Las dosis de refuerzo de la vacuna anticovid fortalecen significativamente la inmunidad, revela ensayo
Los resultados muestran que tanto las vacunas de ARNm de Pfizer como las de Moderna son refuerzos muy eficaces. Foto: Leon Neal/Getty Images

Las dosis de refuerzo de la vacuna anticovid pueden reforzar drásticamente las defensas inmunitarias del organismo, según un estudio que aumenta las esperanzas de prevenir otra ola de enfermedades graves provocadas por la variante ómicron.

En un estudio publicado en la revista Lancet, los investigadores del ensayo Cov-Boost, realizado en Reino Unido, evaluaron la respuesta inmunitaria de casi 3 mil personas que recibieron una de las siete dosis de refuerzo de la vacuna Covid-19 o una dosis de control dos o tres meses después de la segunda dosis de la vacuna de AstraZeneca o de Pfizer.

Las personas que recibieron el refuerzo de Pfizer después de dos dosis de AstraZeneca presentaron, un mes después, niveles de anticuerpos casi 25 veces superiores a los de las dosis de control.

Cuando se administró el refuerzo de Pfizer después de dos dosis de Pfizer, los niveles de anticuerpos se multiplicaron en más de ocho veces.

El refuerzo más eficaz del estudio fue una dosis completa de la vacuna Moderna, que multiplicó por 32 los niveles de anticuerpos en el grupo de AstraZeneca y por 11 en el de Pfizer. Cuando se utiliza la vacuna de Moderna en el programa de refuerzo de Reino Unido, se administra en media dosis.

Aunque los hallazgos muestran que tanto las vacunas de ARNm de Pfizer como las de Moderna son refuerzos muy eficaces, los científicos advirtieron sobre la posibilidad de comparar sus resultados, ya que las personas comenzaron el ensayo con diferentes niveles de anticuerpos. Por ejemplo, los niveles de anticuerpos suelen seguir siendo elevados unos meses después de la inmunización con Pfizer, por lo que un refuerzo no podría elevarlos en mayor medida.

“Se trata de refuerzos inmunológicos extraordinariamente eficaces, muy por encima de lo necesario para prevenir la hospitalización y la muerte”, señaló el profesor Saul Faust, director del ensayo y del centro de investigación clínica NIHR del University Hospital Southampton Foundation Trust del Servicio Nacional de Salud. Aunque los efectos secundarios variaron, la mayoría de las personas que los reportaron tenían fatiga, dolor de cabeza o dolor en el brazo, y el estudio no encontró problemas de seguridad.

Además de los anticuerpos, los científicos analizaron el impacto de las dosis de refuerzo en las células T, otro componente crucial del sistema inmunológico relacionado con la prevención de enfermedades graves. La mayoría de las dosis de refuerzo, incluidas las de Pfizer, Moderna y AstraZeneca, aumentaron los niveles de células T independientemente de la vacuna que recibieron las personas en sus dos primeras dosis.

Uno de los resultados que llamó la atención de los científicos es que la respuesta de las células T fue tan buena contra las variantes Beta y Delta de interés, así como contra el virus original, que surgió en Wuhan. Cuando se le preguntó si el hallazgo podría ser relevante para la nueva variante comentó: “Nuestra esperanza como científicos es que la protección contra la hospitalización y la muerte permanezca intacta”.

Jonathan Ball, profesor de virología molecular en la Universidad de Nottingham, que no participó en el estudio, compartió el optimismo de Faust.

“Mientras que las variantes, como la variante Delta, redujeron el efecto general de los anticuerpos para matar el virus, las respuestas de las células T no se vieron afectadas en su mayoría”, señaló. “El hecho de que las dosis de refuerzo de la vacuna de ARNm produjeran un notable aumento tanto de los anticuerpos como de las células T es una gran noticia, especialmente ahora, puesto que la aparición de la variante ómicron acaparó nuestra atención”.

“Todavía no sabemos cómo se traduce este aumento de la inmunidad en protección, especialmente contra una enfermedad grave, pero sigo convencido de que nuestras vacunas seguirán proporcionando la protección que necesitamos”.

Los primeros resultados del estudio Cov-Boost respaldaron la decisión del Comité Mixto de Vacunación e Inmunización de reducir de seis a tres meses el tiempo que los ciudadanos debían esperar para recibir una dosis de refuerzo. El estudio también reveló que la dosis de AstraZeneca es un refuerzo eficaz, ya que aumenta los niveles de anticuerpos tres y cinco veces después de la primera inmunización con AstraZeneca y Pfizer, respectivamente.

Otros resultados del estudio sugieren que los programas de dosis de refuerzo podrían utilizar medias dosis de la vacuna de Pfizer sin perder mucha protección. Los datos muestran que las medias dosis de Pfizer aumentaron los niveles de anticuerpos en el grupo de AstraZeneca casi 17 veces y más de seis veces en aquellos que recibieron la vacuna Pfizer en sus dos primeras dosis.

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