la equidad racial como nunca la había habido, una administración que no tiene precedentes en su diversidad, incluyendo la primera mujer de color como vicepresidente, y una promesa de moverse más allá de la visión del Monte Rushmore de Trump hacia un relato más franco.

Al hablar en Tulsa, Oklahoma, en el centenario de la masacre de la ciudad, Biden declaró: “No podemos escoger aprender lo que queremos saber y no lo que tenemos que saber. Tenemos que conocer lo bueno, lo malo, todo. Eso es lo que hacen las grandes naciones: concilian sus lados oscuros”.

¿Esas acciones son más fáciles para Biden que para Barack Obama porque es blanco?

Kendi, director fundador del Centro de Investigación Antirracismo de la Universidad de Boston, contesta: “Definitivamente creo que BIden tiene el privilegio blanco. Algunos estadounidenses blancos están más abiertos a lo que Joe Biden tiene que decir, o incluso los usa para pensar en forma diferente o a ser diferente, que el primer presidente de raza negra o ciertamente Barack Obama.

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Los estadounidenses blancos en general tienen que reconocer ese privilegio. Hay ciertas cosas que un estadounidense blanco puede decir a otro estadounidense blanco que haga reflexionar al estadounidense blanco que lo que yo pueda decir. Así como hay ciertas cosas que yo diría a los estadounidenses de raza negra que pueden provocar que los estadounidenses de raza negra reconsideren algo que un estadounidense blanco no puede. La gente debe reconocer eso y ser honesta sobre esa realidad”.

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